Something's gotta give - Camila Cabello
Jaemin
Todo se sentía diferente.
El aire en la habitación se había vuelto más pesado y, en mi interior, algo que me carcomía los huesos, esa vocecita que le daba pie a los pensamientos intrusivos no paraba de hablar. Pero ya no había vuelta atrás, y verlo a Jeno recostado a mi lado, durmiendo pacíficamente sin una idea de todo lo que sucedía a nuestro alrededor, solo me asustó aun más.
Estaba seguro de que esa seria mi ultima noche con él, podría apostar todo mi dinero y estaba seguro de que ganaría, porque una sensación que derriba montañas me helaba los huesos. Por eso, me recosté sobre su pecho desnudo sintiendo la parsimonia con la que respiraba y lo tranquilo que latía su corazón, intentando guardar cada detalle en mi memoria.
La forma en que su pecho subía y bajaba, la suavidad de su piel y lo tersa que se volvía en la palma de sus manos, como los músculos de su rostro se relajaban mientras dormía pacíficamente. Todo me recordaba a él, no había una sola cosa que no trajera su rostro a mi mente. Jeno se había metido debajo de mi piel, había cavado tan profundo que no había forma alguna que pudiera quitarlo de ahí. Y estaba tan cómodo con su presencia que ni siquiera me molestaba. No había forma alguna en la que algo cambiara mis sentimientos hacia él, de ninguna manera podría quitarlo de ese lugar.
Y me dolía tanto, demasiado. Era un escozor en mi pecho que subía hasta mi garganta y me impedía hablar. No podía llorar, no tenia con que. Lo odiaba, no poder amarlo como quería, como verdaderamente podía me destrozaba. Y estaba tan asustado, porque cuando la burbuja se rompa, iba a estallar como una explosión y nos iba a arrastrar a todos. Iba a odiarme, cuando supiera la verdad me detestaría y no podría vivir con su odio hacia mi. No él, todos menos él.
A los pocos minutos, su brazo me rodeo y estrujo hacia él. El calor de su cuerpo se volvió más intenso y todo se volvía más fácil a su lado, o así me parecía.
- ¿Qué sucede Nana? - susurró pero estaba lo suficientemente cerca como para poder escuchar lo ronca que se había vuelto su voz.
Besé su mejilla y estruje mi nariz contra él mientras Jeno sonreía ante mis acciones.
- Solo... estaba disfrutando el momento.
No mentía, sabia que cuando papá vuelva a casa, el caos llegaría con él.
Solo que pensé que no seria tan pronto.
En cuestión de segundos todo se había vuelto un caos. Golpearon a la puerta y luego un estruendo seguido de gritos se escucho, la voz de mamá se elevaba por encima de barullo. Mire a Jeno asustado y cuando estábamos por correr fuera de la habitación, grandes pisadas resonaron por la escalera y la puerta se abrió de un tirón y golpeo contra la pared.
De frente, el rostro de mi padre se transformó cuando nos vio a Jeno y a mi. Estaba enfurecido y el punto de su ira era yo. Dio un paso adelante en mi dirección y Jeno tiró de mi brazo y se coloco entre ambos, separando a mi padre de mi lo más que pudo. Mi madre apareció unos segundos después, con el cabello revuelto, asustada y con un sartén en la mano.
- Ya basta Dongyul, vete de aquí - habló mamá mientras apretaba el mango del sartén en su mano.
Trato de tomar su brazo pero papá se soltó de un movimiento brusco y volvió a mirarme. Era imposible describir los sentimientos en sus ojos; repudio, odio, hacia mi o hacia él, quien sabe. La única certeza era que el caos había llegado, y no se iba a ir sin hacer estragos.
- Tu... - dijo mientras me señalaba, las palabras fueron pronunciadas con asco y ni siquiera cuando Jaehyun había muerto me había hablado de esa manera. Estaba seguro de que me odiaba y que le repugnaba, no se si el hecho de que estaba con un hombre, que ese hombre era mi medio hermano o ambas.
Mamá intento tomarlo una vez más pero dio un paso hacia el frente y chocó contra Jeno. Me encogí detrás de la espalda del menor pero él pareció hacerse mas grande. Su pecho se ensancho y le sostuvo la mirada a mi padre.
- Me das asco.
El corazón se me resquebrajo, si bien estaba con la mirada fija en Jeno, sabia que esas palabras iban dirigidas hacia mi. Observé como Jeno me tomó la mano mientras enfrentaba a mi padre.
- Si usted, señor, tiene algún problema con que dos hombres se amen... - Jeno no fue capaz de terminar, la carcajada que dio mi padre cortó el aire y yo temblé. Jeno no era capaz de comprender la situación pero cuando vio con el cinismo que mi padre me observaba, volteo a verme. El ambiente se torno lo suficientemente pesado como para aplastarme contra el suelo y por primera vez, desvié mi mirada de aquellos ojos que cuando sonreían se convertían en dos líneas. Avergonzado, apreté su mano.
- ¿Me estas llamando homofóbico, niño? - mi padre se rio y pude ver como disfrutaba el momento. - ¿No se lo has dicho, Nana?
Ahora todas las personas en la habitación tenían su atención en mi, Jeno murmuro un "¿Qué?" y cuando mi padre metió su mano en su bolsillo y escuche el sonido del papel lo miré suplicante.
- No lo hagas papá - imploré pero sabia que no funcionaria de nada. Mis ojos, que alguna vez lo habían visto con cariño y amor, ahora no quedaba mas rastro que dolor. Estaba a punto de llorar, las lagrimas no tardarían en correr en poco tiempo y algo se estaba por romper.
- ¿Qué cosa? - insistió mi madre, era una testigo que miraba desde una delgada línea que podría hacerla protagonista también de esa escena en cualquier segundo. Y sufrí por ella también, no se merecía lo que iba a suceder, ni ella ni Jeno tendrían que sufrir por ello.
Pero tal vez en ese sentido era igual a mi padre, ambos habíamos arrastrado a las personas que amábamos hacia un posible dolor.
Papá sacó el papel de su bolsillo y lo empujo contra el pecho de Jeno:- Léelo por tu mismo, hijo.
Jeno soltó mi mano y tomó la hoja mientras mi padre se alejaba para presenciar el siguiente acto de la obra que había creado. Vi como su brazo tembló a medida que leía aun más y cuando se giro por completo a verme yo ya era un desastre.
- Jaemin.
Ya no era Nana.
Un simple Jaemin que pronunciado por sus labios me terminaron de quebrar.
Ya no había amor, cariño ni simpatía en sus palabras. Y sus ojos, por Dios sus ojos, me miraban con tanta decepción, confusión y desprecio que preferiría haber muerto en ese instante. Su mirada me pedía explicaciones pero yo no tenia nada para decir, me temblaban los labios y ya estaba llorando.
Y el tiempo pareció durar una eternidad, una en la cual solo existíamos nosotros dos. Yo que intentaba de no cortarme con las piezas rotas de mi mismo y él, juzgándome en el silencio. Y nunca había oído un silencio tan ruidoso.

ESTÁS LEYENDO
The Beach [Nomin]
FanficNada conmigo, creo que puedo ver la playa. Se lo que está debajo, te necesito aquí conmigo. The beach - The neighbourhood