Capítulo 10

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DES

—¿Usted otra vez? —exclamo al hermano del Sr. Frederick cuando entra a la habitación.

Tras cerrar con cuidado la puerta y darme el frente sonríe, mostrándome su mejor sonrisa. Su parecido con su hermano es considerable, con su padre, por el contrario, es sorprendente, salvo el color de sus ojos es una versión joven del hombre que ha heredado su nombre.

—Greg me ha pedido cuidarla —habla tomando una silla y acerca a mi cama —y creo que es el momento perfecto para conocernos. —continua — Empiezo yo, mi nombre ya lo conoce, tengo su edad 25 años... eso si no es de las que se los quita, sirvo a mi país desde los 18. —cruza sus manos en su abdomen y me mira sin parpadear. — y usted ¿Qué puede decirme? La mujer que está por volver loco a mi hermano.

—No hay nada que pueda decirle que ya usted no sepa—hablo y me enojo de hombros —desde que estuve en esa isla con su hermano, debe saber todo de mí...

—Me gustaría escucharlo de sus labios—habla mirando esa parte de mi anatomía —la información suele contaminarse. — afirmo y suelto el aire.

¿Quién soy? Repito en mi mente las palabras de Charly o Spike aquella vez que le pregunté algo parecido. Si bien, no soy tan letal como ese hombre, tengo que admitir procedo de una familia disfuncional.

—Nací bajo el nombre de Desiré Duffy León, hace 25 años un 27 de abril —inicio diciendo —como mis demás hermanos no sé quién es mi padre, mamá solía decirnos que ni ella misma lo sabía. "Gajes del oficio" eran sus palabras exactas.

—Lo siento —se excusa y me encojo de hombros.

—¿Qué tan unido es a su hermano? —le pregunto y lo piensa un poco.

—Lo normal imagino —responde estirando su enorme cuerpo en la silla —¿Por qué?

Por qué no deseo repetir lo que ya le he dicho a él, sonríe al ver que no le respondo. Mientras lo hace, me doy cuenta que lleva solo minutos conmigo y ha sonreído muchas veces. Conozco a su hermano desde hace un poco más de tres meses y solo lo he visto sonreír una sola vez y fue fugaz.

—Para no caer en repeticiones. —manifiesto y su sonrisa se amplia, sus labios se tuercen en una sonrisa que me recuerda a su hermano — creo ya sabe porque entró Brady a ese mundo. Luisa León (mi madre), fue una mexicana que entró a este país bajo el engaño de un empleo y que al llegar le fueron retenido sus documentos. El anciano que supuestamente venía a cuidar, era Igor Swift. Le quitó sus documentos y la encerró por días, la obligó a tener sexo con él, "para probar su mercancía".

Mi madre tuvo el deshonroso primer lugar en la naciente vida de delincuente del hombre que se convertiría nueve meses después en el padre de su primer hijo. Los golpes suelen pulir el carácter, dan experiencia y destruyen, a mi madre esa experiencia la destruyó.

—Según decia no había forma de salvarse con Igor. Como sea, fue la primera en entrar en ese club y en escapar, con Carlos o (Charly), a la edad de seis años lo vendió, —el rostro del rubio se tensa y sus ojos adquieren un tono oscuro —le dieron bastante dinero, lo decia drogada y lo negaba ese otro día, por lo que creímos eran solo cosas de alcohol y vicio. Repitió lo mismo con mis dos hermanos a Brady le fue... digamos bien —digo moviendo mis manos —a Cas no sabría cómo decirle, porque ella le gustó esa vida y se quedó allí y a mí...sé que lo sabe.

Hace poco más de un año la policía encontró los huesos de un hombre, junto a él documentos de un hombre llamado Spike Roosevelt. Era indescifrable que se supiera el tiempo que llevara allí y hubiera quedado como otro caso frío, sino fuera porque un agente quiso darle un buen final. Ingreso al sistema el ADN y tuvo una concordancia. Estaba en el sistema y su nombre no era Spike, sino Carlos Swift León.

Un Frederick en ApurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora