Todos conocen la historia de amor de la cantante que fue a formar parte de la familia de Fórmula Uno y terminó enamorada de uno de los pilotos promesas de Gran Bretaña. Pero una serie de malas decisiones tomadas por ambas partes hacen que su amor se...
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ALICE HILL
Nunca pensé que esto me pasaría a mi después de todo lo que había vivido. Terminar llorando de dolor en el pequeño escenario que tiene el show de Jimmy Fallon no estaba en mis planes. Tampoco estaba en mis planes ser llevada de emergencia al hospital por este dolor en las manos.
Mi teléfono empezó a reventar de llamadas por parte de todos los que habían visto el programa: Lando, Leo, Victoria, Carlos, Pierre, Charles e incluido Riqui. Solo había hablado con Lando para explicarle lo que me estaba pasando y que claramente, no podía resistir más el dolor.
El inglés apenas escuchó que no me encontraba bien decidió tomar el primer vuelo con dirección a Los Ángeles para verme y eso le iba a costar la próxima carrera.
Los doctores me recibieron a penas entré a la sala de emergencia y trataron de darme algunos medicamentos para así saciar el dolor en las manos. Lo que más preocupaba era que el ahora también me dolían las piernas y el color de los dedos de mi mano estaban pálidos y un poco morados.
Ya llevaba más de seis horas en el hospital y los doctores me habían hecho diversos exámenes médicos para poder encontrar qué era lo que había pasado.
Victoria había dejado a Carlos en Italia y al igual que Lando, había tomado el primer avión para venir a verme. Sus padres, felizmente, estaban en la ciudad y habían venido al hospital para acompañarme en todo momento.
Escucho como la puerta del cuarto donde me habían dejado descansar se abre y el doctor que se estaba encargando de mi caso entra con un portafolio en las manos.
–Hola Alice, ¿como te sientes?–me pregunta para sentarse a mi costado.
–¿Después de haberme obligado a beber como dos litros de agua? Mucho mejor, doc–le respondo y los padres de Victoria entran a la habitación.
Sus caras demuestran bastante preocupación y la mirada de la mamá de Victoria es la misma que tenía cuando pasó el accidente de mis padres.
–¿Que tengo, doc?–pregunto directo al grano, necesitaba saber que era lo que tenía.
–Alice, los exámenes que te hicimos eran para verificar si lo que creíamos era lo correcto y los resultados nos dieron la razón–me empieza a hablar el doctor en voz baja–Tienes una enfermedad llamada lupus, Alice.
Cuando el doctor terminó de hablar, la preocupación me invadió todo mi cuerpo y sentía que poco a poco mi mundo se derrumbaba.
–¿Y eso que es?–le pregunto ya que no tenía ni la mínima idea de lo que se trataba.
–El lupus en una enfermedad que afecta a tu sistema inmunológico y hace que tus defensas en vez de atacar a las baterías, ataquen a tus células y organismos que se encuentran en buen estado–me responde el doctor y esta vez usa un vocabulario más sencillo de entender.
