Quiero que seas mis vacaciones
durante todo el año.
Anhelo sumergirme en tus brazos, refrescarme y aligerar mis pesos, espero tus pestañas como refugio ante un diluvio,
caminar en tus piernas, siguiendo tu sendero,
trepar tu cabello y provocar en este un revuelo.
Deseo alejarme,
sueño con huir,
alejarme de todo lo que me separa de ti.
Durante las mañanas con café frío de espera, las tardes interminables con un reloj pausado, pendiente a tu sinrespuesta.
Quiero fugarme y tomar vacaciones,
que los ríos estén fuera de mis ojos y tú prometas quedarte.
Que no me digas nada y solo me mires,
que duele más cuando estás a mi lado con tu visión a kilómetros,
cegándote,
anuládome.
Quiero ir a aquel lugar donde el descanso seas tú,
donde lo interminable sean tus besos, y el único enredo sea el de mis dedos en tus cabellos,
un descanso tan largo como la línea de tu cuello,
tan cálido como tu pecho,
sin usar el dormir para huir,
dejando de lado el que
sueño que sueñes conmigo,
y pensando en que
vivo para esperar mi tiempo contigo.
