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En cuanto cortó la llamada no le sorprendió sentir el vació recorrerlo. Esa sensación ya era su mejor amiga, prácticamente, de tanto que habían convivido ya no podía sentirse incomodo o fuera de lugar. Quizá de ser lo contraria se sentiría raro.

Miró el móvil en su mano antes de tirarlo hacia su cama y salir del cuarto, sin importarle estar semi desnudo y recién bañado.

Pasó por la sala y no le dijo nada a Heeseung cuando lo vio en el sofá, inclinado sobre la mesita escribiendo y viendo un libre. Llevaba así al menos dos horas, haciendo trabajos y dedicándose de lleno al estudio, tanto que luego de que el mayor se sentó no volvieron a intercambiar palabras.

Sunghoon se dijo que estaba bien eso, que Heeseung era aplicado en sus estudios y que él debía hacer lo mismo también, si tan solo no estuviera tan deprimido.

Estaba intentando ser amigo de Jake, solo amigos normales que no tenían una amistad poca sana rozando la obsesión mutua, pero era difícil. Hace diez años que eran inseparables, y no podía de un día a otro simplemente esperar despegarse con la facilidad que se despega un chicle de la suela de un zapato.

Lo estaba intentando, pero se sentía fatal. Y peor era que Jake le insistiera con algo que de verdad no quería, y sin embargo mucho no le faltaba para tirar todo a la mierda y aceptar. Después de todo, siempre fue patético si se enamoró de su mejor amigo.

Salió de la cocina con una botella de agua y se quedó en el umbral de la sala observando la espalda del castaño. Sonrió y terminó por sentarse a un lado, dándole un sorbo a su botella.

— Creí que ya te habías dormido — dijo el mayor dándole una fugaz mirada, sonriendo con cierta malicia en cuanto notó su semi desnudez.

— Aún no tengo sueño.

Heeseung dejó de hacer su tarea y lo miró con ojo critico, dándose cuenta de que algo sucedía.

— ¿Qué ocurre?

El pelinegro mordió su labio inferior mientras apretaba la botella con ansiedad y cierta angustia que le molestaba. Ya estaba harto de sentirse así.

— Me llamó Jake — confesó por fin, y Heeseung le prestó más atención dejando el bolígrafo sobre sus hojas — Quería verme. 

— Y como sigues aquí yo supongo que te negaste.

— Estaba en una de sus típicas salidas, creo que estaba ebrio. Lo noté por su voz, y por las estupideces que dijo — soltó con desdén, hastiado.

— Sun, ¿ocurrió algo con él, cierto? — inquirió seguro. El menor hablaba con tanta rabia retenida que solo pudo llegar a esa conclusión, como si hubiera pasado algo que lo mantenía sumido en un pozo de resentimiento hacia Jake.

— Ese día que fui a buscar mi ropa... nos besamos — contó sin emoción, y Heeseung alzó ambas cejas con sorpresa — Yo lo besé, más bien, porque él ni siquiera es capaz de darme un beso sin imaginar a una chica. Hasta asco le da — sonrió con tristeza.

El mayor rápidamente se acercó y lo abrazó, siendo correspondido por el menor que no demoró en rodearlo también. Sunghoon suspiró con agrado y calma en cuanto percibió el calor de Heeseung y su perfume. Le calmaba más de lo que esperaba.

— Él esta dispuesto a darme lo que sea que yo quiera, pero a cambio quiere que este a su lado como antes. Es tan injusto — murmuró dolido. Enseguida sintió una mano sobre su cabello — Cree que yo solo quiero su cuerpo, no se da cuenta que quiero mucho más que eso. Lo quiero a él. Quiero tenerlo, pero no como mejor amigo. Ya no hay forma de que lo vea así, y sin embargo no quiere entenderlo.

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora