Parte 24

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Ya habían pasado un par de semanas desde que Tom quedó en la obra. Miranda se había vuelto más frecuente en la casa o sino se quedaban hasta tarde en la universidad, la obra sería en cuestión de días, así que debían tener todo perfecto. Tan solo el nombre de Miranda me ponía incómoda y mucho más el saber que Tom la besaría.

Tal vez estaba volviéndome paranoica pero sentía que Miranda si estaba interesada en Tom, más que en algo netamente profesional.

Aprovechaba cada segundo que lo tenía cerca y siempre le hablaba o lo llamaba para preguntarle por cosas de la obra. Ya no se reunían en casa, pero eso no me tranquilizaba, ya que al tenerlos cerca podía estar pendiente de lo que ella pudiera hacer.

Pero ahora ensayaban en el teatro y no me permitían entrar, lo cual me ponía los nervios de punta.

—David, ya te lo dije cuatro veces, la multiplicación de un número positivo y uno negativo da otro número negativo — dije sentada en la mesa del comedor junto a David.

El tenía las manos en su cabeza, y una mirada un tanto confundida.

—Tengo sueño, no quiero pensar — reprochó

—Mañana tienes examen y no pareces estar listo — me recosté en el asiento, cruzándome de brazos.

En ese momento alguien entró por la puerta principal, era Tom. El nos saludó a los dos y se fue directamente a la cocina.

—Estoy listo, dos números positivos dan otro número positivo, dos negativos dan otro negativo — dijo David con un tono desesperante.

—¡No! Dos negativos dan otro positivo — Tom regresó con un plato de comida y una risita burlona

—¡Eso no tiene sentido! ¿Por qué sería así?

—Yo no inventé las matemáticas — me defendí

—Me voy a dormir, y tu eres una mala maestra — tomó sus libros y dejando el comedor. Yo lo miré muy ofendida hasta que desapareció por las escaleras.

Tom seguía burlándose de mi.

—Parece que algunas cosas no cambian — Yo solo suspiré en derrota y reí.

—Llegaste más tarde hoy

—Si, el maestro Rossi está muy alterado con lo de la obra, una de las luces de efectos especiales falló, así que tuvimos que repararla antes de que el se quitara los pocos cabellos que le quedan en su cabeza — solté una risita.

Tom terminó de cenar y nos quedamos en la cocina por un rato, el lavando su plato y yo tomando un poco de jugo. Hablábamos sobre la obra, lo que hicimos en el día y varias otras cosas. Siempre encontraba de que hablar con Tom.

Luego, las charlas es convirtieron en besos, besos que se volvieron más apasionados e intensos, Tom sostenía mi cintura con una mano y con la otra acariciaba mi pierna, yo tenía mis manos en su cuello.

Sentía los dedos de Tom tocar mi pierna por debajo de mi short, subiendo hacia el orillo de mi ropa interior. Sus caricias eran suaves, me volvían loca.

—Vamos a mi habitación — surgió con cierto agite mientras seguía besando mi cuello

—Tom... — intenté decir pero sus besos me distraían — Todos están en casa. Es peligroso

—Cerraremos la puerta con seguro — continuó diciendo.

Yo lo quería como el, quería estar con el, pero algo en mi cabeza no me dejaba tranquila

—Muero por estar contigo — dijo regresando a mis labios.

Este hombre sabía como excitarme, cada cosa que decía me daban ganas de simplemente quitarme la ropa y no importarme nada más

—Tom, es arriesgado — me separé un poco.

El quedó con su boca entre abierta y la respiración agitada — También muero por estar contigo, pero quiero hacer las cosas bien — El me dio otro beso y sacó la mano de debajo de mi short.

—No sé cuánto más pueda resistir — mordió su labio inferior.

Este hombre es condenadamente sensual.

—Te prometo que hallaremos el momento — lo miré fijamente

—Es un hecho — me tomó de la cintura para besarme de nuevo — Te lo recordaré cada día.

—Es un hecho — repetí entre sus labios, sentí como una sonrisa se formó en sus labios.

|Tom|

—"Emily, volveré por ti, la ausencia de tu amor se convertirá en un vacío en mi pecho que nadie podrá llenar jamás"

—"Tal vez no esté aquí para cuando vuelvas. Te amo Nico Walker. Pero odio amarte"

—Eso estuvo muy bien — dijo Rossi.

Todos estábamos en el teatro, haciendo la prueba con nuestros trajes, ciertamente un tanto incómodos

—Eso es todo por hoy.

Me dirigí a los camerinos para quitarme el traje, la obra sería en cuestión de días. Me puse mi ropa, tomé mi mochila y salí del teatro.

_________ estaba sentada en una de las bancas afuera del teatro, leía un libro, así que no se había percatado que había salido. Me comencé a acercar a ella.

—¡Tom! — escuché la voz de Miramfs detrás de mi, algo que hizo que  _________ también levantars la mirada y cerrara su libro — Quería saber si querías ir a tomar un café conmigo o algo — dijo Miranda sonriente.

________ se levantó del asiento, algo que hizo que Miranda se percatara de su presencian y su sonrisa  desapareciera

—Creo que será en otro momento

Luego se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla. Miré a ________ y ella tenía el ceño fruncido

—No sabía que me esperarías hoy — dije intentando alivianar la situación

—Y que bueno que lo hice ¿no? — se acercó a mi y pasó su pulgar en mi mejilla. Cuando se alejó su pulgar estaba manchado de un color rojo.

Miranda había dejado labial en mi mejilla. Así que yo pasé mi mano para terminar de quitar los restos que pudieran quedar. Sabía que _________ no estaba muy contenta.

—No habría aceptado la invitación de todas formas — ella rodeó los ojos. Yo la tomé de la cintura y la acerqué a mi 

—Entonces ¿ya podemos irnos? — preguntó 

—¿No hay beso? 

—Creo que ya te dieron uno — me miró seria.

Yo negué con mi cabeza y le di un beso, que ella correspondió casi enseguida.

—Tramposo — dijo ella intentando parecer enojada — Pero esto no me hace olvidar lo que vi — Solté una carcajada 

—¿Cuántos besos más para que lo olvides?

—No lo sé, tendríamos que probar

Yo volví a reír y la tomé de la mano para irnos juntos al estacionamiento e irnos a casa.

A prueba de amor (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora