7. ¿Salimos? (Parte I)

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Había pasado una semana, una semana entre idas y venidas con Oliver. Nos turnabamos para tenerlo cada día en el trabajo. Así que básicamente era un día empresario y al otro mesero, un contraste algo extraño, pero lucía tierno en ambas facetas

Me había encargado de comprarle algo de ropa como regalo sorpresa, trajes pequeños con corbata y todo y uniformes de mesero, únicamente porque me daba ternura y Amelie me había dicho que incluso los clientes disfrutaban de su presencia en el local, siempre con su sonrisa, su ternura y su inocencia que encantaba a todos

Mientras tanto en la oficina era el consentido. Recibiendo elogios, pequeños regalos y demás, sin duda la estaba pasando bien

—Mañana te toca llevarte a Oliver—Escuché la voz de la joven madre que hablaba por el celular conmigo mientras yo me encargaba de unos nuevos casos y ella de limpiar los pequeños desastres que le hacia Oliver—Dile a tu chófer que por favor sea puntual. Debo irme lo más temprano posible para entregar unos trabajos a la universidad, bien?—Pidió escuchadose cansada

—Si tan sólo aceptaras el auto prestado para movilizarte...—Recordé en un suspiro

—Te dije que no, no quiero nada de ti para mí, nuestra relación es por Oliver, ¿bien?—Recalcó haciéndome rodar los ojos—No insistas más con el trabajo, ni con la casa, ni con los autos ni el dinero, por favor, yo puedo, sólo quiero algo de apoyo para sobrellevar las cosas con él. Mientras tanto dejame seguir mi vida como una persona normal

—Uy, alguien esta se malhumor—Mencioné rascandome la nuca—¿Pasa algo?—Suspiró cansada, fruncí suavemente el ceño

—Nada, nada, sólo es algo de estrés. Exámenes y pruebas sin descanso, el trabajo, Oli... Poco he dormido a decir verdad—Se liberó finalmente —Gracias por todo lo que haces por mí, Víctor, no sé que sería de mí ahora si no te tuviera al menos apoyandome con él

Sonreí —Te invito a salir—Decidí—Contrataré a una niñera de confianza para que cuide a Oliver, no debes temer por eso, necesitas despejarte, no terminar de consumirte —Ofrecí esperando un rotundo no, como siempre

—Bueno... Quizá no venga mal salir un poco—Divagó haciéndome sonreír —Esta bien, aceptó—Mencionó en un suspiro, hice un gesto de victoria —¿Esta noche a las siete?—Propuso insegura

—Esta noche a las siete. Ponte guapa, saldremos a disfrutar —Mencioné divertido. Luego de unas palabras más terminó la llamada, yo mordí suavemente mi labio inferior —Esta chica lo que necesita es una buena fiesta que la haga divertirse...

Amelie Dupont

"Oliver, no" "Oliver, deja eso" "Oliver, no hagas eso" "Oliver, por favor dejame descansar"

En eso se resumia ahora mi vida, y sí que era cansado. Justo ahora estábamos en mi trabajo, mientras yo atendía las mesas una de mis compañeras se quedaba al pendiente de Oliver en la caja, cuando yo terminaba iba a la zona de descanso con él y jugábamos un rato, así sucesivamente hasta terminar mi tiempo laboral, y gracias al cielo que no estaban los jefes si no sus hijos que... En verdad sólo les importaba hacer el dinero

Aún dudaba de haber aceptado aquella salida con Víctor, ciertamente no quería involucrarme más con él aparte de lo estricto, pero sí que necesitaba despejarme

Últimamente Nicole me ayudaba por las tardes también con Oliver, pero igual yo seguía muy al pendiente de que esos dos no hicieran travesuras, era como traer a otra bebé a jugar

A la tarde salí del trabajo, el chofer de Oliver ya nos esperaba afuera, al menos me hacían el favor de ahorrarme el dinero o las caminatas con ese pequeño favor que sí acepté. Cuando llegué a casa Oliver y yo nos dimos una buena ducha, luego empecé a vestirlo para ponerlo más decente y a organizar las cosas necesarias que se llevaría si estaba ausente

El papel de madre digamos que no me sentaba de maravilla, pero en verdad me esforzaba para hacerlo bien por él, en verdad ese pequeño se lo merecía todo

Al terminar lo dejé jugando en mi habitación, tomando mis precauciones esta vez. Empecé a rebuscar en mi closet lo que me iba a poner por adelantado, la vida con otro pequeño ser era más tardada y era mejor prevenir todo

Elegí un jean ajustado y un top rojo con pequeños diseños bordados en los bordes, mis inseparables botines negros y ya, sólo faltaba yo, y yo me estaba atragantado unos macarrones con queso recalentados buenisimos mientras veía una serie y Oliver dormía

Al paso de dos horas empecé a arreglarme, me di una ducha, cepille mi cabello, me vestí, use algo de maquillaje para no lucir tan insípida con mi típico corrector, rímel, lápiz labial y delineado de todos los días. Y finalmente me vi en el espejo para observar el resultado y, hey, no estaba tan mal. Sonreí orgullosa

Salí a la sala en la que dormía Oliver, escuché unos toques en la puerta y me acerqué para ver, cuando abrí, me encontré con mi anfitrión, él me observó de arriba a abajo al igual que yo. Lucía unos vaqueros causales, camiseta roja básica y chaqueta negra sobre sus hombros, me extrañaba el verlo informal, pero incluso se veía bastante atractivo así

Le hice un gesto de guardara silencio, él obedeció. Cargué a Oliver con suma cautela y se lo pasé para tomar mi bolso, cuando salíamos con éxito...

—¿Pa-pá?—Se levantó de los más normal de su hombro, ambos nos miramos con ironía —¡Papá!—Gritó emocionado abrazándolo y dándole pequeñas palmaditas

Reí divertida

—Como si no lo vieras nunca, eh—Me quejé y ambos reímos

—¡Mamá!—Saludó también extendiendo sus brazos a mí, lo recibí y él me tomó de las mejillas para plantarme un beso con mucha baba en la mejilla derecha, hice una mueca —Me conformaba con el abrazo...—Me quejé limpiándome mientras Víctor carcajeaba

(...)

Pasamos dejando a Oliver por su casa, su gran casa, en verdad que era maravillosa, sin embargo él decía que no era del todo feliz ahí estando sólo, seguido de una mueca de fastidio. Oliver no tuvo mucho problema en dejarnos atrás al ver como la niñera le ofrecía mucho cariño, dulces y juguetes, sin embargo al principio protestó un poco, pero no fue gran problema

El chofer de Víctor manejó y manejó por el centro de la ciudad, ni idea de a donde íbamos, aunque mis ideas se aclararon cuando nos detuvimos en frente de un lugar bastante animado

—¿Una discoteca?—Cuestioné para después reír —¿De verdad?

—Necesitas diversión, mujer. Eres demasiado bella como para estar amargada todo el tiempo, venga, sigueme—Tomó mi mano y me adentró al lugar en el que resonaba música movida, gritos eufóricos y litros de alcohol por todas partes

Era cierto que había pasado un buen tiempo desde que iba a un lugar así...

Cuando menos lo pensé ya estábamos subiendo unas escaleras a la zona VIP

—No puede ser—Me acerqué a él —¿Es necesario estar aquí? La buena movida esta abajo —Mencioné obvia

—Cuando te relajes, bajaremos todo lo que quieras. Venga, toma una—Me extendió una copa de no se qué, pero se notaba exótico

Presentía que esta noche sería interesante...

Copa tras copa, sin duda mi sistema se sentía mucho mejor, más relajado que nunca, estaba alegre, viendo como la gente bailando no era tan extraña, y algunos chicos que llamaban mi atención

—Venga, vamos a bailar —Insté haciendo un puchero, Víctor alzó una ceja coqueto, le saque la lengua—Complaceme, tú me invitaste, no seas así —Él sonrió levantándose y dejando la copa de alcohol de lado

—¿Estas borracha?—Ronroneó cerca de mi rostro, sonreí con sorna

—¿Al igual que tú? Sí —Contesté encogiendome de hombros y dejando un beso en su barbilla—Ahora sigueme para restregarle a esas perras que te están comiendo con la mirada que esta noche, tú estas conmigo

Mí Pequeño ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora