Tu transparencia ahora asemeja más a un pantano que a un río,
Con las palabras dolientes envueltas en un triste y colorido papel,
Has mentido más que a quienes te rodean, porque acabaste por falsearte a ti,
A robar y desaparecer lo que un día te perteneció,
Los esfumaste de la forma más cruel.
Caí en cuenta de que tus promesas estaban rotas desde el momento en que resbalaron de tu boca,
Al igual que mis secretos que juró guardar,
Y la paz que tus palabras podían dar.
Tu franca confianza fue flaqueada ante susurros que te inundaron.
No grité lo bastante fuerte,
No te querría retener,
El amor es libre y sin cadenas,
Y si ya nada te quedaba de mí,
Prefería mil veces mirarte partir.
Y, contrario a mi usual,
no espero por la eternidad,
Tú tiempo tuviste,
Nada te debo,
Nada me dejas,
Más que lo que dejas,
Parte y vuela,
Que la persona que me enfrenta no es la que yo esperaba con ansia ver atravesar la puerta.
