32

3.7K 234 62
                                    

LANDO NORRIS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LANDO NORRIS

Todo estaba calculado. Había hablado con todos los que había contratado para sorprenderla y me habían confirmado que ya estaba todo listo para nuestra cita. Ella estaba con una camisa holgada y unos jeans ceñidos al cuerpo mientras que yo estaba con una camisa verde militar y mis pantalones cremas. A penas la vi, sentí como mi corazón empezó a latir más rápido y le tomé la mano para ir juntos al coche que había rentado para el día de hoy.

Solo seríamos ella y yo, nadie más.

Todo el camino estaba buscando las palabras adecuadas para poder proponérselo de la mejor manera posible. En mi cabeza se formularon miles de frases, pero ninguna terminaba de convencerme. Alice hablaba y hablaba acerca de su día y yo fingía que la escuchaba, pero mi mente estaba en otro lado.

–¿Y cual es tu parte favorita de Red?–escuche como me pregunta mi novia una vez que el carro paro en el semáforo rojo.

–Probablemente "puedo empezar a decirme a mí misma una vez que superemos el lío, seremos más fuertes por ello"–le respondo sin despegar mi vista del frente mientras hablo.

–Esa línea no es de Red, Lando–la escucho hablarme y no despegó mi vista del frente, pero sé que me está mirando.

–Tienes razón, pero esa frase me ha gustado mucho–le confieso y cojo rápidamente su mano–Siento que nos representa.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y volví me vista al frente.

Alice Hill me tenía en sus manos desde hace tiempo y mi corazón latía por ella.

(...)

–¡No me lo creo!–la escucho gritar de la emoción una vez que estamos al frente de la dama de hierro–¿Como conseguiste que esté vacía para nosotros?

–Por amor puedes hacer lo que sea–le respondo para abrazarla por la espalda luego y depositar pequeños besos en su cuello.

Mi novia se gira sobre sus talones para quedar al frente de mis ojos y después darme un tierno beso en los labios.

–Te amo–me habla luego de que se separa de mi.

–Y yo más–le respondo y tomo su mano para empezar a caminar junto con ella–Ahora vamos que nos falta la mejor parte.

–¿Hay más?–pregunta con bastante emoción Alice. 

–Esto solo es el comienzo–le respondo mientras me dirijo a las escaleras que nos conducen a la cima de la torre.

Los nervios me comían por dentro, no sabía cómo disimularlo y, sobretodo, que Al no se de cuenta del plan. Una vez que subimos a la cima de la Torre Eiffel, comprobé que Carlos había sido el mejor amigo que pude haber tenido y todo lo que le había dicho que quería para esta cita estaba tal cual: una mesa para dos en la punta de la Torre Eiffel solo para nosotros dos y el piso lleno de pequeñas velas blancas que iluminaban el lugar.

HILL | LANDO NORRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora