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Algún punto durante la infancia de Jaemin 

Cuando Jaemin apenas era un niño, solía ser uno muy inquieto y travieso. Correteaba detrás de su hermano mayor la mayoría del tiempo y durante las noches dormía pegado a su espalda. Porque para Nana, Jaehyun era como el aire que respiraba y aunque a esa edad no lo comprendía lo suficiente, los primeros rastros de su lazo - tan fuerte e indestructible - indicaban que no podría vivir sin aquel niño unos años apenas mayor. Afán del destino fue arrebatarlo de sus brazos y alejar a dos dichosos hermanos que se amaban mas que mil estrellas, porque sin agua salada, el océano no es océano; y sin brisa las olas no son olas.

Al igual que amaba a su hermano, amaba a su madre, esa mujer que le cantaba hasta que lograba conciliar el sueño, la que lo arropaba y besaba su frente en un gesto demasiado puro de amor. La primera que lo había llevado al mar y aquella que lo alentaba a amar de la misma manera en que ella lo hacia al océano. Porque como su madre decía, el agua salada corría por sus venas, al igual que sus antepasados. Ese instinto que por naturaleza lo devolvía una y otra vez a la orilla del mar, aquel que nacía de sus entrañas y se extendía en una corriente electrizante por todo su cuerpo.

También amaba a su padre, no con la misma intensidad con la que amaba a su madre y mucho menos con la que amaba a Jaehyun. Porque su padre era alguien distante y frio, completamente diferente a la calidez de su madre. Y aunque lo quería, sabia que su padre mentía. Lo sabia en lo que la inocencia de un niño podía entender. Siempre que sonaba un teléfono, uno que no era el que su papá utilizaba con frecuencia lo oía murmurar con enfado, pero nunca lograba entender cual era el nombre que su padre pronunciaba con tanto desprecio. Luego de esas llamadas solía estar irritado y casi siempre se encerraba en su pequeña oficina. Un día lo descubrió admirando una pequeña fotografía de una mujer, no era su mamá; Nana la reconocería donde fuese. Mas bien era alguien con los rasgos similares al hombre que admiraba con tanta nostalgia ese pedazo de papel. Obvio el pequeño Jaemin no supo identificar el dolor de su padre a través de sus orbes oscuros. Cuando vio por el rabillo del ojo a su hijo menor de inmediato oculto la imagen y fue a su encuentro. 

A partir de allí, el señor Na procuro enterrar su pasado y aquel recuerdo desapareció de la mente de Jaemin.

The Beach [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora