Prólogo

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Despertar y tener todo es maravilloso, pero no cuando te rompen el corazón por primera vez. Me despierto y me pongo mi uniforme de porrista, mi madre y sus ideas.

Al bajar a desayunar escucho a mi padre hablar por teléfono, al parecer saldrán de viaje a Nueva York la próxima semana, mi papá tiene problemas allá, tal vez pueda colarme con ellos y pasar una semana lejos de mi ex novio.

-Buenos dias Amy -me dice mi madre y me sonríe, al verla me pregunto si alguna vez sufrió por amor.

-Hola mamá -me dejo caer en mi lugar en el comedor y comienzo a desayunar como puedo.

-Hola bebé -me dice mi padre regresando de hacer su llamada. -¿Como amaneciste?.

-Bien, creo -digo triste, tener el corazón roto es horrible. -Escuche que iras a Nueva York el fin de semana, ¿crees que pueda acompañarlos?.

-No creo que sea buena idea -dice mi padre tomando un café. -¿No tienes que estar aquí para el cumpleaños de Chad?.

Mi corazón se oprime, había olvidado el cumpleaños de mi novio, con razón rompió conmigo. Me pongo más triste y me encojo de hombros.

-Ya me voy a la escuela -digo dejando mi desayuno a medio terminar.

Le doy un beso a mi padre en la mejilla y uno a mi madre, me encamino por la casa hasta llegar a la puerta, donde me alcanza mi padre y me toma del hombro.

-Te llevo -dice y lo veo extrañada, nunca me ha llevado a la escuela desde que tenia cinco años, lo dejo de hacer cuando cumplí ocho. -Vamos que se hace tarde.

Asiento y subimos su auto azul, me gusta porque es pequeño y pocas veces subimos a este auto. Me pongo el cinturón y llevo mi mochila abrazada, realmente no quiero ir.

-¿Me vas a contar que te pasa? -dice cuando estamos en un semáforo rojo y baja el volumen de la música. -Sé que algo te pasa y me está matando pensar que estas mal, Amy.

Veo a mi padre y no puedo imaginar a nadie mejor que él, siempre ha sido muy amoroso conmigo y me da todo lo que le pido, pero, ¿contarle que me rompieron el corazón?.

-Nada, hoy tengo una presentación del equipo, es todo -digo evadiendo el tema.

-Eres muchas cosas, Amy, pero no una mentirosa, lo sé porque mientes muy mal -dice él estacionado antes de llegar a la escuela. -No te voy a juzgar ni a castigar, solo quiero que estés bien.

Siento mis ojos arder y las lágrimas salen, ¿por qué Chad no es así de lindo? ¿Por qué ningún chico lo es?.

-Chad rompió conmigo ayer -digo entre sollozos. -Al parecer no soy su chica indicada.

Limpio mis lagirmas como puedo y veo a mi padre, él solo ve el camino delante y siento que me dará un sermón, pero en su lugar toma mis manos y las besa.

-¿Quieres faltar a la escuela? -me dice viéndome a los ojos. -Podemos llamar y reportarte enferma.

-¿En serio no te importa que no vaya?.

-Me importa más que estés bien, Amy -dice mi muy lindo padre y solo puedo sonreír.

Acepto su propuesta y nos vamos a otro lugar, antes llama a la escuela y a su oficina para cancelar todo y tener el día para nosotros, al terminar conduce y llegamos a un parque, aun es muy temprano por la mañana, así que vamos a un café frente del parque.

Pido un panquesillo y mi padre un café, nos sentamos y él me observa.

-¿Qué pasa? -digo dandole una mordida a mi panquesillo.

-Nada, es solo que no puedo creer que te rompieron el corazón tan joven.

-Tengo 14, creo que estoy en edad para tener un corazón roto -digo recordando mi dolor. -¿A los cuantos te rompieron el tuyo, por primera vez?.

-A los 24 -dice negando con la cabeza y con una sonrisa. -Fue bonito lo que duro.

-¿Por qué el amor tiene que doler? -digo en un suspiro. -¿Por qué no todo es como en las películas románticas?.

-Porque no seria real -mi padre se encoge de hombros y me sonríe. -Lo creas o no, te enamoraras muchas veces en tu vida, así que no te agobies por un idiota que no te valora.

-¿Aunque lo ame?.

-Con más razón, no merece que lo ames, tú solo puedes amarme a mi.

-Papá -digo riendo un poco y sintiéndome mejor. - A ti siempre te voy a amar.

-Eso espero, Amy.

El día continúa y damos un paseo por el parque, mi padre lleva su elegante traje, pero sin corbata y yo mi uniforme de porrista, hablar con él realmente me ha hecho sentir mejor, tal vez él sepa más de amor que yo y eso está bien. Antes de irnos compramos un helado, yo de chocolate y él de fresa, subimos al auto y lo comemos.

-¿ Me puedes prometer algo? -le digo mientras escuchamos música y terminamos el helado.

-Lo que sea, bebé.

-Puedes no decirle a mamá, sé que se preocupa por mi, pero no creo que sea necesario contarle esto.

-De acuerdo, aquí no ha pasado nada, solo te lleve por un helado -dice y enciende el auto para irnos.

-Y una cosa más -mi padre asiente y sonríe. -¿Podemos comer un helado cada que me rompan el corazón?.

-Compraría una heladería si eso te hará sentir mejor.

Sonrio y vamos a casa, al llegar me doy cuenta que mis padres se aman mucho más de lo que alguna vez note, incluso escucho que mi padre llama a mi madre por un apodo cariñoso, "amore mio" y entonces me doy cuenta que no merezco menos que el amor de mi padre, merezco a alguien que me ame intensamente y para siempre.

Until You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora