Sol

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No juegues a ser el sol que me levantará del lecho mortífero en que convertí mi cama.
No finjas que tus rayos son los que entran a hurtadillas en la habitación para iluminar mi insípida tempestad.
No quiero más palabras vacías,
No hace falta una mentira para enrredarte en unas nuevas sábanas,
Para hacer creer una comprensión que no existe,
Que no te importa.


Me llené de oscuridad para ver cuáles eran las estrellas que brillaban más fuerte,
A escucharme en el vacío,
A vestirme de recuerdos que cubrieran las cicatrices.

Odio el frío,
odio el silencio,
odio la soledad,
odio mi hueco atravesado a mitad del pecho,
pero odio más las velas efímeras que traen para intentar cubrir mi amarga noche.

He construido un castillo embrujado por años,
Lo he rodeado de espinas y una que otra rosa,
Lo he bañado en neblina,
Lo reforcé en todas las entradas y salidas,
Lo pinté color nostalgia,
Y me he recluido dentro para sentir seguridad, para convivir con mi silencio, lamentarme sin ser escuchada.

Así, el día que salga veré el sol verdadero,
No el fabricado, falso y seco,
Aquel sol chorreante de luz que no podrá taparse con un solo dedo.

Memorias y asperesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora