La Escencia De Un Caballero

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El público había perdido totalmente la cabeza y gritaban a más no poder de miedo, disgusto e indignación aparentemente aquel hombre de cabello blanco a causa de la edad había sido la pesadilla de más de uno en la tierra. Desde la comodidad de un gran sofá el cuerpo delgado del Dios del Engaño, Loki descansaba plenamente. Disfrutaba desde la pantalla todo los quejido de la raza humana.

—Oho~ Ya veo... —Su mano se introdujo en una bolsa de papitas llevando las mismas a su boca— Con que así quieren jugar, como de costumbre. Eres una mujer desagradable.

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Del lado de los dioses, de su entrada dos grandes caballos se hicieron presentes trayendo consigo una carreta de madera, Hércules iba en la misma siendo ginete de ambos portando con orgullo su gran garrote. Los caballos corrían por todo el gran trayecto directo al punto de encuentro, las pezuñas con sus hierros resonaban al igual que el sonido de las ruedas de aquella carreta. Al Hercules llegar finalmente al punto de encuentro se postró más imponente levantando su pecho como un león y levantó su gran garrote blandiendolo.

—Y enfrentandolo esta el hombre que pretende tomar la carga de retomara la primera derrota de los dioses ¡Aquí está! El valiente semi-dios forzado contra el león de Nemera y Cerbero el perro de Hades... A pelear con sus manos descubiertas, después de realizar las 12 labores que se le asignaron logró caminar por la escalera del olimpo. El brinda esperanza tanto a los dioses como a los humanos ¡¡El mensajero de la justicia!! Su valentía es incomparable. ¡¡Es Hercules!!

Finalmente, después de las palabras de Heimdall el semi dios bajo de la carrera haciendo así que los caballos salieran de escena. Las miradas de ambos contrincantes eran serias y penetrantes, Jack se veía más desintegrado mientras que Hércules traía consigo un semblante decidido.

El pelirrojo empuño su garrote en el asfalto de aquella ciudad haciendo un hoyo significativo en la misma. Era increíble ver que tanto humanos como dioses apoyaban y admiraban con gran debosión al pelirrojo era como si por un momento no hubieran partes divididas, era como si la vida de la humanidad no importara. Los humanos preferían apostar a su perdida que apoyar aquel despiadado ser del cual temían.  Justicia contra maldad, maldad contra justicia así estaban las cosas en el ring de batalla.

—De todas las batallas en el Ragnarok que hemos tenido ¿A habido una mejor definida? La cuarta batalla del Ragnarok empieza ahora... ¡¡Luchen!! 

Por un lado teníamos al hombre que ascendió al nivel de los dioses envuelto en la gloria como el faro resplandeciente de la justicia y por el otro el humano más corrupto y malvado que se podía sacar de lo más profundo del inframundo.

"¿Por qué?" No dejaba de reproducirse en la cabeza de Hercules acompañado de un dolor sutil, sus ojos azules se posaron a un lugar específico del Valhalla donde el sabía claramente que su mirada sería correspondida, del otro extremo Geir y Bruhilde eran testigo de todo al igual que los demás gracias a las pantallas.

—Hermana—Agregó la menor.—Creo que el hermano Hercules está mirandote justo ahora.

Pues Geir estaba en lo cierto y es que claro esa mirada era el resultado de la gran duda del pelirrojo. Todos los hombres que hasta ahora han representado la humanidad habían sido dignos como Adán, Sasaki, Lu Bú.  Lo suficientemente dignos para sacudir los corazones de los dioses y sin embargo ese hombre que había seleccionado Bruhilde iba a ser el oponente de Hercules, un hombre que había arrebatado la vida de mujeres inocentes.

—¿Por qué...? —Pronunció el pelirrojo por lo bajo, sus ojos brotaban pequeñas venas de la ira y la frustración acumulada. Su rostro que normalmente era agradable, pasivo y alegre demostraba rabia e ira.—¡¡No me jodas Bruhilde!! —Grito haciendo que la antes mencionada desde su lugar riera casi a carcajadas.

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora