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Ese día en la mañana había estado seguro de lo que haría, pero ahora mientras iba en camino, simplemente no conseguía sentir esa seguridad. Más bien, tenia ganas de dar una ridícula excusa y salir corriendo de regreso a casa de Heeseung.

Jake caminaba a su lado con calma, manos en los bolsillos y masticando un chicle que se echó a la boca cuando salieron del campus, despidiéndose del resto de sus amigos.

Heeseung le había ofrecido acompañarlo, y él estúpidamente le dijo que no porque seria rápido. Ahora se arrepentía, porque estaba nervioso. Por alguna razón, sentía que algo pasaría.

— ¿Quieres un chicle? — ofreció el mayor.

Sunghoon no respondió, solo estiró la mano y aceptó el pequeño rectángulo que le ofreció. Le sacó la envoltura y se lo echó a la boca sintiendo el sabor de la fresa y la frescura de la menta. Eran los chicles favoritos de Jake. Quizá le ayuden con la ansiedad del momento a él también.

Cuando llegaron al apartamento, no evitó sentirse nostálgico y un poco triste. Ahí fue donde todo pasó. Los recuerdos de cuando estuvieron en el sofá a punto de besarse, y él saliendo hecho un mar de lagrimas tirándole las llaves a Jake le cayeron encima en un segundo. Se sintió nostálgico, triste y avergonzado.

— Iré a buscar mis cosas. Será rápido — avisó sacándose la mochila y dejándola sobre el sofá mientras pasaba de largo.

— ¿Necesitas ayuda?

— No te preocupes — dijo enseguida entrando a su antigua habitación.

Todo seguía en su lugar. Por un momento había pensado que se encontraría con todo el lugar destrozado, porque Jake era impulsivo y violento cuando tenia rabia encima: quizá por el resentimiento se podría haber desquitado con sus cosas, pero no pasó. Todo estaba tal y como lo había dejado.

Fue al ropero y se paró en puntitas para manotear un bolso de arriba y llevarlo a la cama, comenzando a sacar su ropa con cierta torpeza. Mientras más rápido lo hiciera, más pronto se iría de ahí.

El mayor se acercó al cuarto y se apoyó contra el marco, viendo a su amigo moviéndose de un lado a otro para juntar sus cosas. En ese momento, mientras lo observaba, pensó una vez más en lo que había decidido.

No se sentía seguro del todo, a decir verdad, pero consideraba que era la única forma de que Sunghoon volviera a ser el mismo. Solo él sabia lo mucho que quería eso.

— Tenemos que hablar — avisó entrando de una vez, acercándose a la cama y sentándose a un lado del bolso, viendo como el menor acomodaba la ropa y guardaba lo que tenia a un lado.

Sunghoon quiso decir que estaba sorprendido, pero no era cierto. Jake no era el tipo de persona que se rendía fácilmente o que dejaba las cosas sin mas. Quizá por eso mismo estaba ansioso y apresurado por irse, porque sabia que de igual forma el mayor querría hablar sobre lo que ocurría.

La cosa era, que él ya no quería tocar ese tema.

— Ese tema ya esta zanjado, Jake. En serio, no es necesario.

— Lo es para mi — aseguró viéndolo con firmeza, sin dejar lugar a una negativa — Necesito que me escuches.

Sunghoon se enderezó después de acomodar su ropa en el bolso y lo miró.

— ¿Por qué te empeñas en tocar el tema una y otra vez? Ya esta. Nuestra amistad no va a ser lo mismo.

— Llegué a una solución después de pensarlo bastante. Estos días lo único que hice fue pensar en alguna forma de arreglarlo.

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora