Todos conocen la historia de amor de la cantante que fue a formar parte de la familia de Fórmula Uno y terminó enamorada de uno de los pilotos promesas de Gran Bretaña. Pero una serie de malas decisiones tomadas por ambas partes hacen que su amor se...
*N/A: SE RECOMIENDA ESCUCHAR ESTE CAPÍTULO CON LA CANCIÓN EN MULTIMEDIA*
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LANDO NORRIS
No sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto o no, pero sí estaba consciente que lo que sentía por Alice nunca había dejado de existir. Probablemente cuando se enteren los demás algunos me feliciten por haber regresado con Al, pero también estoy seguro de que nosotros íbamos a ser los blancos fáciles de las redes sociales y tabloides.
Tenía mucho miedo de todo lo que podría pasar, pero sobretodo de que esa chispa que había entre los dos se haya terminado para siempre y sólo termine en un vago recuerdo lindo.
Ambos regresamos al interior de la casa donde se estaba quedando Flo junto con mi mamá y noto que todos están levantándose de la mesa. El pequeño almuerzo había terminado.
–¿Todo bien con Zak, hijo?–me pregunta mi papá y yo solo asiento con la cabeza.
–Sólo quería que le diera una retroalimentación sobre el carro–le digo siento como Alice me abraza por la espalda.
Extrañaba mucho estar así con ella.
–Lan, vamos a ir al centro con Sav–escucho a mi hermano hablarme desde la cocina y se oye como suenan las llaves del coche y casa–¿Quieres que te llevemos o necesitas algo?
–No Oli, gracias–le respondo muy amablemente y me volteo para ver a Alice–Voy a ayudar a desempacar a Alice.
Al escuchar mis palabras, la pequeña americana me dedica una sonrisa y yo paso mis brazos por encima de sus hombros apegándola hacia mi.
Sin duda alguna, todo mi ser la había extrañado un montón.
–Vamos–le digo mientras tomo su mano y la llevo al cual iba a ser su cuarto por esta corta instancia.
Afortunadamente, Oli me había tendido una mano y había traído la pequeña maleta que había traído Alice para el viaje.
Rápidamente subo la maleta sobre la cama y siento como Al me toma del brazo para hacerme a un lado.
–Yo puedo hacerlo, Lan–me responde con una sonrisa y empieza a desempacar todo.
–Me había olvídalo lo muy independiente que eras–le digo y tomó asiento en el pequeño sofá que tenía su habitación.
–¿A diferencia de Laila?–vacila un poco Alice mientras va acomodando todo.
–No te compares con ella Al–le pido a la cantante y sé que mi comentario la ha tomado por sorpresa.
