Capítulo 9

36 13 23
                                    

Emmelie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emmelie

Dos años atrás

No me emocionaba para nada hacer esto. Jamás me emocionaba. Prefería mil veces quedarme en casa leyendo algún artículo científico de último momento hasta que los párpados me pesaran y luego soñar que yo era la que hacía esos descubrimientos.

Dato curioso: No me gustan los deportes.

Bueno, creo que a este punto eso ya no era una sorpresa, pero la verdad era que al tener un hermano al que le apasionaba el deporte era mi maldición. Hoy era el primer partido de la temporada y yo nunca me perdía uno de sus partidos, porque, dijera lo que dijera, Evan era mi único hermano y lo quería tanto que me obligaba a salir de la seguridad de mi camita para ir al bendito partido.

Las cosas que hacemos por las personas que queremos.

—¡Emmi! ¡¿Vienes o te quedas?! —me quedo, fue mi pensamiento inmediato.

—¡Un minuto! —respondí a gritos igualmente. Terminé de acomodarme la chaqueta de cuero roja y me eché un poco del perfume de vainilla fabricado especialmente para mí que papá me regalaba cada año.

Bajé corriendo las escaleras para no soportar otro grito más de Evan y podía sentir que todos estaban conteniendo el aliento cuando me vieron hacerlo, hasta que llegué sana y salva al primer piso. Podía jurar que había escuchado a mamá soltar un suspiro de alivio.

—Tanto tiempo para estar igual que siempre —comentó Evan al evaluarme.

—Quieres decir tan hermosa como siempre —guiñé un ojo sonriendo y él al fin dejó esa cara enfurruñada para sonreírme también.

Un momento después fui hacia la puerta y la abrí para irnos, pero mamá nos interrumpió primero.

—No vuelvan muy tarde y tampoco beban si van a conducir o algo por el estilo —mamá nos miró severamente a Evan y a mí mientras lo decía. No era una de esas madres que creían ingenuamente que sus hijos menores de edad no se emborracharían en alguna fiesta. Suficiente tuvo con mi hermana como para seguir con nosotros.

Papá se removió en el sofá y pasó un brazo alrededor de los hombros de mamá. —Nada de drogas.

Lo dijo con una sencillez muy propia de él cuando estaba hablando totalmente en serio y yo no lo iba a contradecir. ¿Para qué quería esas sustancias dentro de mi cuerpo? No, gracias. No me gustaba perder el control de mi cuerpo.

Sin más que decir por parte de mis padres, Evan y yo nos fuimos.

❤·❤·❤

Demasiados adolescentes excitados por la emoción del partido. Repito. Demasiados. No había donde poner un pie y si no fuera porque llegué temprano ahora estaría de pie, tratando de no caerme encima de alguien.

Somos tú y yo | 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora