Cuando despierto me siento hecha un lío, mis ojos están hinchados y aun tengo puesto el vestido de ayer, ni quiera me moleste en cambiarlo. Me levanto y me tomo un largo baño, antes no quería que la esencia ni la sensación de las manos de Luka sobre mi cuerpo se fueran, pero ahora, solo quiero dejar de sentirme sucia.
Me visto muy sencillo y sin maquillaje, peino mi cabello en una coleta y salgo de mi apartamento, no puedo quedarme encerrada sola y triste, debo tratar de seguir con mi vida, al menos unas horas. Llego a casa de mi abuela y al verla me siento un poco mejor.
-Hola mi niña -dice dandome un abrazo y sonríe. -Justo estaba por llamarte, tus naranjas están listas.
-Perdon por no llamar, estaba un poco ocupada -le digo disculpándome y la sigo por la casa hasta llegar al jardín. -¿Como has estado tú?
-Mejor de lo que mi edad dice - dice rodando los ojos. -¿Qué me dices de ti, mi niña?
-No me quejo.
Tomo los instrumentos del jardín y unos guantes, le paso a mi abuela los suyos y tomo una canasta para colocar la fruta madura, empiezo con las naranjas.
-He estado pensando -dice ella cortando duraznos. -Oliver ya me presento a Fiona, muy amable y educada, como lo es una señora de clase, pero, ¿Oliver realmente la toma en serio?
-Por lo que sé, si -digo concentrada en recolectar las mejores naranjas. -¿Hay algo que te molesta de ellos?
-Muchos dirán que la edad no es impedimento para amar y no lo es -dice ella y la veo a los ojos. -Pero si para establecerte, para realmente estar con una persona, la edad demanda cosas diferentes.
-¿Tú que demandas?
-Una muerte plena, he vivido todo tipo de emociones, aventuras, tanto buenas como malas -dice y continuamos recolectando la fruta. -¿Qué es lo que tu edad demanda, Amy?
-No lo sé realmente.
Mi abuela se calla por un tiempo y solo se dedica a recolectar la fruta, lo que me agrada más de lo que reconozco, termino con las naranjas y ayudo a mi abuela con los duraznos y las fresas, al verlas maduras y listas, me pregunto si yo lo estoy también, quiero decir, en todo ámbito de mi vida, a veces creo que me hace falta abrir los ojos para darme cuenta que no todo es fácil.
Entramos a la cocina una vez que terminamos de recolectar y comenzamos a limpiar la fruta, mi abuela parece más joven hoy, la adoro y no sé que haría si ella se fuera, me da su apoyo y compañía sin tener que pedirla o tener que hablar, simplemente nos complementamos.
-¿Me puedo quedar el resto de la tarde? -le pregunto comiendo una naranja. -No quiero estar sola.
-Por supuesto, ¿Qué se te apetece hacer con la abuela?
-Jugar domino y beber vino -le digo y ella sonríe. -Quiero sentirme bien por un tiempo.
-Cariño, el dolor es necesario, pero no dejes que lo negativo se apodere de ti -dice acariciando mi cabello. -Sé que algo te ocurre, por eso has venido, pero distraerte de lo que en verdad sientes no es la mejor opción, supera lo malo dejando que lo bueno entre.
Asiento y abrazo a mi abuela, ella me sonríe cuando me separo de ella y continuamos nuestro día juntas, escogemos vino y nos sentamos en la mesa del jardín a jugar domino. Mi abuela Anabella es una experta en los juegos de azar, sobre todo cartas y domino, me ha enseñado a jugar desde que era niña, incluso sé jugar ajedrez y participe en varios torneos, después lo cambie por ser porrista.
-Me parece que tus padres han estado muy bien -comenta mi abuela y mueve una ficha.-Justo ayer cene con ellos, Quentin quiere viajar con tu madre, de nuevo.
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Until You Love Me
RomanceAmy Sting, la mujer más codiciada que a pesar de su belleza y familia, jamás ha tenido suerte en sus relaciones amorosas. Cansada de su mala suerte con los hombres decide poner a prueba sus sentimientos con su ex novio, Nathaniel Henderson. Nathan...