ii.

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—No te enfades, por favor.—Reí colgandome del cuello de Matt, el pasó sus brazos por los míos y me obliga a darme la vuelta, no puedo evitar sonrojarme al ver que estamos a una cercanía casi perfecta, me sonríe.

—No, yo nunca me enfado, y menos contigo princesa.—Trato de alejarme un poco y lo logro, aun así el sigue sonriendo y yo no me puedo quedar atras, le imito; me he escapado de casa solo para venir a verle, estamos en la feria comiendo algodón de azucar y no puedo parar de ofenderlo por su nuevo corte de pelo, el solo se ríe hasta hacerse el ofendido, termino con el tema con un golpecito en su brazo y empezamos a hablar al instante de otro tema.

—¿Has hablado ya con Jack?—Me pregunta, esta vez miro a mi helado y dejo escapar un suspiro.

—Bueno, parece que el sabe evitarme muy bien en verdad.—Me abraza por los hombros y puedo jurar sentirlo cerca de mi oreja, tan cerca que sus labios la rozan, me sonrojo un poco.

—Bueno, es un idiota.

—Lo sé.—Me limito a contestar, el no se ha alejado ni un poquito y yo no quiero tomar esa iniciativa, me siento cómoda a su par, como en mis primeros meses con Jack. Aunque con el no tengo esa misma chispa que me incendiaba con tan solo una mirada de Jack. Matt no es él.

—Me he divertido mucho Matt.—Su coche por fin se ha parado frente a mi casa, la noche por fin es negra, tengo que bajar con mi peluche que el ha ganado por mí así que la mentira que le he sostenido a mis padres va a ser descubierta, no me importa en realidad. Lo escucho sonreir.

—Yo también Jade, deberíamos repetirlo.

—Pues, mi querido Matt, todas estas semanas estaré pegada a ti, sere tu guía turística. Espero que no te aburras.

—¿Aburrirme?¿De ti? Nunca.

—Me halagas, lo sé, soy entretenimiento diario.—Nos reimos un poco y luego el silencio nos acoge, mi móvil suena con el tono de Jack, lo dejo sonar para no verme tan desesperada.

—¿No contestaras?

—Shh, ya voy.—Respiro profundo y lo hago.

—¿Hola?¿Jack?—Lo escucho aclararse la voz, se escucha tan ronca y me gusta.

—¿Jade? No pensé que contestarías, ¿estas concetada ahora en Skype?

—No—Miro a Matt.—he estado ocupada.

—Está bien, ¿ya no estas ocupada? Yo, yo de verdad quiero hablar.—Sus palabras fueron como la llave para abrir mi paso a lo romántico.

—Claro, ahora mismo me conecto.—Abro la puerta del coche y le susurro unas palabras a Matt "Adiós, gracias"—estoy poniendo mi e-mail—Camino deprisa hacia la puerta.—y ahora mi contraseña, nos vemos bebé.– Lo escucho reír.

Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now