Kristal Derricks
Se muy bien que algo anda mal con esa chica. No sé si sea un puto pasado oscuro, ex relaciones turbias o viejas rencillas siendo removidas con fuerza, no podía especificar lo que era, pero estaba más que segura de que reconocería cualquiera. Porque yo era experta en eso
Sin embargo, me hacía demasiado ruido en mi cabeza no ver ninguna actitud sospechosa, sentirla como una víctima y no encontrar algo más allá, y eso me preocupaba, porque si reconocías el problema, lo eliminabas, y si no lo encontrabas a tiempo... El podría eliminarte a ti
Indirectamente, como le pasaba a mi hermanito, que había entrado en ese proceso de autodestrucción con el alcohol
Directamente, como ese atentado fallido que le propinaron a la chiquilla, del cual por poco no se salvaba
Pasara lo que pasara, yo había venido por una simple razón, y estaba dispuesta a cumplirla. Lo sentía por ellos, pero esto no era mi asunto después de todo
—Infeliz de mierda, ¿dónde demonios escondes las cosas?—Me quejé en un susurro mientras hurgaba entre sus pertenencias. Estaba en su habitación, era el único lugar en el que podía buscar algo ahora, ya que había bastantes impedimentos para hacerlo en su despacho o simplemente en la sala, muchos testigos
Víctor a veces podía ser bastante simple, como que podías hacerlo enojar con un insulto cualquiera, hasta que podías despertarle un profundo deseo con un simple gesto... Pero otras veces... Era un campo minado de incógnitas imposibles de resolver a tiempo
Y como sabía que era simple, sospechaba que escondía el dinero en efectivo dentro de la casa, pero, como también sabía que era extremadamente un hijo de puta, por no decir astuto... Claramente lo tenía muy, muy bien escondido
Tuve que detener mi búsqueda cuando unos pequeños golpes sonaron detrás de la puerta, chasqueé la lengua con molestia y abrí dispuesta a insultar a la de servicio, aunque me sorprendió el tener que bajar la mirada cuando sentí a un pequeño ser abrazar mi pierna
—¡Kris!—Expresó el rubio con felicidad mirándome, haciendo que hablandara el gesto en mi rostro
—¡Hola, pequeñito! ¿Qué haces aquí, buscas a Víctor?—Indagué curiosa por su presencia, él negó con la cabeza sonriendo, fruncí el ceño—¿Buscas a Amelie?—Volvió a negar, lo miré confundida
—¡A ti!—Soltó con obviedad, sonreí y me agaché para verlo de frente—¿Quieres jugar conmigo?—Hice una pequeña mueca indecisa—Por favor, nadie quiere jugar conmigo—Susurró haciendo un puchero, solté una pequeña risa nasal y me encogí de hombros. Igual no tenía mucho que hacer, ya luego hablaría con Víctor—¡Sí, vamos!—Dijo alegre dando saltos por el pasillo hacia las escaleras, lo ayudé a bajar y fue corriendo por sus juguetes
Mientras lo seguía a paso moderado, logré escuchar un pequeño bullicio inentendible detrás de la puerta del despacho, a lo que me acerqué a esta intentando diferenciar entre la conversación las palabras, sin embargo, no podía entender absolutamente nada, sólo sabía que eran Amelie y Víctor, y por el tono de voz del hombre... Lo que se me venía a la mente era que estaban discutiendo
Sonreí divertida ante la idea. Ay, Amelie, ya era tiempo de que conocieras al verdadero Víctor Derricks, ese lindo cuento de hadas estaba durando mucho, y lo que dura tanto en romperse, suele ser más doloroso de superar... Lo sabía por experiencia
Me alejé alarmada cuando sentí a alguien tocar con levedad mi cintura, y solté un suspiro aliviado al ver que sólo había sido Oliver que había vuelto
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Mí Pequeño Ángel
HumorAmelie Dupont es una joven muchacha con raíces francesas, que buscando un nuevo significado para su vida se va de su país para mudarse a Nueva York. Alegría, diversión y locura, en eso se basaban sus días en aquel lugar, sin duda el paraíso para una...