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La mesa era un caos de risas y gritos, lo normal en ellos cuando se juntaban, pero Sunghoon casi no hablaba y prácticamente se mantenía en otro lugar mientras sus amigos se divertían.

Se habían juntado en un club nocturno con la idea de festejar el cumpleaños del menor de ellos, pero este estaba tan desinteresado y ausente que los demás comenzaron a notar que algo no andaba bien.

Incluso Heeseung lo notó, porque jodidamente no podía apartar la mirada del pelinegro. Eran amigos hacia tiempo, ambos eran parte de ese pequeño grupo de amigos que se fue formando con el tiempo hasta ser los siete que estaban presentes. De hecho, el ultimo en llegar fue Heeseung cuando ingresó a la universidad y terminó haciéndose amigo de Ni-ki, siendo incluido de a poco en el grupo.

Siempre los siete.

Heeseung mentiría si dijera que en el ultimo tiempo comenzó a sentirse atraído por Sunghoon, porque en realidad desde el primer momento pensó que era caliente y que, de hecho, le encantaría comérselo. Fue fácil pensarlo, pero admitirlo y asimilarlo para intentar algo ya fue cosa más difícil, pero se dijo que no había nada de malo en eso, y se lanzó.

No estaba reacio a la idea de ser folla-amigo del menor, sin embargo Sunghoon no se veía para nada interesado en algo así. No se lo había dicho directamente, pero con todas las veces que se le había insinuado descaradamente y el menor lo rechazó, sin ser cruel, le quedó más que claro que eso no le interesaba.

Y aun así, Heeseung estaba lejos de solo rendirse y no conseguir ni siquiera el tener al pelinegro contra una pared, con su lengua hasta la garganta que también quería besar exteriormente. Quizá dejarle una que otra marca de recuerdo.

Se volvía obscenamente libidinoso y sucio cuando tenía al menor enfrente. Su mente volaba.

— Quiero brindar — dijo de repente uno de los chicos en la mesa. Sunoo se levantó con una sonrisa, vaso en mano, y miró a Sunghoon sacándolo de su mundo perdido — Por mi mejor amigo. Feliz cumple, Sun.

— Es mi mejor amigo — espetó Jake rápidamente con mala cara, sin embargo no se negó a juntar su vaso con el resto. Todos deseándole feliz cumpleaños al pelinegro que simplemente los acompañó en el gesto con una sonrisa forzosa.

— Tan celoso, Shim — se burló Sunoo, y Sunghoon solo hizo una mueca de molestia.

Si Jake no fuera tan jodidamente celoso todo sería un poco más fácil, porque su estúpido e ingenuo corazón se ilusionaba con algo que no eran más que celos de amistad, porque él y Jake eran unidos desde que se conocían y el mayor ciertamente lo tenía a su lado, siempre agarrando y dispuesto a golpear a quien sea que intente alejarlo.

Le había dado ternura el primer tiempo, cuando no lo amaba como algo más, pero ahora le destrozaba porque no podía evitar ilusionarse con la pequeña esperanza de que los celos eran por algo más, no por temor a perder a su mejor amigo.

— Vuelvo enseguida — dijo levantándose.

Ni-ki a su lado le dejó espacio para salir porque estaban sentados en un sofá que rodeaba la mesa, y no en sillas que solo podía correr. Él estaba entre Jake y Ni-ki, siempre con el mayor al lado, y no por decisión propia.

Se las arregló para no tropezarse pasando entre la gente. El lugar era un caos de cuerpos bailando, oscuridad y luces de colores que iluminaban apenas. Y él era torpe, ciertamente, pero agradeció poder llegar al baño sin haberse tropezado en el camino. Se acercó al lavaba y mojó sus manos, luego le siguió su cara que mantenía esa sombra de desgano. No conseguía sentirse bien hace tiempo.

No culpaba a nadie, solo a sí mismo.

Cuando la puerta del baño se abrió no hizo más que mirar por mero impulso, encontrándose con Heeseung y una seriedad que ya era natural en el castaño, aunque había algo extraño que Sunghoon percibió en cuanto lo vio. Un aire travieso, algo poco usual en Heeseung porque en realidad no era del tipo juguetón.

Unilateral I JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora