Carlos
Presente
Tengo que admitir que hace dos años nunca pensé que hoy estaría aquí, asistiendo a clases en el instituto tecnológico de la NYU. Muchos de mis sueños se hicieron trizas cuando mi hermano... Todavía era un poco difícil para mí hablar de eso. Aunque básicamente todo el conflicto se basó en una estupidez, no era fácil olvidar tantos años de palabras hirientes.
El que estuviera aquí se debía al sueño que decidí hacer realidad cuando una persona trajo ese rayito de sol a mi vida cuando más lo necesitaba. Una de las tantas personas que también me decepcionó, pero decidí cumplir mi palabra solo por el hecho de que sabía que le dolería, le quebraría el alma, tanto como a mí me dolió, darse cuenta de que cometió uno de los más grandes errores de su vida.
Yo la amaba... y aun así eso no importó a la hora de la verdad. Nunca nada lo hacía. Supongo que con los meses conseguí sobrellevarlo. Había logrado sofocar un poco el dolor, aunque de todas maneras seguía quemando como nada que hubiera experimentado jamás.
Que es malo guardar resentimiento... pero qué más puedes hacer cuando nada parece tener sentido.
Cuando la luz al final del túnel sólo se apaga y no sabes como salir.
Es ese sentimiento que te ahoga sin estar sumergido en el agua.
¿Te han roto el corazón?
A mí me lo destrozaron y lo hicieron de verdad, cada pequeño trozo.
Aún con todo, jamás me he arrepentido de amarla y no creo que lo haga en un futuro cercano.
❤·❤·❤
Emmelie
Presente
—¿Y si es el destino? —me preguntó Camille con una sonrisa traviesa.
La miré con mis ojos ardiendo por no haber dormido bien la noche anterior.
—Fue solo una estúpida coincidencia —mi voz sale ronca. Sinceramente, no quería pensar en él. Suficiente tuve tratando de olvidar el desafortunado encuentro toda la semana. La fiesta, el alcohol, sus ojos azules...
No, no me hacía falta recibir una charla de mi mejor amiga.
—¿Le dices una coincidencia al hecho de que esté allí parado viendo hacia nuestra mesa?
No, por favor. Que solo me esté jugando una maldita broma de mal gusto, deseé.
Pero, no. Él estaba parado a unos treinta metros, observándome fijamente sin dejar entrever ninguna emoción, y eso fue como un maldito golpe en el estómago. Seguía sin creer que a mi estúpido corazón le siguiera importando. La realidad era que me había dejado engañar por uno de los mejores actores.
—Incluso si el destino quisiera que volvamos a estar juntos —miré a mi amiga a los ojos—. No creo que eso sea posible para nosotros. Nos hicimos demasiado daño y yo... aún no le he perdonado.
Ella solo movió la cabeza en negación, apretando los labios frustrada.
—Ustedes dos son cabezotas.
No le dije que ella no entendía porque ya se lo había dicho un millón de veces. Aquí la cabezota no era yo, sino ella. Cuando volví a mirar hacia atrás, él se había esfumado y me pregunté si lo que había visto antes era un espejismo.
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Somos tú y yo | 2 |
Teen Fiction🏆 Finalista de los Wattys 2021🏆 "Si al principio la idea no es absurda, entonces no hay esperanza para ella." Emmelie es una chica dulce e impulsiva, y a menudo pensaba que jamás conocería a alguien que la entendiera. Carlos es tranquilo y tiene u...