Despreciable.

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—Ahora para la cuarta batalla del Ragnarok, los dioses llevan dos victoria y por el contrario los humanos una.

Una gran luz iluminaba el centro del Valhalla, era una escena no muy lejana del reflejo del sol en el mar. Lafne sentía molestia ante la luz cegadora que de paso hacia ver a Heimdall más grotesco y asqueroso que de costumbre el cielo estaba oscuro y el parlamento negro como la noche misma, era extraño pero no se cuestionó de nada pues en el Ragnarok todo podía esperarse. Repentinamente cientos de luces se encendieron a la par dejando ver unos grandes edificaciones, una ciudad entera en el centro del Valhalla simplemente algo increíble ante los ojos de la pelinegra, admiro por breves momentos cada detalle de los grandes edificios y su arquitectura recalcando el más grande de todos con ese enorme reloj en el medio. Era una ciudad que nunca había visto pero le había sacado el aliento.

Lafne no era la única impresionada pues tanto humanos como dioses en todo el parlamentos lo estaban, el bullicio era ensordecedor pero todo se reducía a una expresion: "Wow es enorme"

—Ahora le damos la bienvenida al momento decisivo de las primeras etapas. Estaremos viendo esta vez la batalla a través de monitores, esta ciudad en frente de ustedes es la 19th Century London la cual fue solicitada por el representante de la humanidad y los dioses en su infinita compasión ascendieron.

Ahora todo tenía sentido para la ojiverde, una ciudad ambientada en el mundo humano, una ciudad creada por humanos. Su impresión era aún más pues sabía lo capaz que podrían ser los humanos; el Ragnarok se lo había demostrado pero no se imaginaba el proceso de creación de todos esos edificios, no sé imaginaba como un humano o un grupo de humanos tal vez con tierra y unos cuantos artefacto serían capaces de crear tales edificaciónes.

—¡¡Una historia primero!!—Heimdall volaba por todo el parlamento de un lado a otro gritando por su micrófono—La primera batalla callejera entre los Dioses y la Humanidad.

El público humano no paraba de tener la misma cuestionantes y hasta Lafne la tenía ¿Por qué Hercules habría aceptado dicha petición del humano? NO, eso era obvio es Hercules ella lo conocía era de esperarse. La pregunta perfecta sería ¿Por que el humano solicito específicamente eso?

—Entonces me pregunto ¿Que tipo de batalla nos darán nuestros combatientes en esta arena?

Niebla salía de la entrada de los humanos, una niebla densa y tal vez fría. Todo el parlamento se lleno de un silencio puro y lo único que se podía escuchar eran las suelas de unos zapatos adentrándose a la arena seguido de aquella niebla densa que incrementaba a cada paso del desconocido.

—En el 31 de agosto 1888 R. C. Este mostró emergió de las profundidades de las sombras de la alta ciudad. ¿Quiénes fueron las verdaderas víctimas de sus afilados colmillos? ¿La vida de 5 prostitutas...? ¡No! ¿Toda la sociedad...? ¡NO! En un abrir y cerrar de ojos este hombre puso todo Londres en un completo caos... El más oscuro de los malos.

—Que presentación tan curiosa para un humano—Agregó Hermes al silencio del balcón.

—¿Que habrá estado pensando esa Valquiria en enviar a tal asqueroso ser a pelear por lo que mata?

—Esa valquiria es más inteligente de lo que pensé... —La pelinegra pensó en voz alta llamando la atención de sus dos tíos los cuales la miraron en automático.

El desconocido mantenía su caminar calmado como si no lo estuviesen esperando, la neblina tomó una forma maquiavelica y demoníaca similar a su perfil, una representación tal de si mismo.

—Disculpe usted Diosa del Orgullo pero ¿Podría aclarar lo que acaba de decir?

Lafne volvió en si sacudiendo su cabeza levemente, los ojos le brillaban de la impresión y fascinación por la presencia de aquel humano y por darse cuenta de la táctica y el movimiento que realizó la Valquiria ante su elección. Recogió un mechón de su cabello rebelde y cruzando sus delgados brazos procedió a hablar.

—Es simple, Hercules es un justiciero y la Valquiria busco a la escoria más grande de la humanidad.

—¿Y eso no nos daría ventaja a nosotros los dioses?

—Hermes... Hercules ama a los humanos pues es uno.

Ares golpeó con su puño el descansar de manos de su asiento haciendo que este se rompiera al instante, las venas de su puño brotaban y su rostro serio denotaba molestia. Lafne lo miraba tranquila y con total serenidad.

—¿No confías en él?

—Ares, si confío en él. Conozco sus capacidades y así mismo conozco sus puntos débiles a diferencia de ti que prefieres mantenerte ciego, se lo que digo y porque lo digo.

—¿Ahora estás departe de la humanidad? Porque te veo muy extasiada con la presentación de ese asqueroso humano.

El sonido de la cachetada que recibió el Dios de la guerra de la mano de la Diosa inundó totalmente el balcón, Ares permaneció con su rostro de perfil por unos segundos que se sintieron como horas para él. El dolor era insoportable, la pequeña mano de la Diosa había quedado marcada en su cara y un poco de sangre caía de su nariz, pudo comprobar por sí mismo la gran fuerza que aquella pequeña mujer había heredado de Anteo.

—Soy una Diosa y estoy del lado de mis raíces ¿Pero sabes lo que no soy? CIEGA. Soy espectadora del Ragnarok por mera diversión, no dudo ni un segundo de las habilidades de los Dioses y estoy casi segura de que ganaremos pero los humanos también han demostrado ser seres que se dan a respetar. No sé... ¿Tal vez porque tienen el orgullo que yo les di o haz olvidado la muerte de Poseídon? Por lo menos yo si se apreciar lo bueno de cada batalla sin predisponerme, creo que deberías hacer lo mismo tío Ares.— La última frase fue dicha con burla acompañada de una risa pícara.

Ares se recostó sobre su asiento nuevamente con la mandíbula tensan al igual que sus hombros no iba a discutir con Lafne era como pelearse con un tigre aunque pudieras ganar saldrías demasiado herido para gozar de tu victoria.

—Devoto de la inseparable oscuridad de su alma es conocido como... El más infame, el asesino serial... ¡¡DE LA HUMANIDAD!!

Aquel hombre misterioso portaba un traje de color negro con una capa larga hasta sus tobillos del mismo color, era una vestimenta bastante cargada y elegante. Traía consigo una máscara extraña que simulaba un rostros sonriente y un bastón ¿Como podría pelear con eso? Lafne tenía altas espectativas en el humano, no podía mentirse así misma conocía tan bien a Hercules que por primera vez la Diosa dudo de una ronda del Ragnarok y de ma victoria de los Dioses.

—Representando a la humanidad en la cuarta ronda.... Tenemos a Jack el destripador.

El ya antes mencionado tomó su máscara lanzandola por los aires, el público presente al escuchar su nombre y su seudónimo se sorprendieron de tal forma, hasta se podría decir que sintieron miedo. La máscara al tocar el suelo se desmoronó en miles de pedazos mostrando finalmente el rostro de aquel humano que era tan repudiado por su misma especie.

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora