Jaemin
Nuestra historia juntos había comenzado con un amanecer en la playa y, sin yo saberlo, estaba a punto de terminar frente a un atardecer en el mismo lugar.
El tiempo pareció detenerse y luego correr en cámara lenta. Jeno me miraba y por una vez desee ver el vacío de sus ojos, pero para mi no había nada mas que una mezcla de enfado y tristeza. Vi como apretaba la mandíbula, la forma en que los músculos de su rostro se contraían y como la nuez bajaba.
Busque los ojos de mamá, tratando de encontrar un poco de consuelo pero ella estaba a travesando su propia tormenta. Había jalado a mi padre del brazo y le estaba gritando mientras trataba de no llorar. Se sostenía el pecho mientras que con su mano apuntaba a mi padre y vociferaba cosas que no estaba dispuesto a oír.
Pero Jeno, él era completamente distinto a mi madre, aunque ambos estaban a travesando un proceso similar.
- ¿Lo sabías Jaemin? - pregunto, pronunciando cada palabra lentamente. Tal vez era su manera de no explotar y terminar como mi madre, que era un desastre de llanto y maldiciones contra mi padre.
No pude verlo a los ojos y mentirle, quise, intente pretender que desconocía mi parentesco con él. Pero podía hacer cualquier cosa, incluso follar con mi medio hermano, pero no podía mentirle. No había forma de que lo mirara a los ojos y dijera un simple "no".
Por supuesto que todo hubiera sido mucho más simple si hubiera sido capaz. Desgraciadamente no tuve la valentía para mentirle y pronuncie casi en un susurro y sin verlo un "si".
Los segundos pasaron sin mas y no quise ver su reacción pero oí como soltó aire de manera ruidosa y como sorbio la nariz. No quería ser testigo de la imagen que iba a presenciar, por nada del mundo quería verlo pero cuando tuve el valor suficiente para alzar mis ojos y encontrarme con su rostro, sentí mi corazón ya maltrecho terminar de romperse.
Esa imagen me atormentaría por el resto de mis días, yo era el autor de esa obra de arte y cuanto hubiera deseado morir en la soledad antes de ver al Jeno que vi ese día. Las lagrimas corrían empapando sus mejillas mientras que se abrazaba a si mismo en un intento de calmarse, respiraba tan irregularmente; contrario a la parsimonia con la que dormía horas antes.
Intente acercarme, pero cuando moví mi pierna para dar un paso hacia el, me miro con tanto desprecio que me eche para atrás. - Aléjate Jaemin, ¡No te acerques!
El grito que profirió fue tan violento que la habitación se sumió en un silencio mientras mis padres volteaban a vernos. Mi madre nos miró a ambos, desesperada en no saber como ayudar a sus dos muchachos. Intento acercarse pero Jeno salió corriendo antes de que diera dos pasos y yo salí tras el.
En el ultimo tiempo había llegado a conocerlo también que sabia a donde se dirigía. Cuando llegamos a la playa, contrario a la primera vez, el sol se estaba poniendo en el horizonte pero no había colores vibrantes despidiéndose del paisaje ni mucho menos. Las grandes nubes grises y negras que se asomaban por la costa solo presagiaban la gran tormenta que se avecinaba. El mar estaba negro y embravecido, el estrepitoso ruido de las olas rompiendo contra la arena y el viento que hacia que la arena pique contra nuestra piel eran el menor de mis problemas.
Iba a perder a Jeno, iba a perder al amor de mi vida.
Lo sentía deslizarse como arena entre mis dedos, quería consolarlo, protegerlo, irónicamente era yo quien lo había lastimado.
- ¡Jeno basta! - grite por sobre todo el estruendo de fondo.
Se volteo hacia mi enfurecido y me respondió de vuelta:- ¡Te dije que te fueras Jaemin!
Un par de gritos de su parte no iban a asustarme.
- Basta, déjame explicarte. - intente acercarme pero solo me miró como un perro rabioso.
- ¿Qué cosa? ¡¿Qué me mentiste y te guardaste le pequeño detalle de que somos hermanos?!
- Yo... Jeno nunca quise lastimarte. - trate de calmarlo pero estaba desquiciado, era la primera vez que el escenario cambia y mientras que yo intentaba traer paz, Jeno se alteraba aun más.
Me miro con desprecio cuando hable y murmuro un - Oh, que sorpresa. Salió exactamente como planeabas.
- Jeno... Por favor dej...- pero era en vano, no quería escucharme.
- ¡Ya cállate! ¡No quiero oírte!
Y la calma que tenia conmigo se fue y la crisis también llego a mi. No supe como manejar todos los sentimientos y emociones que tenia en mi interior, arrepentimiento, miedo, frustración, odio y una lista mas de cosas que pasaban por mi mente. Me sentía tan agobiad por la situación, como si la atmosfera se hubiera vuelto de repente tres veces mas pesada y me empujara contra la tierra.
Caí sentado contra la arena mientras lloraba, en un intento de drenar un poco de la catástrofe que había en mi. No serviría para absolutamente nada mas que para liberar liquido pero era lo único que sabia hacer.
- Te amo. - y cuando alze mis ojos hacia Jeno, el universo se alineo para que un rayo iluminara el cielo y vea como las gotas de agua se acercaban a nosotros y empezara a llover. Su cabello se empapo con facilidad y cayó sobre su rostro, dándole un aspecto más sombrío. Simplemente estaba parado alli, observándome mientras el mismo tenia su propio caos en mente.
- No lastimas a quien amas, Nana. - por primera vez hablo con tranquilidad, una tranquilidad totalmente fingida.
Lleve mis rodillas contra mi pecho y escondí mi cabeza contra mis rodillas en un intento por no tener un ataque en ese mismo instante. Para cuando alce mi rostro para verlo una vez más, esa vez que seria mi ultima vez viéndolo, solo pude observar como su espalda se alejaba mientras caminaba bajo la lluvia.
Lo que sigue después son detalles que aun son muy dolorosos para recordarlos minuciosamente.
Cuando volví a casa, luego de haber perdido la cuenta de cuantas horas habían pasado, me encontré con que solo mamá se hallaba allí. Estaba sentada mirando al gran ventanal con un vaso de whisky en la mano y la mirada perdida.
- Se fueron. - murmuro cuando me senté frente a ella. - Tu padre y Jeno volverán a Corea.
Inhale profundamente y cuando exhalé, las lagrimas también cayeron. Me recosté en su regazo y lloré en silencio como un niño mientras mamá acariciaba mi cabello en un intento de consolarme, y consolarse a ella misma.
Lloré hasta la ultima gota de mi ser mientras sentía como mi corazón, que para este punto ya creía muerto, seguía desgarrándose y agonizando de dolor. Y dolía tanto como el día que perdí a Jaehyun.
Otro nombre se agregaba a la lista:
Jaehyun
Papá
y ahora tu, Jeno.
Creí que por primera vez después de un largo tiempo podría ver de nuevo la playa y nadar contigo.
Caí una vez más al mismo pozo, ya estoy demasiado cansado y enfermo de esto. No soy a prueba de fuego, eso es obvio. Todo el dolor se siente como si quemara en mi interior. Tan solo espero que eso no me mate.
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The Beach [Nomin]
FanfictionNada conmigo, creo que puedo ver la playa. Se lo que está debajo, te necesito aquí conmigo. The beach - The neighbourhood