-Nunca había visto una escena tan traumante en mi vida-Exageré mientras que Nicole llenaba de espuma al pequeño Oliver desnudo en mi bañera
-Tú lo viste, yo lo toqué-Murmuró con el mismo tono que yo, ambas explotamos en carcajadas, a las cuales como era de esperarse se unió Oliver-Algo me dice que lo crearon riendo, es el niño más feliz con el que me he topado-No pude evitar sonrojarme mientras rodaba los ojos y evitaba que se comiera la espuma por décima vez
Luego de aquella situación terminamos envolviendo a Oliver completamente en una de mis toallas y lo llevamos a mi habitación
-Bien, es una buena oportunidad para que practiques, inténtalo mientras yo te guío, no es tan complicado-Me animó mientras me pasaba un pañal, yo asentí y ella sonrió-Primero levantalo y coloca esta parte del pañal abajo de él-Indicó y yo solo hice una mueca pensativa, alcé sus piernas e hice lo que me indicó-Ahora colocas esta parte por arriba, y aseguras con estos dos broches-Agregó haciéndome asentir, hice lo que me dijo y finalmente lo había logrado-¡Felicidades!-Celebró mientras ella comenzaba a vestirlo con cautela-Recuerda que es un bebé y no un muñeco, debes ser paciente y rápida antes de que empiecen a desesperarse y llorar, aunque creo que él no te dará estos problemas-Murmuró terminando, aquella ropa era sumamente adorable, unas bermudas azules pequeñas y una camiseta gris con un pequeño barco en la esquina, aquel color sin duda resaltaba sus ojos sumamente hermosos y azulados
-¡Eres un bebé con estilo!-Admitió Nicole mientras lo ayudaba a colocarse de pie, para mirarlo de cuerpo completo con una gran sonrisa
-Sí que lo es-La apoye riendo un poco, lo tomé y luego lo senté nuevamente regresándole aquel oso de peluche para que se entretuviera un rato
Al paso de varios minutos jugando y hablando de diversos temas, Nicole observó su reloj y desesperada empezó a recoger sus cosas
-¡No puede ser, se me hizo tarde, muy tarde!-Decía mientras llenaba aquella bolsa y arreglaba a duras penas sus mechones dorados-Veré si puedo venir mañana en la tarde, ¿ok?-Mencionó dándome un abrazo rápido y luego regalo muchos besos en las mejillas de Oliver-Adiós bebé, adiós Ami-Dijo finalmente mientras salía de la habitación. Oliver y yo nos miramos y ambos nos sonreímos un poco
(...)
Una siesta larga bastó para que luego de una hora ambos tuviéramos hambre, tuve que emplear mi pequeña clase para hacer biberones para esto, pero al parecer no había quedado tan mal como pensaba, ya que Oliver no presentaba ningún tipo de quejas
Nos habíamos quedado dormidos juntos, yo había estado viendo una serie y él al no entender y estar en la oscuridad se quedó dormido sobre mi pecho, a lo que yo poco después hice lo mismo. Ahora estábamos en la sala, él en el piso sobre una cobija y varias almohadas jugando con unos cuatro bloques, armándolos y desarmándolos "de diferentes formas" y yo viendo una telenovela entusiasmada
Volví a introducir un gran puño de palomitas en mi boca mientras sentía como me acercaba cada vez más a la pantalla-Oh Dios, no dijiste eso-Musité con los ojos bien abiertos y fijos en la pantalla-Bueno, si lo dijo, ¿puedes creerlo?, ¡lo dijo!-Mencioné incrédula mirando al bebé a mi lado que parecía también mirar aquella pantalla y estar sorprendido al igual que yo. Luego de una balbuceada por su parte sonreí-¡Lo sé!, esa tipa esta demente sin duda alguna-Decreté mientras arreglaba más aquellos cojines en el suelo en donde él estaba para evitar accidentes
Quizá no era tan malo tener cierta "compañía"
-Tú sin duda que cambiarás mi vida ¿cierto?-Cuestioné sonriendo un poco mientras lo sentaba en mis piernas, me sacó la lengua haciéndome rodar los ojos y apretar sus mejillas-De ahora en adelante serás mi pequeño hermano perdido ¿ok?, será nuestro secreto-Toqué la punta de su nariz con mi dedo haciéndolo reír, lo miré con ternura y me estiré un poco-No sé tú, pero yo tengo hambre otra vez, creo que es hora de la merienda-Lo cargué bostezando un poco y fui hasta la cocina
Hice una leve mueca ¿y ahora dónde lo pongo?
-Oh...-Musité confundida mirando todo a mi alrededor, me encogí de hombros y lo deje en el fregadero-¡Perfecto!-Dije orgullosa de mi misma empezando a sacar las cosas para hacerme unos hotcakes, mientras batía la mezcla solo pensaba en tonterías, olvidándome del mundo por solo unos segundos...
Mi error
Al momento que mis sentidos volvieron a agudizarse oí el agua correr. Espera, ¿agua?
-¡Mierda!-Chillé alarmada al notar a un Oliver empapado que intentaba beber del grifo-No puede ser
-Mamá-Balbuceó estirando sus brazos hacia mi, lo observé sorprendida
Mi corazón se encogió de ternura en ese instante, y luego de tomar varias respiraciones para controlar mis sentimientos, suspiré-Te lo perdonaré solo por esta vez, mocoso-Gruñí en un tono dulce mientras lo cargaba y abrazaba, sin importarme que yo también me empapara por completo
Porque él para mi, sería un pequeño visitante. Pero yo para él, sería la madre que le faltaba...
(...)
Al día siguiente desperté por nueva alarma que tenía, y no, no era la de mi celular, era una alarma que lloraba sin cesar a mi lado
-Oliveeer~, creí que nos llevábamos bien-Me quejé cubriendo mi rostro con la almohada para intentar callar su llanto -Por favor, ¿qué tienes? Comimos hace como cinco horas-Refunfuñé bostezando y levantándome de entre las sábanas, lo miré con pereza y sus ojos llenos de lágrimas me observaron, como pidiéndome ayuda en algo
-¿Del dos?-Cuestioné levantándolo para que estuviera de pie, lo tomé bien por debajo de los brazos y luego con una mano revisé su pañal, casi me desmayo-Sí, del dos-Hablé haciendo una mueca de desagrado
Lo cargué un poco lejos de mi cuerpo y me levanté aún medio dormida para caminar hasta la peinadora, tomar un pañal, toallitas y talco, dejarlas en la cama y entrar al baño a atender mi peor pesadilla. El popo de Llover
Al paso de los minutos regresé con otro trauma severo a la habitación, recordé como Nicole me había enseñado a ponerle su pañal y luego le pasé el osito para que se entretuviera
-Bien, esto será difícil-Susurré pasando una mano por mi cabello cuando llegó la hora de bañarme y cepillar mis dientes
Luego de pensar en posibles destinos de lo que pasaría si lo dejaba solo en distintas partes terminé por aceptar una de mis primeras ideas. Un círculo de almohadas en el suelo del cuarto de baño, juguetes y ya. Esperaba que funcionara
Tomé varias cobijas, todas las almohadas de la cama e hice una clase de fortaleza para que este no saliera. Después le di la maraca, el oso y una clase de cosa que él podía morder, no sabía muy bien de esas cosas
-No te muevas de aquí, ¿ok?-Pedí y besé su mejilla. Cepille mis dientes y lo vi de reojo varias veces, no se había movido, sólo jugaba y se veía bastante entretenido-Gracias al cielo-Susurré con una sonrisa, quizá él si colaboraría y yo podría ducharme tranquila
Entré a esta y dejé que mi cuerpo se empapara por completo, haciéndome preguntas mentales... ¿Cómo sería mi trabajo y mis estudios ahora?, ¿mi vida cambiaría radicalmente?, ¿de verdad quedarmelo era una buena opción?, ¿quién me lo había dejado y por qué? Suspiré cansada y cerré el grifo cuando ya estuve lista. Me coloqué la toalla y salí viendo directamente en bulto de cosas suaves y él... No estaba
-¡Oliver!
Grité asustada saliendo del baño a toda velocidad, me asomé por las escaleras y bajé casi resbalandome para comprobar de que no había caído
-¡Oliver! ¿¡Dónde estas!?
Chillé al borde de las lágrimas, subí otra vez a mi habitación y ahí fue cuando me di cuenta de un pequeño pie que sobresalía de debajo de mi cama, mi ritmo cardíaco dejó de ser extremadamente rápido y yo solté un suspiro aliviado. Lo jale y lo saqué de debajo de la cama, este aplaudió feliz y estornudó por el poco polvo que se acumulaba ahí abajo
-Ya gateas... ¿Por qué no me dijiste?
Me quejé enojada, él le dio una palmadita a mi mejilla de manera feliz, y yo no pude evitar que se me escapara una lágrima
-Tonto-Jadeé abrazándolo con fuerza, y cuando el me dio varias palmaditas en la espalda y yo reí, ahí mismo me di cuenta de que ya mi corazón lo había recibido, y había tirado la llave muy lejos para poder sacarlo de ahí otra vez
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Mí Pequeño Ángel
HumorAmelie Dupont es una joven muchacha con raíces francesas, que buscando un nuevo significado para su vida se va de su país para mudarse a Nueva York. Alegría, diversión y locura, en eso se basaban sus días en aquel lugar, sin duda el paraíso para una...