Almas enlazadas - Lumity AU

» Lo que me espera«

“Es mi turno de hacer mi aparición”

Pasado:

En una biblioteca de gran espacio con varios libros en buen estado y sin polvo alguno, se encontraba una bella chica disfrutando de uno de los libros del lugar como de costumbre, claro estaba que luego tenía que marcharse para darse a conocer en sus múltiples clases dentro del gran castillo donde vivía.

La servidumbre la saludaba con total alegría sin ocultar sus sonrisas pues aquella chica eso les producía, tenían ciertos comentarios que era como la bella diosa de la primavera pues donde iba, las flores resplandecían de colores tan lindos y calmantes.

Bajaba por las estrechas escaleras hasta llegar a las diferentes habitaciones del pasillo del ala este, era muy cliché decir que su habitación se encontraba en la más distinguida torre del castillo, el único detalle diferente era que se encontraba en el segundo de tres pisos, su habitación era tan espaciosa que tenía un balcón que iba directo a una brillante vista al jardín trasero, donde obviamente habían soldados que la resguardaban con grandes lanzas abanderadas.

—Buen día hija mía - habló el hombre de corona -

—Buen día padre, madre - hizo reverencia -

El hombre de tez blanca y cabello anaranjado con notables canas da un fuerte aplauso que hace aparecer con prisa a uno de los sirvientes que traía en sus manos una bandeja donde podía verse un plato de comida más una copa de jugo que fue colocado con delicadeza frente a la chica.

—Que lo disfrute, su alteza... - y se retiró -

La princesa asiente, odiaba mucho tener que ser tratada de esa manera tan formal, pero tenía que aguardar las apariencias frente a sus padres, mucho más frente a él.

Su vida siempre a sido aquel castillo, tan grande y a la vez tan aburrido, las riquezas no lo eran todo, eso podía asegurarlo pues podía jurar que mientras su pueblo sufría, ella gozaba de un relajante baño de espumas o de vestidos hechos de la más costosa tela que los comerciantes traían de los reinos vecinos.

—Tenemos que hacer algo mi señor - escuchó una vez -

—Esta guerra sólo me quitado hombres de más, ten, sube a tu caballo y pega esto en la plaza, quiero hombres fuertes capaces de pelear. - ordenó -

El de armadura golpeada y sucia asiente tomando aquel papel enrollado para salir de la sala principal.

—Lucía - llamó la mujer -

—Madre - sonrió -

La mujer de tez morena con una corona más pequeña que la del rey, se acerca a su hija quien hace una reverencia mientras su sonrisa persiste.

—Padre de nuevo tomará vino ¿cierto?

—No lo culpes, la situación no ha sido tan beneficiosa y siente que de esa manera puede desahogarse.

Camila Noceda era muy conocida por ser una mujer comprensiva que siempre buscaba el lado bueno de todo, en especial de su marido Edgard, quien tuvo que cambiar su actitud tan liberal de su juventud por una más responsable y seria al recibir la corona y mucho más al tener a su hija...su única hija.