Rejected. | Jack Gilinsky |

Capítulo 1.

Traición, cada letra escondiendo una mentira. T-R-A-I-C-I-Ó-N.

En la palabra no había ninguna J o E pero sin duda cada vez que la pronunciaran solo los recordaría a ellos dos, viviendo en su montaña de mentiras.

He estado alrededor de 3 horas sentada en el estudio, sola, mirando un punto fijo de la pared amarilla que tantas veces me inspiro. En la pared cuadros y fotos de Jack sonriendo y con diversas leyendas de la música; Justin Bieber, Lady Gaga, Demi Lovato, etc...

Odiaba el hecho de compartir la misma pasión por la música, incluso odiaba el hecho de que no podía dejar de pensar en él.

Odiaba sus malditos ojos soñadores.

Odiaba su sonrisa impertinente.

Odiaba que su voz me descontrolara.

Pero sobretodo eso, odiaba con cada pelo de mi cuerpo pensar en lo estúpida que había sido, tener que recordar mi amor infinito hacia el era tan desgarrador.

Le odiaba inmensamente, cada célula de mi cuerpo podría demostrarlo. 

—Ojalá la prensa se lo coma vivo.—Utilizo mis manos, estrujo la almohada pensando en su cara, en la cara de Ellen, quiero matar a alguien.—ojalá y no obstante todo por lo que ha luchado se le venga abajo y lo aplaste como el estúpido animal que es...le odio, con todo mi corazón.

Entonces una mano se posa en mi hombro y lo aprieta con negligencia, estoy a punto de apartarla hasta que el susurro tranquilo de Ed me detiene.

—Así que ya te diste cuenta.—Afirmó, fueron segundos los que pasaron antes de llorar.

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Sin duda todo era una locura, observo los enormes escenarios, las millones de sillas colocadas ordenadamente, no puedo dejar de ver nada, estoy sorprendida y desvelada.

Anoche no pude pegar ojo, acostada en la habitación de invitados de mi hermano repasaba cada detalle perdido; su aroma, su incontrolable mal humor en las noches y como sus hombros se tensionaban ante cualquier tacto inesperado. Entonces recordé la cara de mi hermano al verme frente su puerta a las 3 am con una pequeña maleta de mano en el que apenas traía la mitad de mi ropa, la furia colapso de sus pupilas, asentí para confirmar lo que pasaba por su cabeza.

—Ese cabrón.—Dijo, luego abrió sus brazos, me acuno en su pecho y me llevo a la habitación sin pedir explicaciones, solo quería tirarme y pensar. Seis en punto de la mañana, camino por los pasillos del gran estadio donde toda clase de artista se presentara, releo de nuevo la lista.

—¡One Direction, Selena Gomez, The Vamps y más! Por dios Ed, ¡esto es maravilloso!

—Lo sé, fue una ganga haberlo conseguido.—Sonríe satisfecho.

—Eres completamente el mejor manager—Golpeo su brazo cariñosamente.- no sabes lo agradecida que estoy contigo.

—No es que quiera bajar tu buen humor, pero ese imbécil estará hoy.—Murmura algo apenado, mis mejillas se ponen completamente rojas; si, lo había descubierto a él y a su secretito pero eso no quitaba el hecho de que cumplía mi sueño en grande, ya quedaba tiempo para llorar.

—Escucha Ed, tenemos que ver de nuevo nuestra lista de canciones.— Asiente y me lleva al camerino.

Todo era perfecto.