Capítulo 12.

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—Puedes dejar tus cosas en el sofá—Jack entro detrás mia, un escalofrió recorrió toda mi columna vertebral como si la mano de un muerto se dedicara a trazar una línea por toda ella, habían pasado semanas y todavía no estaba lista para regresar al lugar donde todos mis sueños se habían desvanecido en un vil mar de mentiras, Jack tomo la iniciativa quitándome el cinturón del abrigo color granate al verme congelada viendo a un punto fijo, nuestra fotografía seguía decorando su mesita de noche, éramos felices desde un principio, todo parecía ir naturalmente, como las relaciones están destinadas a ser...¿1ué nos había pasado?— Jade, ¿está todo bien?

Con dificultad asiento un poco la cabeza, la acción me sale algo mal porque en vez de afirmar algo mi cuello se debilita con el simple hecho de que estoy mintiendo.

Jack frunce el cejo.

—Sabes que no estas obligada a estar aquí, ¿verdad?—Me pregunta dolido.—Dime que deseas Jade, esta noche soy tuyo ¿quieres que te lleve a casa? ¿Quieres quedarte?

—La verdad me gustaría quedarme—Le digo algo nerviosa, el cuello me pica joder, adopto mi personalidad nueva y poco mejorada y le suelto con mirada hostil.—mira, Jack, sé que he sido algo cabrona pero ahora que estoy un poco borracha puedes cumplir tu deseo y hablarme de porque has hecho toda esta mierda.

—No—Niega lentamente—cuando hable contigo quiero que estés completamente consiente.

—Jack, si esperas a que este consiente jamás tendremos una conversación normal.—Camino con cuidado tomando mi peso sobre las paredes, está muy oscuro, la luz de la luna solo alumbra la cama ordenada y limpia con aspecto cómodo y suave. Tengo tantas ganas de dormir.

—¿Por qué?—Me pregunta.

Ladeo la cabeza ofreciéndole una sonrisa burlona ¿de verdad no lo sabía?

—Jack cuando esta sobria te golpeare tan fuerte en el que ni siquiera el cirujano más extraordinario del mundo sabrá recuperar tu cara.

Ni una de mis amenazas le inmutan, su cara seguía tan risueña como siempre, con sigilo se acerca a mí, rodea mis hombros con sus brazos.

—Te he echado tanto de menos—Deja un rastro de besos detrás mi oreja.—por favor, quédate conmigo.

Todos los acontecimientos se están presentando en una lenta película en mi cabeza, todas esas sombras y oscuro pasado que sin embargo sigue muy presente se va esfumando, paso por paso, beso por beso, Jack esfuma todo lo que se ha atrevido a hacerme y eso me incómoda, no estoy agradecida ni feliz, no quiero olvidar porque el rencor no me deja hacerlo.

—Jack—Mi voz suena en un pequeño y acalambrado susurro.—por favor.

Sus manos se posan sobre mis caderas, trazando círculos con sus pulgares, el miedo sube hasta mi cabeza y de repente no puedo pensar con claridad, me dejo besar por primera vez después de esa mierda.

Su boca se siente tan cálida sobre la mía, estoy tan sumisa ante él y me avergüenza. Esta casi tan desesperado como yo.

—Te necesito Jade—Su nariz roza mi mejilla necesitando de repente su calor él se retira y camina hacia la cama con una sonrisa poco sugerente.

—¿Qué haces?

—Quiero dormir junto a ti.—Dice normalmente desnudándose frente a mí, dirijo mis ojos a su espalda firme, daría cualquier cosa por tener la libertad de tocarla sin remordimiento pero con falsa esperanza me resigno a quitarme los tacones e imitarle en sus acciones.

—¿No te resulta raro compartir la cama conmigo?

—Te quiero en mi cama y entre mis brazos todas las noches.

Guarde silencio observando mis uñas color rojo.

—¿Te molesta?—Pregunto Jack frunciendo el ceño.

—No, aunque tal vez debería.

—Te he echado de menos estas semanas morenita.

—Yo también te he extrañado—Susurro, sé que él no ha escuchado mi momento de debilidad. Aprieto los puños tratando de tranquilizarme

Pienso en que no quiero dormir en la misma cama en la que seguro ella se lo tiro, pero siguiendo de acuerdo a mis instintos tengo que demostrarle que la ingenua y estúpida Jade ya no existe reemplazándola por alguien frío...incluso cuando la vieja yo está rogando por abrazarle y perdonarle de inmediato la mando a callar con una bofetada mental.

Esto tiene que ser sencillo.

—Así que ¿cómo has estado? —Le pregunto quedándome en ropa interior. Estoy feliz, he utilizado el sostén de encaje que tanto le gusta además de ropa interior de color negro, que acentúa mi culo, no espero más para darme disimuladamente una vuelta sintiendo sus ojos en esa zona, tomo el vestido tirado en el suelo y me levanto rápidamente recordando mi desnudez ¿Cómo puedo ser tan despistada? Me luzco bajo su atenta y devoradora mirada, ahora, si me pidiera cualquier cosa gustosa le aceptaría.

Pero no lo hace.

En vez de eso se mete a la cama feliz y palmea su lado esperando mi cercanía. Muevo las caderas, en ningún momento dejo de ver sus ojos.

—¿Cómo crees que me ha ido?—Apoya su cabeza en la palma de su mano, acostada a su par y el observándome de esa forma me hacen sentir especial y amada, sospecho son las hormonas.

—Bueno, supongo que ahora que ya no te tienes que esconderte estarás un poco más relajado— Le respondo, de repente su cuerpo se pone tieso, me felicito mentalmente.—Ellen ha de estar muy feliz por eso.

Su mandíbula se aprieta cuando le menciono ese nombre, está tan guapo así.

—Hace una semana que no la veo.—Adopto su misma pose y muerdo mi labio inferior provocándole.

—¿No te hará falta?—Ronroneo cerca de su cuello esperando a que tome la iniciativa.

—Joder Jade—Sus manos se posan en mi cintura acercándome a él, titubeo, no estoy lista para esto, sus ojos me lo confirman y con una sonrisa tranquila pero igual de tensa que en el principio, me pone de espaldas a él , la cucharita se nos acopla bien como pareja, coincidimos en tantas formas, sus manos acarician mi abdomen y deja un mar de besos por toda mi nuca, oreja y hombro, quiero decir que estoy ebria y que por eso dejo que él me haga de cualquier forma, pero no lo estoy, en mi sangre no hay ni una gota que me justifique.

Él lo sabe.

—Duermo mejor cuando estas entre mis brazos—Confiesa Jack con una cálida sonrisa—pero puedes elegir donde prefieres dormir, tengo muchos cuartos de invitados.

—Me gustaría compartir la cama contigo Jack—Admití con timidez.—si no te importa.

—Nunca te negaría algo así.—Dijo el aumentando la presión en mi cuerpo. Dejo escapar un sonoro suspiro, siento su corazón latir rápidamente en mi espalda.

Pasan algunos segundos, puedo sentir mi respiración yendo más pausada.

Antes de caer rendida bajo sus caricias en un profundo sueño lo escucho susurrarme:

—Estás conmigo—Dice en un susurro. Parece una afirmación, una orden y una súplica.

Yo acepto cualquiera de ellas gustosa.

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Dejad vuestras preguntas para alguno de los personajes en los comentarios.

Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now