Capítulo 2

1.4K 182 94
                                    


Axel

Las primeras veces son importantes, claro que son importantes, marcan una diferencia, un comienzo y una nueva etapa, una nueva vida con nueva compañía y nuevos momentos que vivir, nuevos ambientes, nuevos gustos. Una nueva versión de ti, y nos acostumbramos a esa vida, amamos esa diferencia, abrazamos ese comienzo con calidez y aprecio, nos acostumbramos a la compañía de seres queridos, reímos en los momentos mas divertidos incluso por los chistes mas ridículos. Nos adaptamos tanto al cambio que nunca esperamos que haya un final.

Y algunos finales llegan mas rápidos que otros.

Algunos finales son injustos, aterradores e incomprendidos. Violet era uno de esos finales, pero antes que ello había sido el mejor de los comienzos, la mejor diferencia en mi vida. En nuestra vida.

Verla me causaba emociones inexistentes, sentimientos inefables y palabras nunca antes escritas en el mundo. Verla una última vez era un abrazo y una apuñalada directa al corazón. Siquiera podía prestar atención a las palabras de sus allegados parados en el altar, recitando sus palabras en duelo, mi atención seguía permaneciendo en ella, en los últimos recuerdos y en las últimas palabras y no era algo nuevo.

Había acostumbrado a mis pensamientos arrancarme de la realidad, me gustaba vivir en las imágenes de mi memoria que se mostraban, escuchar su voz y su risa, añorar sus abrazos y sus besos. Mi cuerpo sólo era un saco vacío porque mi alma estaba con Violet, danzando aún como en aquella noche nuestra.

Recibí un pequeño empujón, parpadeo pasmado y me volteo para ver a mi primo.
Había clavado su codo bajo mi costilla para que reaccionara. Él señaló con la cabeza hacia delante.

—¿El novio quiere decir unas palabras?

Mis ojos se dispersaron, hallé a todas las personas que me miraban esperando una reacción de mi parte y ahí entendí que quizás no había sido la primera vez que me habían hecho tal llamado.

En mi estómago un nudo se formó cuando decidí ponerme de pie. Su madre me miró a una esquina del lugar, siempre me pareció impresionante el parecido que Violet tenía hacia ella; Era el mismo cabello castaño, la misma sonrisa reluciente y los mismos ojos grises que ahora estaban mas apagados por las lágrimas, me regaló una sonrisa nostálgica para darme apoyo, ella me había pedido antes de que empezara la ceremonia que diera algunas palabras y no pude negarme por más difícil que fuese pararme frente al ataud de mi prometida.

Pongo mis manos sobre el pedestal de madera que sostiene el micrófono, dejo salir todo el aire de mis pulmones y me preparo para leer lo que noches anteriores me costó tanto escribir.

—Violeta, casi nunca se encuentra ese color en el cielo, la probabilidad de que veas uno es de 0,01% en 10.000. Sin embargo, fuimos lo suficientemente afortunados de ver ese 0,01% y de tenerlo en nuestras vidas y el cielo ha ganado un tesoro por no ser lo suficientemente merecedor de lucir su color; De lucirla a ella.

Me quedo en blanco, miro las letras plasmadas en la hoja, las lágrimas caen sobre esta y el nudo en mi garganta se crea, queriendo asfixiarme.

Decido ignorar la hoja que escribí, miro hacia los demás, miro a las sillas vacías deseando encontrarla a ella.

Pero no pasa, no hay nada.

Abro mi boca, las palabras aparecen en
mi cabeza de manera espontánea, entre tanta tormenta, logro articular algunas.

—Es curioso saber que vivimos de casualidades, y que Violet llegó como tantas de ellas y sin esfuerzo alguno, marcó nuestros corazones con pequeñas manchas brillantes y relucientes. Saber que estoy parado hoy en un altar por las razones equivocadas me deja clara lo injusto que es el tiempo y lo rápido que se desgastan los colores, porque donde se suponía empezaría una nueva vida con ella hoy me despido con palabras llenas de dolor hacia la persona que mas he amado para existir en una vida sin ella; en una vida que nunca pedí pero ahora debo aceptar. Sé que los corazones le pertenecen al rojo, sé que son de tal color, pero el mío ya no. El mío es violeta, un Violeta intenso originado por ese 0,01% que llenó mi vida y se apoderó de ella y ahora también define el
final de ella.

Aquella Noche NuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora