Una semana. Ya había pasado una completa y asfixiante semana
Una semana asfixiante por lujos, por detalles, por riquezas sin control que me costaba manejar
Yo tan sólo era una francesa inadaptada, a la cual nunca le hizo demasiada gracia su vida, la abandonó tirando todo plan por la borda y huyó a New York para empezar de cero. Con el sueño de ser una chica común corriente, con una carrera, con un pequeño departamento y de seguro con un gatito andando por el lugar. Pero nada más, yo nunca aspiré a nada más
Yo nunca aspiré a tener un bebé en mi puerta, y encariñarme
Yo nunca esperé que un abogado malhumorado me pagara las compras, y enamorarme
Yo nunca esperé perder el pequeño prototipo de vida que me había imaginado, y querer más
Yo jamás esperé que todo, absolutamente todos los cambios que se hicieron de un momento a otro, me encantaran
Y por supuesto, ni en mis sueños me imaginé estarle preparando una fiesta de cumpleaños a mi pequeño Oliver en la casa de su verdadero padre, un criminal forrado que me deseaba
¿Qué vueltas da la vida, no?
—Oliver, cariño, deja de comerte las galletas..—Pedí riendo suavemente y alejándole el tazón lleno, hizo un puchero—Luego no te quedará espacio para las demás cosas—Ladeé la cabeza con una pequeña sonrisa intentando convencerlo
—Pero James me ha dicho que puedo comer lo que quiera—Mencionó cruzando los brazos, chasqueé la lengua
—Pero después te dolerá la barriguita, y no habrá fiesta para ti—Me acerqué para mirarlo—Anda, cariño, sí comprendes lo que digo, verdad?
—Sí, mami..—Murmuró bajando la mirada, besé su mejilla
—Tranquilo, luego te daré de todo un poquito, pero no te enfrasques en una sola cosa, vale?—Asintió—¿Te probaste tu disfraz?
—¡No es un disfraz!—Me aclaré la garganta, reteniendo una risa
—Oh, sí, lo siento. Tu traje de esta noche—Sonrió y asintió con emoción—¿Y qué tal te queda?
—¡Es sorpresa, mami!—Mencionó con obviedad, rodé los ojos
—Cariño, toda la temática de la fiesta es de dinosaurios, no se me hace difícil imaginar de que estarás vestido—Acaricié su mejilla—Además de que yo lo mandé a hacer—Agregué soltando una risa nasal—No importa, no importa. Mejor ve a comer unos sandwichitos mientas yo veo que tal está quedando todo, sabes que hoy sólo habrán bocadillos disponibles
Después de eso entré a la sala, dónde hombres y mujeres inflaban globos y arreglaban mesas decorativas de un lado a otro
James Grant pretendía presentarnos ante la sociedad esta noche con una "linda" fiesta de cumpleaños para su pequeño hijo
Toda esta semana me había costado, pero fingía a cómo podía, sentirme cómoda, ser servicial, amable, carismática y lo que hiciera falta para que confiara al menos un poco en mí, sólo eso necesitaba. Un poco de confianza, y unos segundos de despiste de su parte. Esta podría ser mi noche de victoria
Había localizado un teléfono en su despacho, un lugar perfecto y relativamente alejado, aunque accesible para huir unos segundos y márcale a la policía para que nos sacaran de aquí de una vez. No sería tan difícil localizar el fiestón, y con un poco de suerte, podrían hasta desencriptar las señales y localizarnos más concretamente. Oh al menos eso era lo que más deseaba
Entre otras cosas, James, mi secuestrador... Había estado comprándose, extrañamente bien con nosotros dos, al parecer de verdad quería que las cosas fueran bien. Una lástima
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Mí Pequeño Ángel
HumorAmelie Dupont es una joven muchacha con raíces francesas, que buscando un nuevo significado para su vida se va de su país para mudarse a Nueva York. Alegría, diversión y locura, en eso se basaban sus días en aquel lugar, sin duda el paraíso para una...