Me he desnudado frente a ti tantas veces, que lograron hacer que el quitarse la ropa sea una capa superficial y banal.
Me he mostrado tan expuesta y vulnerable, y jamás me había sentido tan segura y dichosa.Pero nada puede durar para siempre.
Y si bien, te he dado todo y más de mí, no puedo exigirte que te quedes. Mucho menos si es a reconstruir de cenizas, si es a la promesa de sólo la seguridad del amor.
No te exijo, porque quiero que te quedes porque quieres.
Te libero y quiero que libre decidas volver.
Porque sé que seguiré aquí, sin moverme y mirando fijamente el lugar por donde partas, con la esperanza vacía y permanente de que todo lo que di, y que sé que vive en ti, palpitará con la fuerza suficiente para servirte de guía de regreso.No me reconstruyas, mírame desnuda y vuelve otra vez a mí.