Unilateral I Jakehoon

EPÍLOGO

El sexo en cualquier momento y lugar era lo mejor, o al menos eso pensaban Sunghoon y Jake mientras llevaban a cabo uno de sus típicos encuentros.

Ambos sabían que eran un desastre mientras sus cuerpos se mantenían unidos, sudados y sonando al unísono en medio de la sala.

Sunghoon gimió fuertemente cuando Jake golpeó profundo, sonriendo con satisfacción cuando lo vio arquearse y casi chillar de desenfrenado placer. Park, por un momento, se vio agarrando el borde del sofá con su mano temblorosa, mientras le decía al castaño lo bien que se sentía; lo jodidamente bien.

Jake bajó su cabeza y lo besó duro, arrebatándole la respiración un instante mientras continuaba embistiéndolo con esa primitiva necesidad que lo llenaba cuando estaban así, tan intimo y áspero a la vez. Ellos se amaban, pero a la hora del sexo era como si solo existiera deseo y necesidad por el otro, los volvía un par de animales en celo que no buscaban más que satisfacer el deseo más básico.

Sunghoon envolvió su cintura con algo de brusquedad y jaló de su cuerpo, animándolo a moverse más rápido y duro contra él. Y eso consiguió, porque los gemidos de ambos, junto a sus cuerpos chocando sin control, fue lo único que se oyó durante el último tramo de aquella locura.

Se corrieron casi al mismo tiempo, Jake después de Sunghoon. Siempre se corría después de él porque su orgasmo se liberaba cuando veía al menor arquearse, gemir con un pequeño sonrojo y la boca abierta, casi deshecho por la increíble sensación. Esa imagen podía con el en muchas formas. Cayó sobre el menor, todavía entre sus piernas y sin salir de él, oyendo la agitada respiración contra su oído y las suaves manos, que tanto amaba, pasándose por su espalda en una caricia lenta pero constante y firme.

— No hay mejor manera que esta para empezar el ultimo día del año — dijo Sunghoon con diversión, su tono juguetón. Hundió un poco más el rostro y terminó depositando un cálido beso en el cuello de Jake — Espero que recibamos el año nuevo de la misma forma.

Jake sonrió, separándose por fin para verlo al rostro, aunque sin alejarse por completo del cálido cuerpo.

— No creo que los demás disfruten del espectáculo, pero cuando se vayan me encantaría hacerlo — sonrió y volvió a besarlo, esta vez con más calma, dejando de lado el saciado deseo para traer de nuevo el amor que mantenían uno por otro.

Sunghoon se mordió el labio sin borrar su sonrisa, un tanto coqueto mientras veía a su novio levantarse por fin, acomodándose la ropa. No era justo que el único completamente desnudo fuera él.

— ¿Quién se baña primero? Tenemos que ir por algunas cosas para la noche — dijo Jake recordando que en unas cuantas horas ya era la cena que todos los años hacían. Ya sea para Navidad o Año Nuevo, siempre cenaban todos juntos para alguna fiesta.

— ¿Y si mejor nos bañamos juntos? — propuso moviendo una pierna de un lado a otro, tentando al mayor que sonrió en una exhalación profunda, como pidiendo piedad por su pobre persona que era incapaz de resistirse a su Hoonie.

— Es mala idea teniendo en cuenta que nos demoramos mucho. Voy primero — decidió por fin. Besó al menor con una sonrisa al verlo hacer un pequeño berrinche, totalmente en desacuerdo con su elección. 

Sunghoon se sentó para comenzar a vestirse sin ganas. No era la primera vez que tenían sexo en la tarde, y menos en la sala, solo que la noche anterior también lo hicieron y su cuerpo aun tenia la resaca de ello. Pero, a la mierda, nunca podía negarse a Jake, y no es como si se sintiera obligado a aceptar cada petición suya porque de hecho había veces que se negaba, pero la mayoría las aceptaba, y una de ellas era tener sexo en cualquier momento. Sin importar la hora, o en que lugar de la casa estuvieran.