Jaemin.
Mierda, mierda y más mierda .
Mark y yo alcoholizados no era una buena combinación.
Y más aun por el hecho de que siempre, de alguna manera ambos terminábamos encerrados en una habitación comiendonos la boca como si nuestras vidas dependieran de ello.
Nunca supe cuando habíamos empezado "esto" pero un día ambos nos levantamos en la misma habitación, sin remeras, con mi pecho lleno de marcas y su cuello infestado de pequeños moretones. No nos acordabamos de una mierda, el alcohol nos había pegado fuerte y no le dimos importancia.
Luego volvió a pasar, una y otra vez hasta que llegamos a un acuerdo mutuo donde no hablábamos de ello pero cuando estábamos borrachos podíamos hacer entre ambos los que se nos de la gana.
Porque Mark era hetero y yo... bueno yo creía que me gustaban un poco las chicas.
Pero nada quitaba el hecho que mientras el alcohol ardía en nuestras venas, la puerta de la habitación estaba cerrada y solo las paredes estaban presentes su boca devoraba la mía con ganas.
Estaba sentado sobre su regazo, con su erección justo sobre mi mientras que sus manos apretaban mi delgada cintura y mis brazos se aferraban a su cuello.
Su respiración pesada e irregular chocó contra mi boca cuando se separó para respirar un poco. Fui yo quien busco sus labios esta vez, mi boca chocó contra la suya de una forma desesperada y me moví encima suyo provocando que gruñera.
— Jae... — murmuró con la voz ronca, en tono de advertencia.
Mark siempre era el más cuerdo de los dos, pero aún así lograba que se dejara llevar un poco.
Un gemido se me escapó cuando levantó un poco su cadera pero se perdió en la musica de fondo que retumba en toda la casa.
— Cierra la boca y bésame.
Y eso fue suficiente para que el canadiense tome mi nuca con una de sus manos y jale de mi cabello hacia atrás, dejando mi cuello expuesto.
Sus dientes atacaron la piel bronceada y sudada, dejando besos y marcas que luego tomarían forma y tendría que cubrirla con maquillaje pero poco me importan en ese momento.
Su mano libre en mi cintura se metió por debajo de mi camisa y acarició la piel de mi espalda, erizando la con su tacto frío. Se movió hasta llegar a mi vientre y comenzar a descender hasta el inicio de mis pantalones pero una de mis manos lo detiene.
— Mark... — ahora soy yo el que habla, alejando su mano de mis pantalones. — Eres heterosexual, recuérdalo.
Solo recibo una risa algo distorsionada, su respiración en mi cuello hace cosquillas y estrecho mis piernas alrededor de él cuando una de sus manos aprieta mi trasero.
— Si vuelves a hacer eso poco me va a importar mi heterosexualidad.
No parece decirlo en broma, el tono que usa es demasiado serio para la situación en la que estamos y decido no tentar a mi suerte esa noche.
Seguimos besandonos un rato más, con la música de fondo retumbando en las finas paredes de la casa del dueño de la fiesta que ni siquiera conozco. Pero el ambiente se pierde cuando el celular del canadiense vibra.
— Es papá, debo irme.
Mark le da un último apretón a mi cadera y luego me empuja suavemente para que me corra de él. Toma su chaqueta del perchero en donde la había dejado y se va luego de dejar un beso en mi frente.
— Avisame cuando llegues. — grita por sobre la música antes de cerrar la puerta.
Me tiré sobre la cama, con la respiración aún agitada y todo sudado. Observe la hora en mi celular y vi que eran cerca de las tres de la madrugada.
Y cuando el alcohol comenzó a disiparse de mi sistema, la hora reflexiva llegó. En algún punto considere tener Trastorno de personalidad, porque no entendía como podía ser alguien completamente diferente con alcohol en sangre. Mientras que el Jaemin normal se hundía cada vez más en la tristeza, el Jaemin borracho parecía no tener ninguna preocupación. Un efecto del alcohol tal vez, porque por lo menos no estaba todo el tiempo deprimido y vivía como un adolescente normal, o algo así.
Me lavé la cara con agua fría, tratando de recomponerme un poco antes de volver a casa. Tenia que abrir la puerta con la llave y necesitaba un poco de habilidad motriz para eso.
Antes de salir, con la poca cordura que me había devuelto el agua fría me puse mi camisa, tomé mi celular y verifique que las llaves seguían en mi bolsillo. Me miré al espejo una vez más, Mark había sido considerado y no había dejado marcar en mi cuello pero aún así había unas cuantas debajo de los huesitos del hombro, donde no eran tan visibles.
Y pensar que estando sobrio ni siquiera me gustaba cambiarme frente a él, borracho me exponía sin pudor alguno.
Eres una vergüenza, Na Jaemin.
La música ensordecedora hizo vibrar las paredes cuando abrí la puerta y salí de la habitación caminando con dificultad entre la gente que atestaba la casa.
Me besé con una o dos personas mas antes de irme y comenzar el camino hacia casa. Hacia frío y podía oír las olas junto a la musica.
Cuando llegué, con toda la concentración que podía reunir en mi estado abrí la puerta lo más silenciosamente posible y dejé los zapatos en la entrada.
Subí la escalera con cuidado, aferrado a la baranda tratando de no caerme y romperme la cabeza. Pero cuando llegue al pasillo, noté una luz que venía de alguna de las habitaciones.
Camine en silencio, no era ni la mía ni la de mis padres, tampoco el baño.
La luz de la habitación de Jaehyun estaba encendida y el sonido de su teclado siendo tocado se escuchaba suavemente.
Esa canción...
En aquel momento el alcohol se evaporó de mi sistema y la ira en mi interior estalló.
¿Qué diablos hacia él en la habitación de Jaehyun?
Olvide el hecho de que era de madrugada, solo entre dando pisadas fuerte y con humo saliendo de mis oídos. Jeno estaba sentado frente al teclado tocando mientras leía las partituras de una de las canciones de mi hermano.
No pensé mucho, solo me acerqué a él con mi mandíbula a punto de romperse por la tensión y le atine un puñetazo.
El ruido seco de su pómulo chocando contra mi puño resonó por toda la casa silenciosa y Jeno soltó un pequeño grito de dolor.
Mamá y papá no tardaron en llegar.
Mientras que papá trataba de que no vuelva a golpearlo intentando separarme de él, mamá se lanzó a su lado para socorrer lo mientras me miraba horrorizada.
— ¡Jaemin! ¿¡Que demonios te pasa!? — la voz de papá trato de imponerse y hacerme sentir pequeño pero estaba demasiado enojado con el chico de piel pálida como para prestarle atención.
Intente soltarme, pero con mi cuerpo debilucho no pude contra la fuerza de mi padre. Aún no se como no me rompí la mano golpeándolo.
— ¿¡Que demonios hace él en la habitación de Jaehyun?! ¿¡Eh? — espeté, luchando por ir y darle un solo golpe más.
— ¡¿Estas loco?! ¡Le rompiste el pómulo! — gritó ahora mamá, quien me miró enojada.
Le di una sonrisa retorcida, arrogante. Satisfecho por haberle roto un hueso al idiota.
— ¿Yo no puedo entrar a la habitación de mi hermano muerto pero él la usa como si fuera suya?
🌊🌊🌊

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The Beach [Nomin]
FanfictionNada conmigo, creo que puedo ver la playa. Se lo que está debajo, te necesito aquí conmigo. The beach - The neighbourhood