Parte 32

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—¿Qué diablos pasa contigo? — preguntó directamente — ¿Acaso no tienes el más mínimo respeto por esta familia?

—Tía, yo no planeé que esto pasara. Solo sucedió

—Pudiste detenerlo ¿En qué estabas pensando? ¿Tom? — ella negó con su cabeza, soltando una risa nerviosa. Yo solo me quedé callada — Siempre creí que la cercanía de ustedes dos era porque se veían como familia. Como hermanos o algo así. Nunca se me ocurrió pensar que era por algo más. —Ella se quedó callada un rato. Sentía su mirada fulminante en mi — ¿Hace cuánto?

—Un par de... meses — apreté los labios

—¿Meses? — soltó un suspiro nervioso —Dios, debí ser muy tonta. Ustedes me vieron la cara de estúpida. ¡Nos vieron la cara de idiota a todos!

—¡Lo siento! Mi intención no era ofender a nadie. Por favor, May.

—Estás castigada — yo solo la miré con ironía.

—Como sea, ¿hablarás con Dominic, verdad? Tienes que explicarle

—El está devastado. Esto es inaudito. El te veía como una hija más

—Pero no lo soy — la miré seria — Jamás lo seré

—¿Después de todo lo que ha hecho por nosotros? Fuiste una desconsiderada, los dos, de hecho. Así que van a terminar con esto

—¿Qué?

—No seguirás con Tom. ¿Me oyes bien? Cualquier cosa que haya entre ustedes termina aquí, nada de esto está bien.

—¿Para quién no está bien? ¿Para ti? May yo realmente quiero a Tom. ¡Lo amo!. No puedes solo decirme que lo deje y pretender que... — sentí su mano en mi mejilla. Era la primera vez que ella me golpeaba.

Me alejé de ella. Podía ver en su rostro que estaba arrepentida, aunque su ira ganaba más.

La miré con lágrimas en los ojos y subí a mi habitación rápidamente.

Cerré la puerta de un portazo y solo me tiré en la cama.

El llanto era inevitable. No sabía que me dolía más, si que May se atreviera a darme una cachetada o que me estuviera obligando a terminar con Tom.

...

No supe a que hora me dormí. Los rayos de sol que atravesaban mi ventana me despertaron. Seguía en la misma posición de anoche.

Mi cabeza me dolía, seguro por haber llorado gran parte de la noche.

Me eché agua en el rostro y salí de la habitación. 

Cuando iba a bajar las escaleras sentí que alguien tomó mi brazo. 

—¿Qué te dijo May anoche? — preguntó Tom con el ceño fruncido

—Nada bueno — me miró a los ojos — No puedo seguir contigo

—¿Qué le dijiste? — antes de que pudiera responder, una puerta se abrió, dejando ver a Dominic saliendo de su habitación.

Por inercia, nos separamos. Dominic pasó por nuestro lado sin decir ni una sola palabra o musitar algún sonido.

Algo que nos desesperó mucho más. Cerré los ojos mientras dejé salir un suspiro. Esto era un desastre.

|Tom|

El resto del día nadie estuvo en casa. Todos teníamos escuela y universidad. Tampoco vi a _________, hoy era un día muy ocupado para los dos. Pero por como estaban las cosas, era mejor así.

Cuando llegué a casa, vi a papá con mis hermanos en la mesa del comedor. Por la cara que traían y la tensión del ambiente, pude ver que no era una conversación cualquiera.

—Todos se irán mañana. Ya compré sus boletos  — dijo papá mirando a los gemelos

—¿Por qué? — preguntó Harry — ¿Pasó algo?

—No, pero iré al Lee Valley junto a May este fin de semana 

—¿Y no podemos quedarnos aquí? — preguntó Sam — La verdad ya tengo planes para este fin de semana

—Ninguno de mis hijos se quedará — los gemelos pusieron su vista en mi.  Algo que hizo que papá se girara a mirarme — Ninguno — recalcó, colocando boletos de avión en la mesa.

—¿Qué sucede aquí? — pregunté

—Papá compró boletos para que vayamos a visitar a mamá este fin de semana — dijo Paddy.

Yo giré mi vista a papá. Sabía perfectamente por qué lo estaba haciendo.

—No iré

—Todos irán, no lo repetiré — dijo papá serio.

Los gemelos notaron la tensión que se creó, a lo que se levantaron del asiento y se llevaron a Paddy junto a ellos al piso de arriba.

—No tienes por qué hacer esto, papá — dije, pero el no me contestó, solo se levantó del asiento dispuesto a irse.

Yo me puse a su lado enseguida, evitando que siguiera caminando

—¿Por qué haces esto? ¿Porque me enamoré de ella? — dije mirándolo a los ojos — No somos familia, lo sabes. No hay nada de malo en eso.

—Escucha las barbaridades que estás diciendo. ¡Yo me casé con May! Somos una familia todos ahora — alegó papá.

—¡Solo es un maldito papel! — levanté la voz — No pienso alejarme de ella, por más que quieras no...

—Bien — interrumpió — Entonces olvídate de tu carrera 

—¿Qué? — fruncí el ceño

—No pienso promocionar nada de esto. Irás a ver a tu madre y dejarás toda esta locura. O sino dejaré de pagarte la universidad. Es tu decisión, Tom

—¿Esa es tu forma de arreglar las cosas?

—No pienso dejar que mi hogar se convierta en un lugar protervo. Al menos hasta que pueda pensar en una decisión más drásticas y definitiva.

—¿Que podría ser más drástico que esto? — pregunté con incredulidad. Papá me dio una mirada seria.

Luego subió por las escaleras.

Cerré los ojos y solté un suspiro de derrota. Puse mi vista a la mesa del comedor. Allí estaba mi boleto de avión. Lo tomé y subí a mi habitación.

El vuelo salía mañana temprano.

Me recosté en la cama mirando el techo de la habitación. Luego sentí unos golpes en mi ventana, giré mi vista para verla ahí, parada afuera de mi ventana. Me paré de la cama y la abrí. Ella entró

—¿Que sucedió? — preguntó. Yo solo me senté de nuevo en la cama y le di el boleto de avión. Ella lo miró y alzó sus cejas unos segundos

—Esto lo tiene mal. Está loco.  — dije pasando mis manos por la cabeza

—¿Qué fue lo que te dijo?

—Me dijo que dejará de pagarme los estudios si no me alejo de ti — ella mordió su labio inferior y cerró los ojos en derrota.

—Creo que en el fondo sabía que esto pasaría. Supongo que así debe ser — suspiré.

No podía ni siquiera mirarla

—Te llamaré cuando llegue a Los Ángeles

—May me castigó — yo levanté mi vista con cierta incredulidad — Se lo toma muy en serio. Me quitó el celular como si fuera una tonta niña de 13 años que hizo una travesura — el lugar se quedó en silencio unos minutos 

—Lo planearon — me miró serio — Planearon enviarme lejos y a ti dejarte incomunicada conmigo. Creen que el fin de semana lejos nos ayudará para que nos olvidemos de esto. pero, están muy equivocados.

—Bueno, supongo que te veré el lunes — dijo ella sin muchos ánimos

—Esto es una estupidez — me quejé.

Ella me abrazó y luego se paró para salir por la ventana.

A prueba de amor (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora