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ALICE HILL

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ALICE HILL

Desde la última vez, las veces que iba al paddock empezaron a disminuir y mi tiempo en Londres empezaron a aumentar. Al inicio, el público y prensa empezó a especular que habíamos vuelto a terminar, pero eso se terminó cuando volví a visitar al autódromo de la mano de mi novio.

Había conseguido terminar el nuevo álbum con trece canciones más dos extras en dos meses y no iba a negar que había resultado terapéutico para mi misma hacerlo. Las noches me las pasaba grabando o componiendo la melodía mientras que Lando estaba en Dios sabe dónde haciendo lo que más amaba.

Dejar el tratamiento médico de lado por unos meses había servido para que el álbum esté listo en tiempo récord, algo que sorprendió a todo el equipo y sobretodo a Leo. Claro, sin que Lando y todos ellos supieran lo que estaba haciendo.

El inglés no sabía que el álbum ya estaba listo, no tenía la más mínima idea de lo que habíamos conseguido con el equipo de producción y mucho menos, ni cuando ni donde se lo mostraría. Lo único que le había dicho es que estaba ocupada componiendo y grabando, pero no sabía si era para el álbum o por simple diversión.

Ambos nos habíamos mudado a una casa a las fueras de Woking y estábamos rodeados de miles de árboles que hacían lograr que nuestro hogar sea un refugio de la sociedad.

¿Entonces voy a buscarte al aeropuerto a las seis de la mañana?–escucho como Lando me habla desde la otra línea y me saca de mis pensamientos.

Este fin de semana le había prometido a Lando ir a verlo correr ya que el final de temporada se iba acercando.

–Sí, según lo que me mando Zak dice que a esa hora debería estar su hijo adoptivo en el aeropuerto esperándome–le respondo con una sonrisa en la cara mientras miro por la ventana de la cocina el bello paisaje que teníamos.

No iba a negar que la casa nos había enamorado por sus paisajes y sobretodo por los enormes jardines que nos rodeaban.

No sé cómo haré para levantarme a tiempo, pero ahí estaré yo o alguna extensión mía–me responde.

–¿Eso significa que es muy probable que Jon o Charlotte venga por mí en vez de ti?–le pregunto con un tono de sorpresa–Creo que ya no me quieres como antes–le digo en broma mientras me hago la ofendida.

Alice, te amo con todo mi corazón, pero la idea de levantarme a las cuatro de la mañana, alistarme para ti, un trayecto de dos horas al aeropuerto y de ahí ir al paddock para después estar corriendo como por dos horas créeme que no me fascina tanto–me dice un poco cansado–Ojalá pudiéramos quedarnos en el hotel viendo alguna de tus series favoritas y dejar de lado la carrera.

HILL | LANDO NORRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora