Carlos
Dos años antes
Tener pesadillas era lo peor que me podía pasar. Siempre parecían tan reales y si no era porque a menudo me despertaba bañado en sudor, las confundiría fácilmente con la realidad.
Era un martes como cualquier otro. En dos días más más sería Acción de Gracias y no me gustaban para nada las expectativas de mi familia por reunirse de nuevo. Hacía cinco años que no pasábamos un Día de Acción de Gracias juntos porque siempre faltaba alguien y esta era la oportunidad perfecta para volver a reunir a la familia según mi madre.
Todavía no había arreglado las cosas con mi hermano, pero por lo menos ya no peleábamos tanto como al principio y empezaba a sospechar cuál era la verdadera razón por la que estaba enfadado conmigo. Y esa razón no tenía nada que ver con la decepción que le causé al contagiarme irresponsablemente del virus que mató a millones de personas y luego llevarlo a casa, y mucho menos tenía que ver con el problemón del que se hizo cargo cuando murió Sally.
No, mi hermano estaba enojado por una razón mucho más sencilla y absurda que eso...
—Eres un imbécil, Gabriel —una voz furiosa muy conocida para mí me sacó de mis pensamientos mientras paseaba por los pasillos poco llamativos y solitarios del instituto.
—Vera terminará haciéndote más daño de lo que crees, Millie. No me digas que no te lo advertí —alcé mis gafas de sol para observar mejor lo que ocurría y me arrepentí de inmediato porque la luz natural quemó mis pobres ojos irritados.
—No necesito tus advertencias. Confío en él más que en mi propia sombra —me alegraba oír esas cosas de la boca de Emmelie, pero no me gustaba que Gabriel la hiciera sentir tan fuera de sí misma.
—Como digas, hermosa —Gabriel alzó las manos con una sonrisa burlona en su cara al ver que Emmelie se acercaba amenazadoramente—. Solo estoy intentando que no seas la víctima de un asesinato.
Vaya... ese crío era más valiente de lo que esperaba al decir esas cosas. O increíblemente estúpido.
Aunque dejé de pensar en las etiquetas que Gabriel merecía cuando acorraló a Emmelie contra una taquilla en apenas unos segundos y comenzó a acercarse a ella de una manera que hizo que los vellos de mi cuerpo se erizaran de una manera poco agradable.
Estuve a su lado en menos de un minuto.
—Vamos Gabriel... ¿Puedes meterte con alguien de tu tamaño por una vez? Estoy harto de encontrarte intimidando a Emmelie todo el tiempo —dije con fría diversión—. ¿O es que no te das cuenta de lo patético que te ves cuando acosas a una chica tan dulce como ella?
Gabriel me vio con miedo en sus ojos claros y tragó fuerte.
—Vale, ahora desaparece antes de que me canse de usar las palabras y utilice algo menos amable —mi voz se tornó más amenazadora.
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Somos tú y yo | 2 |
Novela Juvenil🏆 Finalista de los Wattys 2021🏆 "Si al principio la idea no es absurda, entonces no hay esperanza para ella." Emmelie es una chica dulce e impulsiva, y a menudo pensaba que jamás conocería a alguien que la entendiera. Carlos es tranquilo y tiene u...