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*LEER EL CAPÍTULO CON LA CANCIÓN QUE APARECE EN MULTIMEDIA*

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ALICE HILL

Siempre dicen que cuando menos esperas algo, eso pasa. Esa era yo hoy en día en este precioso instante. Cuando baje las escaleras, nunca pensé que me encontraría con él acá en Woking y menos en el umbral de la puerta de la casa que compartía con Lando.

Ricard Puig estaba al frente de mi y traía consigo una pequeña mochila en su espalda. Intenté disimular mi sorpresa, pero conociéndome mi cara demostraba lo que estaba sintiendo en estos momentos.

–Hola Al–me saludó desde su lugar con una pequeña sonrisa.

–Riqui, ¿qué haces acá?–le pregunté mientras miraba si Lando bajaba a la primera planta.

Lo último que quería era un malentendido entre este par.

–Pues me he enterado de tu situación y quería verte como estabas en persona–me respondió para luego apoyarse en el marco de la puerta principal.

–¿Como has conseguido llegar hasta acá?–le pregunto.

–Pues la semana pasada fui a Los Ángeles ha visitarte y me di con la sorpresa que estaban rentando tu casa. Todas tus cosas estaban afuera y  me encontré con Victoria que había ido por unas cosas tuyas.

Diablos Victoria, tú y tu inmensa bocota.

–Hablé con ella y me dio la dirección de donde estabas viviendo con Lando. Espero que no te haya molestado por haber venido así como si nada–dijo un poco apenado.

–No pasa nada–mentí, no quería que esto fuera más incómodo de lo normal–¿Quieres pasar?

–Por favor, antes de que un paparazzi tome una foto mía–me dijo entre risas y me hice a un lado para dejarlo pasar.

El español entró a la casa de Lando y su mirada se dirigía a cada parte de la casa. Riqui parecía que estaba examinando cada parte de la casa en busca de algo, pero supuse que solo era un poco de curiosidad por su parte.

–Nunca había visto tantos cascos en mi vida–habló Riqui y se acercó al pequeño estante decorativo que tenía Lando en la sala.

El español se iba a acercar a tocar uno de los cascos, pero fue detenido por mi voz.

–No los vayas a mover, odia mucho que los muevan–le advertí y el español cambió su rumbo.

HILL | LANDO NORRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora