Parte 47

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La noche buena había llegado, así que May, Dominic y Sam estaban poniendo la mesa para la gran cena que tendríamos mientras los demás estábamos en la sala esperando a abrir nuestros regalos.

Le había comprado una cámara analógica a Harry, quién al verla corrió a abrazarme haciéndome caer.

A Sam le había dado un descansa cuchillos en forma de muñeco Voodoo. Al verlo, soltó una gran carcajada diciendo que todos morirían de envidia.

 Al verlo, soltó una gran carcajada diciendo que todos morirían de envidia

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A Paddy y David les había comprado el nuevo juego de Uncharted.

Finalmente, a Tom le había dado un portarretrato con una foto de nosotros dos en la boda de May y Dominic. El sonrió al ver la foto y me abrazó fuertemente.

—¡Pasen a la mesa! — todos levantamos la mirada, David y Paddy salieron corriendo al comedor. 

Yo aproveché para tomar el regalo que me había dado Tom y lo abrí. Saqué lo que había adentro, lo observé detenidamente y lo guardé rápidamente antes de que alguien se diera cuenta.

Una lencería.

Típico de Thomas.

Busqué la mirada de Tom enseguida, quién ya estaba mirándome divertido. Solté una risa, y guardé el obsequio muy bien.

Pasamos a la mesa y cenamos.

Fue la noche más mágica de todas. Mágica por que era una noche en familia y esa es la sensación más enriquecedora de todas.

—Debiste advertirme, alguien pudo haberlo visto — Tom y yo estábamos levantando los platos de la mesa.

—¿Y arruinar la sorpresa?

—¿El regalo es para mi o para ti? — cuestioné divertida

—Para ambos — me guiñó un ojo

—¿Y cuando quieres que lo estrene? —me puse frente a él. El miró hacia los lados asegurándose que no hubiera nadie cerca.

—De esta noche no pasa

|Diciembre, 31|

Esperábamos que el reloj diera las doce. Todos estábamos en la entrada de casa. La noche era fría pero acogedora.

Varios de los vecinos también se encontraban afuera esperando el año nuevo, la familia de Mike hacía una gran parrillada y la señora Turner solo estaba sentada con su esposo y su hijo.

Tom estaba recostado en la puerta mientras me tenía abrazada de espaldas por el cuello, yo estaba sujeta a sus antebrazos. Hablábamos anímicamente mientras esperábamos la cuenta regresiva.

Una vez la media noche, fuegos artificiales iluminaron el cielo. Tom y yo aún manteníamos la misma posición, ahora mirando al cielo.

Tom obstruyó mi vista colocando un collar en el aire, me giré para mirarlo confundida. El tomó mi mano y la extendió para colocarme el dije del collar en la palma de mi mano y poderlo observar más de cerca.

Nuestras iniciales en un bello corazón de plata.

Lo miré aún frunciendo el ceño confundida.

—Te mentí, la lencería era para mi — dijo en mi oído haciéndome reír. Lo miré a los ojos y mordí mi labio inferior. 

Luego, me giré y levanté mi cabello para que el pudiera colocar el collar.

—Siempre te amaré, no importa dónde estés o dónde esté yo. Y sé que es arriesgado decirlo, pero es lo que siento en este momento y sería un egoísta si no lo dijera. — Me giré para abrazarlo y besarlo.

Nadie era más romántico que Tom Holland.

|Meses después|

—Felicidades, cielo! — gritaba May mientras intentaba tomarme una foto junto a Emma y nuestros diplomas.

La ceremonia había sido increíble, larga, pero interesante.

Una vez la ceremonia terminó, me despedí de Emma y nos fuimos en el auto todos juntos al restaurante donde celebraríamos mi graduación.

Sam nos había hecho una reservación en el restaurante dónde lo habían contratado.

Un lugar lujoso y agradable. Por supuesto, la mejor comida preparada por el mejor chef de Londres.

Al llegar al restaurante el mesero nos indicó una de las mesas que se encontraban en un salón privado decorado con globos y virretes de graduación.

—¿Siete puestos? — pregunté señalando la mesa, ni Harry o Tom habrían podido llegar, así que solo eramos los seis.

—No te olvides de mi — escuché su voz detrás de mi. Tom estaba parado con un traje vino tinto y una sonrisa imborrable.

—Te gustan las grande entradas — lo abracé.

—Acabo de llegar, tuve que ponerme el traje en el avión — reí — Pero no me perdería esto por nada del mundo.

Puse mi vista en los demás, pero nadie parecía sorprendido además de mi.

—¿Lo sabían?

—Tuvimos que darle veinte dólares a David y Paddy para que lo mantuvieran en secreto. —respondió Dom

Todos nos sentamos en la mesa para que Sam nos llevara la comida, incluso hicimos videollamada con Harry y la noche simplemente fue genial.

Después de cenar, Tom y yo no fuimos a la pequeña pista de baile del restaurante y comenzamos a bailar una canción lenta que tocaban los artistas en vivo del lugar.

Tom tenía sus manos en mi cintura mientras yo mantenía apoyada mi cabeza en su hombro, casi escondida en su cuello.

—Tengo una respuesta — dije en su cuello, Tom se separó para verme a la cara mientras seguíamos bailando. — Hablé con el gerente del Daily Star y acepté el trabajo.

—Eso es asombroso — sonrió y volvió a pegarse a mi.

—Me iré a Nueva York contigo — se separó abruptamente una vez más.

—¿Qué?

—¿Has escuchado del teletrabajo? —sonreí

—¿Hablas en serio?

—Uh-huh — reí — Tal vez deba venir un par de días al mes pero no es gran cosa. Ya todo está hablado con May y compré pasajes para dentro de dos semanas.— Tom dejó de bailar para abrazarme fuertemente y levantarme de la emoción.

—No soy el único que da grandes sorpresas, ¿Huh? — reí para luego tomar su cara entre mis manos y besarlo.

Un beso lleno de tranquilidad y felicidad.




¿Segunda temporada?

A prueba de amor (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora