xxiv.

3.1K 230 32
                                    

No me da siquiera tiempo de sacar las bolsas del maletero, trazo un plan rápido en mi cabeza.

Primero entrar por la puerta trasera, segundo quitarme las zapatillas por si hago algún ruido, tercero quitarme el pelo de la cara así no me distraigo, cuarto rezar al cielo no encontrarlos follando. No cerré la puerta del coche por si hacia algún ruido innecesario, camine lentamente hasta la puertita que daba al patio con el corazón palpitando rápido, con fuerza, con fuerza y temor. Respiro hondo.

No hay ningún ruido en la casa, me quedo estética por lo que serán algunos tres minutos para comprobar si no es mi imaginación quien me advierte no seguir más adelante, pero si no lo hiciera me mataría tarde o temprano, tome fuerzas de algún valor que ni sabía que tenía y avanze. Mire la cocina, nada. El cine, tampoco. Cada lugar de la maldita casa menos su habitación que se encontraba al fondo del pasillo. Trague. Uno, dos, tres hacia mi corazón de nuevo. Camine rápido, pude experimentar un sabor agrio bajo mi lengua. Mis manos sudan y por la misma razón no puedo abrir el pomo de la puerta, estoy parada como idiota frente al pedazo de madera color marrón, la estudio, es simple y mi reflejo se ve en el. Si Ellen y Jack no estaban en toda la casa el último lugar era aquí, en su habitación con cama. Agradecí a Dios por tener la manga larga, escondí mi mano en el suéter y abrí la puerta, era ahora o nunca. La habitación olía a rosas y champagne, sonaba una música lo suficientemente baja para escuchar los suspiros del baño. Los suspiros y gemidos guturales que salían rítmicamente de allí.

Tuve que sostenerme de una pared antes de vomitar. Toda la habitación se movia, quise salir rápido, no quería que me vieran, no quería que supieran que habían ganado. Pero la habitación daba vueltas y el tiempo se fue volando rápido de mis manos, tres minutos después Ellen salió desnuda secándose el pelo sin mirarme todavía, detrás de ella Jack sostenía su cintura, como lo hacía siempre conmigo. Deje de la nada un sollozo sin lágrimas salir de mi boca. Ambos se giraron, ahogaron un grito. No nos atrevimos a decir nada por algunos segundos más pero, yo no podía dejar de mirarlos sin sentir náuseas en mi cuerpo, corrí al baño apartándolos de mi camino, ignorando el desastre que habían dejado en la bañera que estaba chorreando, una bañera que yo había compartido con el alguna vez, la misma que pensaba utilizar hoy. Abrí el retrete y vomité, vomité todo lo que podía, intente no sentir sus manos sostener mi pelo, acariciando mi cuello, pidiendo disculpas sin decir ninguna sola palabra, lo aparte con fuerza, empujandolo lejos de mí. Después de vomitar me sentí ridícula y sin fuerzas, incluso algo frágil. Me levanté con su ayuda, se sentía lo suficientemente culpable para no alejarse, dejando su orgullo atrás ante mi brutal rechazo, él me rechazo primero.

—No lo puedo creer.—Susurre, tome un poco de agua del lavabo y me enjagüe, lave mis dientes con cuidado, no deje el cepillo en el mismo lugar que antes, en vez de eso lo tome junto algunas pastillas que necesitaba para dormir. Lo tenía claro, no podía seguir allí. Él lo supo al instante.

—Jade tenemos que hablar.—No lo pude mirar hasta que llegue a la habitación, vagamente recordé a Ellen y con felicidad pude celebrar que su horrible cara no seguía allí. Saque mi maleta morada del armario.

—¿De qué tenemos que hablar precisamente Jack? ¿Sobre cómo vilmente me has engañado? Está bien, hablemos de eso—Tiro la maleta de la cama y me siento precisamente en ella.— ¿cuanto tiempo?

—Jade no...

—Ya me has escuchado.

—Un—Aclara su garganta.—un año...—Golpe bajo.

—Está bien, no quiero escuchar mas.—Salí de la habitación, sin las maletas, solo con mi cepillo de dientes y la cabeza baja, le había dicho que no quería escuchar nada pero muchas preguntas tenía en mi cabeza. ¿Cómo se conocieron? ¿Fue ella o él? ¿Cuándo fue el momento en que decidió que engañarme iba a ser una buena idea? Tome una respiración lenta y con remordimiento, lo que menos quería ahora era respirar. 

Me sente en el sillón de la sala principal sin tener miedo a casi nada, no estaba arrepentida ni nada de eso, ahora yo solo quería descansar y decidir que iba a hacer. Para ser sincera nunca se me ocurrio la ide de un Jack engañandome, no hasta que supe de Ellen, es un gran mentiroso, logra decir cosas falsas sin siquiera inmutarse, entonces me pregunte si realmente me amaba y la respuesta que me plantee me hizo sollozar fuerte. O al menos pensé que lo estaba haciendo, porque cuando levante mi mano a mis mejillas las sentí completamente secas, estaba temblando sí, pero no lloraba. No preste atención en ningún momento al episodio de F.R.I.E.N.D.S incluso cuando era mi favorito. Miraba a un punto fijo, recordando todas las pistas que curiosamente siempre estuvieron frente a mi. Sus llegadas tardes y los días en que ni siquiera aparecía en casa, los mensajes y los toques cariñosos con Ellen, todo de repente tuvo sentido, las piezas concordaban como en los rompecabezas que solía jugar cuando era niña, quise llorar. Quise morir.

—¿Estás respirando?—Apoyado contra el marco de la entrada, lleva una camisa blanca y unos pantalones grises, su pelo estaba despeinado y pude creer que era por la a veces que lo había restregado con frustación a los acontecimientos, me di una cachetada mental por creer aun que se veía lindo.

—Si, aunque desearía no hacerlo.—Me limito a responder, no se me corta la voz ni nada, solo me escucho algo desganada y triste. Lo escucho caminar, se sitúa frente a mi.

—No me quieres escuchar, pero yo si creo que es necesario que hablemos...

—¿Lo crees tan necesario como la decisión de engañarme?

—Por favor Jade, de verdad lo siento...

—No digas que lo sientes porque es mentira—Me levanto y lo miro a los ojos, con mi mirada desafiante ya no lo encuentro tan encantador, ahora no es más que un monstruo—no hubieras dicho que me amabas cuando en realidad te revolcabas con ella, no digas nada, no quiero escuchar más mentiras de esa boca tan falsa tuya. Olvida todo de mí, mis besos, mis abrazos, todo lo que he hecho por ti porque ¿sabes qué? Esos no eran para ti, esos eran solamente para el chico que creía conocer, el que me amo hace dos años atrás, no para este, no para ti. Eres simplemente ridículo, irreconocible, una mierda de persona.—Y entonces le doy un bofetón que lo deja perplejo por unos segundos hasta volver a la realidad.

—La cague, la cague de verdad, se que no me quieres escuchar ahora, así que mejor sube a la habitación, duerme un poco y hablamos mañana ¿te parece?

—Te dije ridículo, pero ahora no eres más que un gilipollas cobarde—golpeo su otra mejilla—no dormiré en el lugar donde te la follaste, y tampoco pienso quedarme un segundo mas aquí—Temblando camino, no me siento yo, me siento fatal—no me busques ni trates de averiguar donde estoy porque será otro motivo mas para odiarte—Recojo mi abrigo y mi pelo lo cierro en un moño alto y despeinado, por ultimo me volteo y me despido en silencio—Jack gracias.

—¿Gracias?—Está triste, ni siquiera disimula su tristeza y ojos llorosos, sabía que en cuanto me fuera el lloraría intensamente, se lo merecía.

—Gracias por demostrarme que todo no es como yo creía, gracias por demostrarme que a veces el hombre de tu vida es un gran cabrón de mierda, adiós, hasta nunca.


n.a: Llegamos al último capítulo de esta temporada, pronto empezaremos con la siguiente. Tenemos una novela en nuestro perfil de Brad  se llama "skype" leedla  y comentadnos si os gusta, votad tambien por favor, besos.

Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now