Jeno
Por primera vez luego del gran cambio que conllevo la muerte de mamá mi vida parecía estar estable. Ya habían pasado algunos meses desde aquello y aunque era algo que nunca podría desaparecer de mi cabeza, un dolor que nunca superaría sino que mas bien aprendería a vivir con el, no fue tan difícil como lo había imaginado. La vida seguía y yo con ella, y estaba seguro de que mamá no hubiera querido que me quedara atrás, incluso apostaría a que se arrastraría fuera de su tumba solo para regañarme.
La familia Na había jugado un papel importante en mi especie de duelo, mas que nada Jaemin. Todo lo que había pasado entre nosotros había sido una buena distracción que me sacaba de malos momentos, aunque a veces podía arrastrarme aun mas profundo. Pero ahora estábamos bien, todo parecía fluir de la manera correcta. Y se sentía tan bien. Su mera compañía era un sentimiento acogedor que hacia a mi corazón caer mas por el pequeño muchacho. No era una relacion de telenovela, no nos jurábamos amor eterno, no había momentos demasiado románticos pero eran los pequeños instantes en el que solo éramos el y yo que conmovían mi corazón. Aquello que a ojos de muchos podían verse insignificantes pero que para mi era como tener una galaxia entre mis manos.
Así como ahora, mientas contemplaba su perfil iluminado por la luz dorada del sol mientras desaparecía por el horizonte, con los mechones de cabello revoloteando por la brisa fresca. La afilada mandíbula marcada y la pequeña sonrisa mientras cerraba los ojos disfrutando de la calidez del sol y la soledad que experimentaba. Porque yo estaba unos metros detrás observándolo con fascinación. La arena cayo de su traje de neopreno cuando Mark, sentado sobre su tabla adentrado en el mar, agitó su mano y lo incito a disfrutar de las olas que quedaban antes de que anocheciera por completo.
Lo vi correr con la tabla debajo del brazo y zambullirse de lleno al agua, no tardo demasiado en llegar hasta el canadiense y para que segundos después comenzaran a jugar como niños. Reí cuando Mark tumbo a Jaemin de su tabla, viendo sus pies por sobre su cabeza. Johnny extendio una botella de agua cuando se sento a mi lado.
— Parecen unos niños. — murmuro mientras sonreía y le daba un sorbo.
— En parte aun lo son.
Luego los gritos de ambos llamándonos a que nos uniéramos se hicieron presentes segundos después, Mark agitaba sus brazos mientras que gritaba el nombre de Johnny a todo pulmón. Jaemin en cambio solo me miraba con una sonrisa en el rostro, invitándome silenciosamente a unirme a ellos. Ambos dejamos las botellas en la arena y corrimos hacia ellos, Johnny se lanzó hacia el canadiense cuando estuvo a unos metros de él; terminando ambos jugando en el agua. Por mi parte, tomé la tabla de Mark y subía a ella para luego remar hasta estar al lado de Nana.
Observe su perfil mientras miraba hacia el horizonte y aunque sus facciones no lo demostraran, lo notaba tan feliz que hizo mi corazón agitarse dentro de mi pecho.
— ¿Qué tanto miras? — murmuro segundos después, me había estado viendo de reojo y seguro la sonrisa que tenia plantada en el rostro ahora era gracias a la cara de idiota que debo haber tenido.
— Nada. — respondí mientras me encogía de hombros y cuando trate de acercarme mas a él, extendió su pierna y con un leve empujón de su pie me tiro de la tabla.
— ¡Jaemin! — grité cuando sentí el agua fría. La carcajada sonora que soltó cuando me vio me hizo bufar y nade hasta estar debajo de su tabla para segundos después voltearla y hacerlo caer.
Lo vi patalear para llegar hacia la superficie pero jale de su pie hasta que estuvimos frente a frente. Su cabello flotaba y de vez en cuando algunas burbujas salían desde su nariz.
Nos pasamos todo lo que quedaba de la tarde jugando como niños entre los cuatros, demasiadas risas y jalones. También hubo empujones y guerras entre Mark con Johnny contra Jaemin y yo. Podía apostar que el 20% de agua de mi cuerpo ahora se debía a la que había entrado por mis oídos.
Y cuando ya comenzaba a oscurecer, luego de ver el atardecer tirados en la arena, volvimos a casa. No había nadie cuando llegamos y todas las luces apagadas, solamente una nota en el refrigerador de parte de los Señores Na diciendo que irían a una cena importante en Honolulu y que volverían la tarde del próximo día.
— Estamos solos. — susurre contra su oído mientras lo abrazaba por detrás. Sentí como sus músculos se tensaban cuando deslice mi mano por su vientre.
— Jeno. — murmuro con pesadez mientras se giraba hacia mi y pasaba sus brazos sobre mis hombros. Me empujo hasta que nuestras frentes se tocaron y nuestras narices chocaron. Exhalo con fuerza y el aire caliente llego hasta mis labios. Arrastre mi nariz sobre su mejilla mientras aferraba mas su cintura entre mis brazos y lo acercaba mas a mi.
— Mmh. — respondí con simpleza.
— Bésame.
Y yo no era quien para negarme a tal petición de aquellos ojitos de bambie. Tome una bocanada de aire antes de arrastrar mis labios sobre los suyos. Lo bese a mi manera y Jaemin se dejo hacer, enterrando sus manos entre las hebras húmedas de mi cabello. Aun tenia el sabor salado que dejaba el agua de mar y no necesite mucho tiempo para oírlo suspirar sobre mi boca. Sonreí sobre sus labios y cuando me separe unos centímetros para observarlo, demonios, podía jurar que era un maldito ángel. Estaba respirando agitadamente y tenia el cabello levemente desordenado mientras que sus pupilas estaban demasiado dilatadas y sus labios comenzaban a hincharse.
— Eres hermoso. — comente, tan inesperadamente que vi el leve sonrojo asomar por sus mejillas.
Y antes que pudiera reírme, Jaemin tomó mi nuca y me jalo hacia él para besarme de nuevo. Pero no había nada de seducción a fuego lento y toda la delicadeza se había ido por el caño cuando se le ocurrió la maravillosa idea de morder y tirar de mi labio. Lo empuje contra la mesada y lo alce, esperando a que rodeara mi cintura con sus piernas.
Camine con él encima hasta la su habitación, porque su cama era un poco mas grande que la mía, y a la hora de subir la escalera lo tenia chupando y mordiendo la piel de mi cuello. Me senté con el en mi regazo sobre la cama y volvió besarme mientras mis manos se deslizaban por debajo de su camiseta, sintiendo la piel suave erizarse bajo mi palma.
Y cuando sentí nuestras erecciones chocar y Jaemin se movió un poco mas sobre mi, la habitación se volvió un caos de jadeos y gemidos, mordidas y movimientos bruscos e inexpertos de dos tontos que querían un poco mas de contacto.
Terminamos haciéndolo un par de veces, siendo la primera casi un desastre. Pero nos estábamos descubriendo a nuestra manera y eso lo hacia mas real.
Acabamos hechos un desastre, abrazados y con la respiración irregular pero al fin y al cabo juntos.

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The Beach [Nomin]
FanfictionNada conmigo, creo que puedo ver la playa. Se lo que está debajo, te necesito aquí conmigo. The beach - The neighbourhood