Jeno
Aún seguía sentado en la arena mirando el mar incluso luego del amanecer. En algún punto Jaemin se había levantado de mi lado y alejado en silencio. No dije nada, estaba demasiado perdido apreciando la tranquilidad que me transmitía el silencio cálido de la playa a esas horas. El cielo era un estallido de colores en tonalidades naranjas y las olas rompían contra la costa en un sonido arrullador. Era completamente diferente a Seúl, allí incluso en medio de la madrugada se podía escuchar el ruido de la ciudad. Pero aqui era completamente diferente, el ambiente era distinto.
Volvi cerca de las siete de la mañana, la señora Na me esperaba en la cocina con una taza de café en sus manos y los dedos golpeteando contra esta en un acto nervioso. Tenia el cabello enmarañado y leves ojeras bajo sus ojos. Gritó mi nombre y se acercó corriendo, dejando a un lado el objeto que tenía en manos. Sus manos fueron a parar a mi rostro y palmeo mis mejillas mientras me observaba detenidamente.
— ¿Estas bien? ¿Tu pómulo duele? — el calor de sus palmas debido a la taza de café se sintieron como una dulce caricia mientras seguía inspeccionando mi cara en busca de algún rasguño.
— Estoy bien. — murmure mientras tomaba sus muñecas y las alejaba de mi mientras le sonreía. — No es nada, fue la impresión del momento.
— Voy a matarlo cuando vuelva. — gruñó entre dientes mientras se daba la vuelta y comenzaba a preparar algo. — ¡Lo castigare por una semana!
Siempre había sido bueno para darme cuenta de las cosas. Algunas veces más rápidamente que otras pero al fin y al cabo siempre mis pensamientos estaban en lo correcto. Y mis dudas se aclararon aún más cuando escuche a la Señora Na murmurar un "No te preocupes Jaehyun". En ese momento quise llorar, por alguna extraña razón un nudo se me había instalado en la garganta y se me cristalizaron los ojos. Sentí pena por la mujer frente a mi, la que como una madre estaba preparando algo de comer a su hijo. Solo que yo no lo era. Tal vez el suicidio de su hijo había sido demasiado grande para afrontar que se encerró en su burbuja, aislada la de cruda realidad. De alguna manera yo debía recordarle a él, o solo era su forma de afrontar la muerte. Aferrándose a alguien que vivía algo similar a ella, solo que yo había perdido a mi madre.
— Cariño, ¿Por qué lloras? — se acercó a mi dejando todo a un lado y me rodeó con sus brazos. Tal vez era cosa de madres transmitir esa sensación tan única que te invadía cuando te abrazaban. Porque el mundo podía estar ardiendo en llamas pero todo sería calmo en sus brazos.
Tal vez parecía un niño tonto intentando aferrarse a esa sensación que tanto extrañaba. Ese sentimiento que había perdió gracias a la muerte y que con anhelo deseaba volver a sentir.
— ¿Puedo abrazarte? — pregunte con la voz temblando, la nariz chorreda de mocos y las lágrimas en mis mejillas.
Debí verme demasiado miserable como para que no me contestara sino que en cambio me abrazara sin decir ninguna palabra. Y lloré desconsolado en sus brazos, tal vez era cosa de madre e hijo lograr que llore con ellos.
🌊🌊🌊
Estaba en la habitación de Jaehyun cuando oí el sonido de la puerta y segundos después el torbellino de gritos superpuestos.
Jaemin debía de haber vuelto.
Eran cerca de las once de la noche cuando se había dispuesto a regresar. Y desde su llegada lo único que se lograba entender desde arriba eran regaños hacia él. Pero no parecían ser por estar desaparecido casi un día, los Señores Na no mostraron mucho interés al pasar las horas de que su hijo no volvía. Sino que parecían ser por el incidente la madrugada anterior. Pero ni por un segundo oi la voz del chico de cabello castaño.
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The Beach [Nomin]
FanficNada conmigo, creo que puedo ver la playa. Se lo que está debajo, te necesito aquí conmigo. The beach - The neighbourhood