Víctor le pidió el auto al chófer y le dio el día libre, aquello me alegraba un poco, ya que era una salida más íntima, sólo nosotros tres
Me senté atrás junto a Oliver para que él pudiera observar por la ventana sin causar algún problema, miraba emocionado a las personas, mascotas y los libros paisajes de la ciudad a aquellas horas, sus gestos me daban mil años de vidaEstaba con los pies apoyados en el cojín y sujeto al vidrio de la ventana que apenas se asomaba, se balanceaba de vez en cuando y también se agachaba y volvía a subir, era divertido observarlo, la felicidad que desbordaba era como comer un saco de azúcar
Víctor iba concentrado en el camino con una sonrisa, al menos hasta que hubo un poco de tráfico y se dedicó a colocar música en la radio para despejarse mientras esperaba, nos miró de reojo curioso, y luego de darme una sonrisa divertida tecleó su celular y una melodía inundó el auto
"En la radio había un pollito: pío, pío, en la radio había un pollito: el pollito pío, el pollito pío, el pollito pío, el pollito pío, el pollito pío, el pollito pío"
Empecé a reír al ver como el hombre movía la cabeza al son de la canción y Oliver movía la cadera para bailar
-De verdad no te soporto-Rodé los ojos y miré con reproche a Víctor -Parece que el niño eres tú
-Uno nunca crece del todo-Me guiñó el ojo por el retrovisor, le saqué la lengua y atraje al pequeño para tomarlo de los brazos y ayudarlo a bailar
-Vamos, canta -Animé sonriéndole -El pollito pío, el pollito pío, el pollito pío, el pollito pío -Animé acorde con la canción, él empezó a balbucear y yo continué
-¿El poito io?-Balbuceó él haciéndome sonreír emocionada
-Sí bebé, justo así -Lo abracé con ternura
-Alguien aprende bastante rápido, eh? -Se unió Víctor volteando a vernos, le guiñe el ojo
-Nuestro bebé es muy inteligente
(...)
Apenas llegamos al parque las risas de los niños jugando de un lado a otro nos hicieron sentir en ambiente, era bastante agradable
Víctor quiso pedir unos helados, pero Oliver se le apegó sin querer soltarlo, por lo cual fui yo para ahorrarnos llantos
Pedí uno de chocolate, otro de fresa y el tercero de vainilla, era bastante complicado llevar tres conos sin que se derramaran, pero pude llegar sin que perdieran tanto la forma
Cuando me estaba acercando, noté que una tercera estaba hablando con el chico, fruncí ligeramente el ceño y caminé hasta ellos extrañada
-Tu hijo es muy tierno, a mi me encantan los bebés. Tengo una sobrina súper tierna que cuido los fines de semana, incluso podríamos planear una salida...-Alcanzaba a escuchar cada paso que me acercaba, sonreí divertida, estaba ligando con él, sin embargo él no le daba respuesta, sólo veía a los lados con algo de incomodidad mientras Oliver estaba embobado con unos niños y su pelota de colores
Me detuve al lado de ellos, Víctor sonrió aliviado y Oliver posó sus ojos en mí, sin embargo la rubia que antes hablaba hasta por los codos se calló abruptamente
-¡Mamá!
Aquel llamado fue la cereza del pastel, la joven avergonzada no encontraba por donde marcharse o que más decir, por lo cual sólo optó en despedirse e irse lentamente sin decir nada más o si quiera volver a vernos las caras
-Ups-Musité con algo de pena, él soltó una carcajada y Oliver le siguió, los observé con ternura-Toma, se derriten-Pedí extendiéndole uno de los helados y quedándome con dos, lamí el mío y le ofrecí el otro al Oliver, que obviamente gustoso se embarró las mejillas, la nariz, boca y... Cara para ser más exactos
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Mí Pequeño Ángel
Hài hướcAmelie Dupont es una joven muchacha con raíces francesas, que buscando un nuevo significado para su vida se va de su país para mudarse a Nueva York. Alegría, diversión y locura, en eso se basaban sus días en aquel lugar, sin duda el paraíso para una...