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— ¡Carajo, carajo! — maldijo reiteradas veces cuando sintió las potentes embestidas. Por puro impulso escondió el rostro en la almohada y la apretó desesperado, sintiendo las rudas manos sostenerlo de las caderas para mantenerlo en el lugar — Joder, Heeseung...

El castaño sonrió y pasó una de sus manos por la sudada espalda de Sunghoon, desviando el toque hasta el costado de su muslo. Debía admitir que tenia un fetiche con ese lugar, le encantaba tocarlo y besarlo.

— Muévete, cabrón — exigió insatisfecho cuando notó que se quedaba quieto en su interior, haciéndole sentir lleno y de mal humo porque todavía no se había corrido y el idiota de Heeseung se había detenido.

Se apoyó sobre sus codos y movió sus caderas con intenciones de continuar con las estocadas, pero el agarre duro en su cuerpo se lo impidió porque Heeseung lo detuvo deliberadamente. No escondió un gemido de frustración, maldiciendo al mayor, porque él estaba caliente como el infierno y se quería correr de una puta vez.

— Insultar a la persona que te provoca múltiples orgasmos no es muy decente de tu parte, bebe — burló echándose encima y pegando los labios contra la lechosa espalda de Sunghoon. Lo sintió temblar debajo, y eso lo hizo sonreír torcido.

— Dejar a mitad de camina a la persona que te entrega el culo tampoco es muy decente de tu parte, imbécil — volvió a decir de mala gana.

Heeseung no aguantó una carcajada, momento que el pelinegro aprovechó para apartarse y empujarlo a un lado, subiéndose inmediatamente para continuar. El idiota de Lee siempre solía hacer eso; cogerlo brutalmente para luego dejarlo a mitad de camino, haciéndolo frustrar y maldecir.

Heeseung agarró una almohada y la dejó debajo de su cabeza para acomodarse mejor, teniendo el cuerpo desnudo de Sunghoon encima, viéndolo en primera fila. Joder, el pequeño era caliente, no se cansaba de tocarlo y hacerlo gemir entre maldiciones.

— Oye, ¿alguna vez te dije lo caliente que te ves montándome? — inquirió con una sonrisa divertida, pasando las manos por el torso desnudo. Se mordió el labio y se dedicó a disfrutar tanto de la imagen como del tacto.

— Un par de veces — le respondió con la respiración agitada, sonriendo igual de divertido mientras agarraba el miembro y volvía a encajarse, llenándose de un solo sentón que le hizo gemir gustoso.

Enseguida comenzó a moverse y no dudó en inclinarse pegando su boca a la de Heeseung que ya lo esperaba ansioso, besándolo con hambre. Las manos de este se deslizaron por su cuerpo hasta terminar en su trasero, dándole un golpe que le hizo quejarse por lo bajo provocando una sonrisa maliciosa en el castaño.

Como toda respuesta volvió a besarlo y aumentó sus sentones, gimiendo y quejándose en su odio al instante, tembloroso y desesperado por llegar de una jodida vez.

Heeseung también gimió ansioso por llegar. Le gustaba molestar a Hoon dejándolo con las ganas, pero en realidad se jodía a si mismo porque en momentos así lo único que quería era liberarse.

Sunghoon gimoteó y tembló entre sus brazos mientras se corría, y él no aguantó cuando las paredes internas lo apretaron jodidamente bien hasta llevarlo en un segundo a su propio orgasmo, viniéndose por fin.

— Madre santa — murmuró Sunghoon en su oído, junto a una risita mientras llevaba una mano hasta su cabello, dando tirones y acariciándolo torpemente.

—No sé si yo estaba necesitado o tú coges mejor cada día — se burló con los ojos cerrados, acariciando la espalda del menor. Otra risa de Sunghoon resonó en su oído y él se vio tocándolo con más delicadeza — Voy a irme por la segunda porque no quiero quedar como un idiota hormonal.

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora