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Estaba nervioso, debía admitirlo.

Ya tenia más que claro que cada vez que se quedaba a solas con Jake algo ocurría, así que había estado dudoso de aceptar al inicio, pero cuando lo vio esperando por una respuesta no pudo decir que no. Jake se veía emocionado y contento cuando le dijo que comieran juntos, y él pensó que no había nada de malo pasar un rato juntos... mientras todo estuviera bien y no pasara ninguna mierda de lo que ha ocurrido últimamente.

Heeseung tenia razón. Tampoco debía alejarse de repente, sin más, solo mantener la distancia y eso no significaba evadir a Jake en todo momento, e incluso rechazar sus invitaciones. Solo debía comportarse.

Cuando la puerta se abrió Jake lo recibió con una sonrisa, y él entró sintiéndose tímido, pero tranquilo también. Esa inquietud que había tenido encima en el ultimo tiempo se había esfumado desde que tuvieron esa pequeña charla, y ese mismo día en la mañana, mientras hablaban apartados del resto le hizo dar cuenta que no debía darle la espalda a Jake como si fuera la peste.

Debía enfrentarlo, no huir.

Él mismo le había dicho hace tiempo atrás que seguían siendo amigos, pero no los mismos de antes.

— ¿Ya tienes hambre? ¿O aguantas hasta más rato? — le preguntó el mayor mientras él dejaba la mochila sobre una silla y se quitaba el abrigo.

— Comí algo antes de salir de la cafetería, así que aguanto — dijo sonriendo, pensando en el par de cupcakes que se había comido.

Jake sonrió y asintió mientras se iba a la sala, siendo seguido por el pelinegro que lo miró divertido cuando vio la consola instalada.

— Pensé que te gustaría jugar conmigo — dijo con una pequeña sonrisa vergonzosa, y Sunghoon enseguida se acomodó en el suelo frente al televisor.

Antes siempre jugaban, así que no evitó sentirse nostálgico.

Tomó uno de los mandos y miró a Jake acomodarse a un lado.

— El que pierde paga la comida — propuso enseguida, y el castaño lo miró con reclamo.

— Yo te invité, así que pago yo.

— Olvídalo, pagaré la mitad entonces.

Jake iba a quejarse otra vez, pero recordó una de las tantas cosas que Heeseung le había dicho ese día.

Tú siempre has sido del tipo que impone su cuidado. Siempre al pendiente de Sunghoon, esperando que necesite algo para salir corriendo y conseguir lo que sea que se le antoje, y no. Esta bien estar al pendiente y servir, pero tú exageras. Sunghoon es el tipo de persona que le gusta sentirse útil, que puede hacer algo por los demás también, no solo que le hagan. Así que, la próxima vez que compartan algo y él se ofrezca a pagar, deja que lo haga. Te darás cuenta que de esa forma lo vas a complacer más que dándole todo servido.

Pero no quiero que gaste el poco dinero que gana. A mi me sobra, no me cuesta pagar todo — dijo con desaprobación.

A eso voy. Con esa actitud condescendiente y extremadamente empática haces que él se sienta inútil, y además, así solo alimentas tu falsa autoestima que se infla como aerostático cuando se trata de Sunghoon — acusó severamente, regañándolo como si él fuera un niño — Basta de eso, Jake. Comienza a pensar en Sun como un igual, no como si fuera tu Dios al que debes servir.

— Bien — aceptó resignado.

Se mordió el interior de la mejilla, renuente a seguir ese paso.

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora