Parte 11

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Bajé a la cocina por un vaso de agua, cuando escuché un ruido que provenía de la entrada. Me dirigí hacía la sala y la vi.

Abrió la puerta difícilmente y casi cayendo en el intento. La cerró y se dio cuenta de mi presencia.

—Oh, hola — me sonrió.

La miré detenidamente, claramente no estaba en sus cinco sentidos.

—¿Estás ebria? — pregunté.

—No, claro que no — ella caminó y se  chocó contra la mesa.

Enseguida me puse junto a ella y sujeté el jarrón antes de que este cayera al suelo, hubiera sido un gran estruendo. Ella ahogó una risa

—Bueno, tal vez un poquito — dijo mirándome ahora, con una sonrisa divertida.

—Está bien, ven conmigo — la tomé de la cintura. Ayudándola a caminar.

—Oye qu... 

—Shh — puse mi dedo en mi boca, en señal de que era mejor guardar silencio, tal vez era mejor no despertar a nadie, ella me vio e imitó mi acto.

Subimos por las escaleras, llegando a su habitación.

—Muy bien, recuéstate.

Ella se tropezó con unos libros que estaban en el suelo cerca de su cama, haciendo que perdiera la estabilidad, se sujetó de mi pero tardé en reaccionar, haciendo que cayera encima de ella.

—Bueno, ya me recosté — dice ella divertida. Nos quedamos mirando fijamente a los ojos — Eres muy lindo, Tom.

Comenzó a acariciarme el cabello sin expresión alguna en su rostro.

—Muy bien, descansa — me levanté de ella. Le quité sus zapatos y la ayudé a acomodarse

—Espera, Tom — me tomó del brazo — ¿Podrías traerme un vaso con agua? — hizo una cara muy tierna.

—Está bien, pero no te muevas, quédate ahí — salí y me dirigí a la cocina e ir por el vaso.

Cuando subí las escaleras de nuevo y entré a su habitación, ella ya estaba dormida, o eso parecía, estaba de lado con los ojos cerrados.

La miré unos segundos y dejé el vaso de agua en su mesa de noche, a lo mejor se levantaba más tarde y tendría sed. La arropé y cerré la puerta detrás de mi.

...

A la mañana siguiente, todos estábamos en la sala, era más de medio día y ________ aún no se despertaba, la verdad quería que se despertara, y la esperaba para saber que recordaba de ayer, y todo sobre la cercanía que tuvimos, podría malinterpretar, o podría ponerse muy incómoda, o podría haberle gustado.

Todos teníamos que ir al lugar dónde sería la recepción de la fiesta, también almorzaríamos allá.

Mi padre estaba en casa, solo faltaba May.

—Hola a todos — dijo entrando por la puerta — Las clientas no querían dejarme ir.

—No te preocupes, cielo — dijo mi padre. Ella lo miró y giró su vista a todos nosotros, luego frunció el ceño.

—¿Dónde está _______? — preguntó.

—Sigue dormida — dijo David.

—¿Qué? — se quejó y subió furiosa por las escaleras.

—Esto será divertido — Yo lo miré con una sonrisa de lado.

Claramente lo sería.

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A prueba de amor (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora