Detras del cigarrillo

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No hay mejor manera de encontrar defectos en alguien después de una decepción. Al parecer los asuntos de Milán si eran más importantes de lo que creía, Luka Bradamanti se ha quedado allá y vino su asesor en los tres días que habíamos acordado.

Dante es un hombre amable y resulta ser muy divertido, incluso me pregunta por algun club decente al cual ir, así como parece conocer a la perfección a Luka.

-¿Lleva mucho tiempo trabajando para Luka Bradamanti? -le pregunto a Dante un día en mi oficina.

-Lo conozco desde niño -me dice él y se encoje de hombros. -Trabajaba para su padre y ahora para él.

-¿Y donde está su padre, el señor Bradamanti?.

-Falleció hace dos años -dice Dante triste por la perdida de su antiguo jefe. -Pero dejemos cosas tristes, ¿es lo que buscaba?.

Dante me ha traído una carpeta con muestras de telas, todas parecen de buena calidad, así como los colores y texturas son muy buenas, no voy a negar que realmente es lo que busco. Cierro el contrato con Dante y él me asegura que se quedara hasta que todas las exportaciones lleguen como se supone.

-Entonces, ¿Luka ya no viene? -pregunto tratando de no sonar interesada.

-Oh no, Luka tiene que venir a firmar el contrato, yo solo firmo para comenzar a exportar el producto -dice Dante negando con su cabeza. -Soy solo un asesor y él es el dueño.

Asiento y una parte de mi se pone feliz al saber que Luka tendrá que regresar, negocios son negocios, al menos eso creo.

Esa tarde me dispongo a ir a casa de mi abuela Anabella, siempre me gusto pasar tiempo con ella y ahora más que sus plantas frutales han resultados, por lo que llevo un calzado más cómodo para ayudarle a recoger la fruta ya madura.

-Hola Amy -dice ella cuando me ve entrar a la cocina. -Me da mucho gusto verte.

Sonrio y la abrazo, es una mujer que claramente era un encanto cuando estaba en sus mejores años, siempre me ha parecido elegante y poderosa, así como hermosa.

-Hola abuela -la suelto y le doy un beso en la mejilla. -¿Estas lista?.

-Siempre, cariño -dice ella y me toma del brazo. -Hoy te noto apurada, ¿has hecho ya algo por tu carrera?.

-No, pero si comencé a hacer algo que me agrada.

-Me alegro escuchar eso -dice ella y salimos al jardín, donde ya nos esperan todas la herramientas para recoger la fruta. -Ayer vi a tu padre, me parece que esta más tiempo en la oficina de lo usual.

-No, abuela -pienso en las veces que veo a mi padre en el edificio. -A mi me parece que ahora trabaja menos.

-Eso espero, no quiero que se vuelva un adicto al trabajo o a lo que sea.

Me río y me coloco los guantes para el jardín, en una canasta meto mangos y zanahorias, así como naranjas, mi abuela me enseña a cuidar y cortar las plantas, así como hidratadas, todo este trabajo la hace feliz desde que mi abuelo murió, es una lastima que no lo haya conocido, tanto a Jay como a Phil.

Ayudo a mi abuela a lavar la fruta y hacer un cóctel, todo es dulce, me ofrezco a acompañarla a cenar, pero ella se niega diciendo que tiene visitas el día de hoy y de seguro me aburrire.

-Vamos abuela -le digo abrazándola, ella es un poco más bajita que yo. -Disfruto mucho de tu compañía.

-Y yo de la tuya, mi niña -dice sonriendo y parece feliz. -Pero la visita que tengo es privada, ni tu padre sabe.

-¿Ah si? ¿Quien es?.

-Un amigo nuestro, de tu abuelo y mio -dice encogiendose de hombros. -Ame profundamente a tu abuelo, pero debo aprender que la vida sigue y si puedo estar acompañada, lo haré.

Until You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora