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Ni-ki buscó a Jungwon hasta que lo encontró sentado completamente solo en la escalera. Se sentó a un lado y lo vio mirando la leche de fresa en sus manos, cabizbajo y ausente.

Solo cuando lo sintió, Jungwon sorbió rápidamente y se pasó la mano por el rosto en un fugaz y brusco movimiento lleno de rabia.

— Jay dijo eso porque yo lo presioné. Lo siento.

— Dijo lo que sentía — masculló. Enseguida alzó el pote rosado sin abrir y se lo mostró a Ni-ki — Acepte tener una cita con ella.

— Lo imaginé. ¿Estas bien con eso? Me refiero, ¿te sientes cómodo o solo lo hiciste por rabia?

— Acepté porque no quiero quedarme estancado como idiota. De camino pensé que debía solo aceptar que las cosas con Jay no fueron bien y listo, ya no quería estar deprimido, pero ahora me siento mal otra vez. Soy un estúpido.

Ni-ki se lamentó en silencio. No debería haber atacado a Jay, quizá guardarse la rabia para cuando tuviera la oportunidad de hablar a solas con él.

— ¿Que te parece si hacemos algo después de clases? — propuso luego de un momento en el cual pensó.

— ¿Hacer qué? — preguntó mirándolo con esos grandes ojos expresivos, luciendo genuinamente curioso.

— No tengo idea, pero pensé que te gustaría salir un par de horas para no quedarte en casas y pensar más de la cuenta. 

— Pero... ¿solo los dos, cierto? La verdad no quiero que los demás sigan tolerando mi animo de mierda. Al menos tú no te salvas de aguantarme — dijo sonriendo, y Ni-ki le correspondió el gesto a la vez que le sacudía el cabello con cariño, haciendo reír por lo bajo al mayor.

— Si, solo los dos.

— Entonces bien — aceptó inmediatamente, viéndose de mejor humor. Enseguida se levantó y estiró los brazos.

Ni-ki lo observó un momento, y de repente Jungwon le extendió la leche de fresa con una sonrisa.

— Ya que vamos a salir luego, tienes que aceptarla — explicó rápidamente cuando vio al pelinegro a punto de preguntarle.

— Pero es tuya, ademas no vamos a tener una cita.

— Una cita de amigos — dijo divertido, encogiéndose de hombros.

Jungwon insistió con un gesto de mano todavía extendiendo el pote, alzó las cejas con gracia y Ni-ki al cabo de un instante la aceptó. Luego, Yang se alejó dejando al pelinegro observando su regalo, sonriendo ligeramente.

— Una cita de amigos — repitió, y al instante se decidió por beber mientras se levantaba y regresaba con los demás.





Sunghoon se adentró al apartamento sin esperar a que Jake le abriera la puerta. El día anterior le dio la copia de las llaves que siempre fueron suyas, así que de cierta forma sentía que de a poco todo regresaba a la normalidad entre ellos.

Se quejó un poco por el frió mientras se quitaba el abrigo y la mochila, viendo a Jake sentado en el sofá comiendo cereales como un nene con las piernas cruzadas, de pijama y con el edredón encima.

— Carajo, que frió hace aquí — se quejó yendo al calefactor. Lo subió un poco y enseguida se acercó al mayor que inmediatamente palmó su lado en el sofá, sonriendo — ¿Comiste bien?

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora