Un día te voy a contar, sobre mis matices.
Mis claros y mis oscuros.
Con la esperanza de que los desnudes con tu particular calidez.
Un día te llevaré, a todos los lugares que frecuento, y te hablaré de los que evito.
Para que los hagas nuevos, para que los hagas nuestros.
Un día pondré ante ti todo lo que quiero mostrarte y ponerle luz.
Quizá me ayudes a comprender cosas, a desecharlas o a renovarlas.
Algún día, prometo, ser todo lo que soy ante ti, sin ataduras, sin censuras, sin miedos y sin reservas.
Porque en tus ojos veo la pureza que a veces tu boca calla y en tu presencia el resplandor que no encuentro en nadie más.
Si así lo quieres, un día podemos serlo todo, dejando de ser nada.
