xii.

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La brisa en el parque nos despeina, el cielo es azul, no un azul normal, este tiene el color en todos los grados, nubes blancas de formas diferentes y un sol brillante que no logra incomodar, Las ramas de los arboles suenan, van de un lado a otro con el aire, el aroma es de las flores en primavera, el retrato del paisaje perfecto se quedaría corto con todo lo que yo estoy viendo. Es como estar en un relato irreal, en el que los problemas no importaban, me sentía feliz, nos sentíamos felices, felices y libres.

—Me creas o no, acabo de ver a un perro en forma de nube.—Le comento risueña.

—Si, si, si giras la cabeza y cierras un ojo.-le doy un golpe en la tripa.

—Bueno pues, encuentra tu una mejor imitación.—Tarda, tres, cuatro minutos hasta que lo escucho exaltarse de alegría.

—¡Esa nube tiene forma de elefante!—Grita señalando el cielo.

—Claro, si cierras un ojo, te imaginas un elefante en forma de nube, y luego cierras el otro ojo, asi si.—Le sonrió vengativamente, él se sube encima de mi y empieza a hacerme cosquillas. En el estómago, la cintura, el cuello, por todas partes, cambiamos de puestos tres veces hasta que duele reir. Cinco minutos de serenidad incomparable me hacen olvidar todos los problemas.

—No me quiero ir—Beso su pecho, el viento acaricia nuestra espalda y sus brazos me envuelven- me encanta estar aquí, contigo.—Su pecho sube y suspira.

—A mi me gustaría que nada nos impidiera ser felices.—Levanto la cabeza a su altura.

—¿De que hablas?—Sus ojos miran directo al cielo.

—Ser famoso no es fácil, daría todo por ser de nuevo normal y estar contigo sin preocuparnos de toda la mierda que inventan, sin preocuparnos de que nos acechen, sin preocuparnos de ser nosotros.—Comprendo lo que dice, no soy famosa pero con la simple atención los días de mis cumpleaños me siento sumamente presionada, no sé qué decir, me siento mal de la nada. ¿Yo en serio pude dudar de esta persona? 

—Podemos escapar; juntos, sin nadie, solos.—Le sonrio feliz, su ceño ahora esta plano.

—Siempre escapo de mis problemas cuando estoy contigo morenita—Susurra besando mi frente.—aunque a veces sea yo el problema—Se levanta de la hierba sin dejarme alguna posibilidad de responder, toma mi mano y me alza para estar de nuevo sobre mis pies, echamos a andar agarrados de la mano, atrás viene Marshall comiendo palomitas sin perdernos de vista. Con cada paso que damos una persona en el lugar infestado de ellas se gira y se queda en estado de shock. Literalmente, mas de uno con la boca abierta, entiendo mucho mejor lo que dice Jack. Las horas pasan, sentados en una mesa del restaurante mas caro de mi ciudad, nos agarramos de las manos y comemos sin dejar de mirarnos a los ojos.

—Jack...—Termina de beber de su cerveza y me mira con simpleza—¿Por qué dices que tu eres el problema?—La verdad es que, en todo el camino he pensado en eso,mi cabeza no ocupa ninguna otra duda mas que esta.

—Todas mis cagadas me delantan.

—Jack, todos la cagamos a veces, no eres el único—Deja el cubierto en la mesa y restriega sus ojos con dos dedos, se ve frustrado y hasta avergonzado—no se porque crees que eres tan malo cuando para mi eres lo mas cercano a un angel.

—Ojala tengas esa imagen de mi en tu cabeza, que nunca cambie de parecer respecto a lo que soy—Aprieta mi mano, mi corazón se estruja—yo soy solo Jack cuando estoy contigo, un chico humilde, solo contigo-Acerca el torso de mi mano a sus labios, la besa lentamente sin dejar de verme a los ojos—por favor nunca me dejes.

—¿Por qué haría eso? No te libraras tan facilmente de mi, si eso es lo que pretendes.—Le contesto con una mra fuminante de broma, se limita a sonreír.

Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now