Des.
—Debe existir una manera que pueda volverte a ver Brady —hablo desesperada abrazando a mi único hermano. —me iré contigo, yo no quiero vivir sola, no así.
Acaricia mi cabello mientras me pego con fuerza a él, porque me es increíble que nuestra vida se fuera al carajo por culpa de un solo hombre. Uno que al día de hoy y luego de su muerte, era un verdadero misterio quien era en realidad, sólo que mató a nuestra hermana y mi único hermano tenía que irse de la ciudad.
—Es lo mejor—me dice y sollozo —te hablé hace años de este día Des. —no pensé que llegaría, no estaba preparada para vivir sin Brad.
—Eres lo único real que tengo Brady. —le recuerdo —Cas no está y ahora tú.
Me aleja de su abrazo y me hace verle, limpiando mis lágrimas. Tiene en su espalda una mochila con las únicas pertenencias de mi madre que insistió en llevarse. No se llevó fotos mías asegurando que no les daría a terceros su talón de alquiles, pero se llevó a su esposa e hijos.
—¿Es por Marcelo? Es así, sabes que no voy a volver con él... Sé que dije que quería irme de aquí, pero ...
—Des.
—Ustedes necesitaban privacidad y yo no quería seguir siendo una carga...
—Des....
—La muerte Cas me hizo entender muchas cosas...
—¡Des! —habla fuerte y me sacude lo que me hace alejar de sus brazos enojada —¡Es lo mejor! Porque no quiero que un hijo de puta de mis jefes te vea y decida seas su zorra y no poder negarme ¿Entiendes? No podría negarme a uno de esos malnacidos que te Coja y lo hará delante de mí para demostrar quién manda. —su rostro adquiere un tono rojo mientras sus manos se aprietan en un puño.
—¿Quién eres Brady? —pregunto confundida —¿En qué te has metido? —pasa una mano por su cabello tirando el morral al suelo.
Ya no es un empleado se ha convertido en un jefe y estará en otra ciudad, con nueva identidad él y su familia. Será el dueño de un club nocturno y allí manejarán las finanzas de su grupo. Es el encargado de proteger los recursos de los Frederick, me cuenta y destruye mi último sueño.
—No podrás trabajar allí, porque te conocerán —me cuenta —mi nombre en el grupo es Frederick, porque soy el responsable de protegerlos. Yo te he hablado de eso —asiento aletargada mientras me digo que voy a trabajar en el hospital y no en la fábrica.
Diré la verdad, porque ser honesto con el jefe debe ser visto como buena señal. Limpio mi rostro y me doy cuenta que es lo mejor para los dos. Brad siempre ha tenido ese sexto sentido para saber que es bueno para mí y tras prometerle que no volveré con Marcelo le veo besar mi rostro y quedarse viéndome un instante.
—Si Gregory Frederick te descubre trabajando en alguna de sus posesiones, creerá que deseamos sacar información. —explica —es un enemigo de cuidado nena, solo aléjate de esa gente.
No le respondo le acompaño a la puerta y cierro tras de mí. Apoyo mi espalda en la puerta, mientras me deslizo por ella y caigo al suelo. Meto mi cabeza en medio de mis piernas y me abrazo a mí misma, recordando en que momento mi mundo se vino abajo.
Éramos tres hermanos, Bradley o Brady como le decían todos, Casandra y Desiré (yo). Teníamos el mismo apellido Duffy, aunque éramos hijos de padres distintos, el chulo de mi madre nos dio el apellido, solo si mamá se comprometiera a no dejar de trabajar. Hace mucho tiempo éramos una familia, pese a tener problemas con mamá su adicción y su renuencia a dejar la prostitución, labor que hizo toda su vida y que aseguraba no podía dejar de ejercer. Mi hermano desde los quince años, se las arreglaba para traer comida a la mesa y para que estudiáramos.
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Un Frederick en Apuros
RomanceLibro I Saga Frederick Él vive en la zona más exclusiva de New York y es uno de los herederos del imperio Frederick. Ella en el Bronx, en la peor casa de la zona. Él ha crecido en medio de lujos, viajes, cócteles y mujeres, pero tiene un vacío que n...