16. Arriesgar para triunfar

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Víctor Derricks

¿Qué demonios me pasó por la cabeza al decir eso? No lo sé, pero sí sé que lo arruiné al ver la expresión de Amelie y después se aproximó ese denso silencio bastante incómodo

El desayuno siguió hasta que todos culminamos, ella no volvió a mirarme, mucho menos yo, en verdad estaba bastante apenado de que ahora me viera raro por algo que ni yo mismo sabía porqué dije

Al terminar la comida, fue directamente hasta Oliver, se encargó de limpiarlo e incluso ayudó a Amanda con el desastre, en cambio la pelirroja se fue como si nada, ya me encargaría de cobrarle por lo que me había hecho hacer

En chofer llegó con una bolsa y me la entregó, observé el contenido y después se la entregué a Amelie en el momento que Amanda no estuvo cerca

—Es un obsequio—Aclaré mirándola por fin, analizó la bolsa y después sonrió un poco

—Gracias, consideraré traer más mudas de ropa para acá—Me sonrojé por su comentario

—¿Piensas quedarte más seguido?—Cuestioné extrañado de su decisión, ella frunció el ceño

—¿A qué te refieres?—Preguntó sacando las prendas de la bolsa, ahí creo que cayó en cuenta de que la ropa era para ella y para él. Admito que fue bastante divertido verla sonrojarse hasta las orejas —Esto... Esto no era necesario —Logró articular observando el vestido con más detalle—Es demasiado, no puedo aceptarlo, en verdad —Balbuceó negando con la cabeza

—Al menos deja de verlo como el mejor dulce, te delatas tú sola—Me burle haciendo que apartarla la mirada al instante

—Es bonito, hermoso, pero no debes...

—No debo, pero quiero —Me encogí de hombros, se sonrojó

—Dios, está bien—Aceptó finalmente con una sonrisa, nos miramos por unos segundos que parecieron horas, queriendo decir todo a través de nuestros ojos, hasta que ella apartó la mirada soltando una pequeña risa—Gracias... Debo buscar a Oliver para vestirlo e irnos a casa—Señaló retrocediendo torpemente hacia atrás, asentí y la guié a donde sabía estaba Amanda con el pequeño

Amelie me miró algo confundida, aunque yo sólo musité un "Shh" y abrí la puerta de la biblioteca con delicadeza y lentitud

—Y entonces, el lobo feroz, afinó su voz para intentar persuadir a la pequeña caperucita roja, ella le dijo; abuelita, que ojos tan grandes tienes—Pasó la hoja mostrándosela, al parecer esta tenía un dibujo, porque Oliver abrió la boca entusiasmado y balbuceó algo dándole a la hoja —Y él le respondió: Son para verte mejor, la pequeña lo miró perpleja, y pasando aquello por alto, observó sus orejas, extrañada, señaló otra vez: Abuelita, que orejas tan grandes tienes!—Amelie y yo reímos bajito, totalmente consumidos por la escena tan adorable, sin la fuerza de entrar y arruinarla—El lobo, un poco más nervioso acomodó el gorro sobre su cabeza y respondió: son para escucharte mejor

Sonreí con cariño Amanda era una buena mujer, me había ayudado cuando lo necesitaba y me dio apoyo en el momento que lo necesité, estaba feliz de tenerla conmigo, y ahora con Oliver

Cuando estuve a punto de entrar obligado a interrumpir, Amelie lo hizo primero, tomándome por sorpresa

—Caperucita miró a su abuelita consternada, y notando un último detalle bastante peculiar, comentó: ¡Abuelita, pero que dientes tan grandes tienes!, el lobo, bastante harto de las preguntas de su víctima, respondió —La interrumpí y entré en escena

—¡Son para comerte mejor!—Grité abrazando a la chica por detrás y simulando morder su hombro mientras ella gritaba de una manera divertida y sobre actuada, al final ambos reímos

Mí Pequeño ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora